*Toxicidad “alito”, peor que alga australiana

*¿Cómo deshacerse de él sin destruir al PRI?

*Arrogancia y cinismo endémico de Morena

*Alex Domínguez hace lo que sabe hacer

*El Tribunal, otra vez, entre dimes y diretes

*“Fili” Terrazas para consejero de la Judicatura

En cínico acto anticipado de campaña, Morena inició el domingo el camino para arrebatar al PRI dos de sus mejores gubernaturas; Estado de México y Coahuila. Quiere sobre todo a los mexiquenses, el mayor padrón del país y cuna del mítico Atlacomulco, la escuela política más ganadora del viejo PRI.

De Morena no hablaré, su arrogancia como partido en el poder es socialmente ofensiva; atropella las leyes electorales en la más absoluta impunidad seguros de que no sufrirán la menor consecuencia. Ellos abrieron campaña antes de tiempo con las dos corcholatas favoritas de López Obrador, Sheinbaum y Adán Augusto, y con Marcelo Ebrard simulando unidad, esperanzado en que un rayo providencial oriente la decisión a su favor.

Me ocuparé del PRI, pues si éste partido ha perdido doce de las trece gubernaturas en las que ha competido desde que Morena gobierna, es por desencuentros feroces entre su dirigente nacional, Alejandro Moreno y los gobernadores, la mayoría de los cuales terminados entregados al poder o doblados por éste, con los resultados conocidos para el partido. Lo están desapareciendo territorialmente.

El PRI ha llegado derrotado a cada elección estatal en la que ha competido en los últimos tres años, eso está claro ¿Por qué sería diferente en el Estado de México, cuyo escenario político es parecido al que predominó en sus anteriores derrotas?. Nada hay prometedor en su horizonte, menos ahora con “Alito” convertido en un desecho social, pero fuertemente afianzado en la dirigencia nacional.

Se supone que hoy hubo –trascendió en medios- un encuentro entre Moreno y expresidentes como Beltrones, Osorio, Beatriz Paredes. Si el encuentro sucedió, pronto sabemos los términos del mismo, pero alimentando especulaciones dejo una pregunta de estricto sentido político ¿Qué otra petición pueden hacer los “ex” a su actual presidente, sino exigirle que se vaya sin hacer aspavientos?.

Para la sobrevivencia del PRI, hoy la toxicidad de Alejandro Moreno es más mortal que la medusa entre bañistas australianos, lo que bien saben nuevos y viejos priistas. Están convencidos que con él de presidente no irán a ningún lado, el problema es cómo quitarle el partido, si tiene en un puño los órganos estatutarios, asegurados en una burocracia política satisfecha de recibir las migajas del poder, mientras el partido se deshace entre sus manos. Que les importa el país, ellos son diputados, uno que otro senador, reciben dinero ilegal en campañas. Todo en su sitio, que Morena siga ganando.

Ahora, sin embargo, existen dos factores que el PRI corrupto de “alito” no quiere ver: la importancia de construir una maciza alianza política con las otras fuerzas opositoras y consolidar el gran acuerdo ciudadano, condiciones sin las cuales detener el impulso destructivo del populismo es imposible.

Por sí mismo ningún partido de oposición puede ganar la elección, es una verdad demostrada electoralmente, no obstante los cuatro partidos unidos –PAN, PRI, MC, PRD- presentarían un frente competitivo y potenciarían sus facultades electorales involucrando figuras ciudadanas de fresco y creíble perfil. La estrategia de Dante no está errada, sólo que él quiere conducirla, no ser parte de ella.

En esa ecuación condicionante para el triunfo de la oposición: unidad partidista y compromiso social, no entra bajo ningún esquema Alejandro Moreno. Y si, como dije antes, por los mecanismos estatutarios del partido es imposible quitarlo del CEN, los viejos priistas que ven amenazados sus cuantiosos patrimonios económicos y los dirigentes aliancistas deben forzarlo a irse. Un político inescrupuloso como él, vulgar truhan, jamás aceptará que está fundido, que su toxicidad llegó a tal punto que contamina todo lo que toca.

Rompeolas

Alejandro Domínguez, dirigente del CDE del PRI, hace lo que sabe hacer; abrir espacios a los viejos priistas. La incorporación del Oscar Villalobos, Ramiro Alvídrez, Ariel Fernández, es una muestra de que pretende oxigenar el partido. Son intentos por abrir el grupo que ha regenteado el CDE en los últimos años. Buen esfuerzo, pero mientras el PRI siga consumiéndose desde adentro con un presidente como “alito”, distanciado de la sociedad, todo esfuerzo político será irrelevante. No necesita las mismas recetas de siempre, necesita democratizarse, lo último que la nomenclatura quiere hacer.

……………….

El Supremo Tribunal de Justicia permaneció años en perpetua litis; unos magistrados contra otros, presidentes rebeldes, corridos y vueltos a su Sala por amparos federales. En los últimos años de Duarte y los cinco de Corral ese Tribunal fue una vergüenza. Para recuperar su credibilidad es importante que las grillas como esa de la jueza Patricia Asían, decimo de lo familiar, sean transparentados socialmente. Si la juez cayó en excesos contra personal sindicalizado que lo demuestren fehacientemente, de lo contrario que la dejen en paz concentrada en su trabajo. Las vendettas justicieras sólo alimentan el desprestigio del Tribunal.

……………….

Por cierto, se dice que Filiberto “fili” Terrazas, magistrado en Juárez, uno de los oxigenadores más conocidos, será consejero de la Judicatura. Con “Fili” quedarían los tres consejeros internos; la propia presidenta Myriam Hernández y Luis Villegas que repetiría. Solo faltarían los consejeros Legislativo y el Ejecutivo. Como sea, pero que por favor ya queden todos esos tramites satisfechos, el Tribunal necesita trabajar en orden y sin los feroces pleitos internos.

HTML Snippets Powered By : XYZScripts.com