Seis preguntas impertinentes y una especulación a la mexicana

*GUSTAVO… SIEMPRE GUSTAVO

Sintió la pulla, tocó partes sensibles, donde duele. Pero Gustavo Madero es recio, de piel dura y emociones controladas, fingió demencia y reaccionó con un despectivo “síganle buscando”, instrucción acatada por el reportero para corregir: No se trataba de “Electronic Publishing”, ahora el membrete era otro, “Tecnologías Generales de Comunicación”, TGC.

Y sí, un nombre delataba la presencia de Gustavo, quién al sentir el segundo apretón asomó una mueca mínima de incomodidad. Sin embargo se condujo con la misma displicencia, ahora calificando la información de “muy chafa”.

Lo que empezó como una nota errada, evidentemente carente de rigor, a la cual había que seguir buscándole, pronto se convirtió en rumor estruendoso que levantaba las enaguas del acaudalado jefe de gabinete. Sin sombra de duda revela un contrato sospechoso que prefigura el delito tráfico de influencia.

Con el pinchazo ardiendo, el rumor creciente y su nombre cuestionado, Gustavo abandonó la conducta de intocable y se refugió en la seguridad de su cámara de video y el pizarrón de acrílico e intentó desacreditar al mensajero: “El Diario de Chihuahua y el Diario de Juárez, ambos tuvieron un contrato millonario con el gobierno de César Duarte por más de quinientos millones de pesos. El gobierno de Javier Corral declaró que ya no va a dar convenios a los medios de comunicación para obtener protección y a cambio de ello estamos teniendo un golpeteo”.

No pretendo hacer una defensa de los Diarios, no la necesitan, el viernes presentaron un editorial junto a la nota informativa de Madero y hasta donde vi en las ediciones posteriores ignoraron el tema.

Me mueve a una reflexión personal que considero obligada por el cinismo con el que se conduce Gustavo Madero, su afán de hacerse pasar como el hombre probo sin mancha, un servidor público ejemplar. Y la defensa que, no obstante tímida, hace el gobernador Corral de su jefe de gabinete, siendo que su trayectoria política desautoriza al defendido.

(¿Dijiste quinientos millones de pesos, híjole debí cobrar más por mis colaboraciones, o al menos pedirles que se mochen, mochen, moches, moches, mmmm, me suena la palabreja ¿A ti también, Gustavo?) Si lo callo me arruino el fin de semana. Fuera de pésimos intentos de broma fin al paréntesis y seriedad al tema.

Tu problema, Gustavo, es que ahora existe una memoria digital de muy fácil acceso. En junio del 2008 Proceso público un reportaje sobre las pugnas internas del PAN en medio de la reforma petrolera, en cuyo contexto Santiago Creel fue removido de la Coordinación de Senadores por Felipe Calderón, entregándote el delicado cargo.

En esa coyuntura el semanario retoma información que para entonces corría entre en la clase política del país, los negocios del nuevo coordinador panista en el senado:

Tal como lo documentó el semanario Proceso en la edición que comenzó a circular ayer domingo 15 de junio del 2008 “Madero Muñoz obtuvo jugosos contratos del gobierno de Vicente Fox para su empresa Electronic Publishing SA de CV, mientras era servidor público, pero no cualquiera, sino presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados; y su socio principal, Marco Antonio Herrera García, tenía también la misma característica: Nada menos que titular del Órgano Interno de Control de la Secretaría de Gobernación, es decir el responsable de vigilar el correcto uso de los recursos…”

Describe que antes de la reforma petrolera era una modesta empresa de software, fundada en 1995, pero “llegó al auge en el sexenio de Fox cuando recibió, sólo de gobiernos del PAN, más de 35 millones de pesos en diversos contratos, algunos de ellos asignados sin licitación”. En el curso del reportaje detalla los contratos y sus cantidades.

Hoy Gustavo dice que es golpeteo por que los Diarios recibían millones de Duarte y ahora ni un cinco de Corral y pide a los militantes del PAN o ciudadanos en general que “No te dejes engañar, éste es un gobierno transparente y no hay nada de que debamos avergonzarnos”.

¿Gobierno transparente del que nadie debe avergonzarse? Perfecto, seis preguntas para el señor jefe de gabinete:

¿Cuándo y con qué capital fundó Electrónico Publishing? ¿Quiénes fueron sus socios fundadores y si hubo posteriormente nuevos? ¿Cuántos contratos obtuvo esa empresa en los gobiernos de Fox, Calderón y en varios estados gobernados por el PAN, su monto y los impuestos pagados por ese concepto? ¿Cuándo quedó liquidada y cuando constituyeron TGS? ¿Quiénes son los socios de TGS? ¿Ha publicado en su muro o en la página de transparencia del Gobierno las actas constitutivas de ambas empresas?

Eso es transparencia, no tomar un cámara de video, pararse frente a un acrílico y pedir a los panistas que se sientan muy satisfechos del nuevo gobierno, por que ellos son incorruptibles. No señor, póngale congruencia, si la información es chafa, dótela de calidad y certeza retirando las capas de opacidad que la cubren.

En lugar de exigir una explicación y hacer valer su amenaza de que cualquiera en su gobierno que fuese encontrado en actos de corrupción sería llevado a la justicia, Javier Corral lo justifica y avala con la misma ligereza: “Es información incompleta de la que no hay ningún elemento” ¿Ningún elemento? Por favor, Javier, tu conoces esa historia al detalle.

Mínimo un investigaremos por qué entregaron el contrato sin licitación y a esa empresa, instruiré a la Secretaria Olmos para que de seguimiento al caso, de ser necesario forme una comisión y lo envié a la oficina de asuntos sin importancia. Mínimo, pero negarlo y exculparlo cuando evidentemente priva la sospecha. Eso convierte al gobernador en cómplice. Lo protege.

Si, yo también estoy muy de acuerdo con José Woldenberg cuando dice que “la información cierta, comprobada, es fundamental para el debate público, pero existe otra información, la pseudoinformación tóxica…” y agregaría, el intento de ocultar información, pretendiendo que la gente vea transparente donde hay opacidad, es peor que la toxicidad informativa, pues es flagrantemente perverso e intenta manipular a la sociedad para seguir beneficiándose del poder.

“Hay aves que cruzan el pantano y no se manchan”, escribió el poeta Salvador Díaz Mirón ¿Tu plumaje, Gustavo, es uno de esos? Por tus desplantes parecería que sí. Pero mira, habría que ver, uno de tus colegas y conocidos en el senado, Miguel Barbosa, tendría sus dudas.

¿Recuerdas cuando la discusión de la Miscelánea Fiscal del 2016 por el tema del impuesto a los refrescos? Cuando pusiste en un twitter que dejara de decir “barbosadas”?

Miguel respingó de inmediato: “Ay, maderito, todos te conocemos, que vamos a hacer contigo”. Ahí se acabó el intercambio amoroso de mensajitos digitales. Era de alto riesgo seguir batido en ellos, quedaban expuestos uno al otro.

Ese es precisamente el punto, que hoy todos se conocen, nos conocemos. Vivimos en la era donde los secretos son cada vez más difíciles de ocultar, cualquiera con un teléfono de quinientos pesos es un observador agudo potencial. La memoria digital está al alcance de muchos.

Me pregunto como una persona inteligente, Gustavo lo es, quiere tapar con una declaración gráfica y a cubierta de su despecho la evidencia de un acto sospechoso que lo compromete a él y al gobierno de Corral, asentado sobre los postulados de transparencia y honestidad.

Va la especulación a la mexicana: manoseado el nombre de Electronic Publishing, deciden liquidar la empresa y en su lugar fundan TGC, sólo que ahora cuidando que no aparezca el apellido Madero -¿O sí aparece?- para despistar a los observadores indiscretos. Nada extraño, es práctica común en la corrupta clase política mexicana.

Y sigue la especulación, será que TGC fue contratado por el gobierno municipal de Carlos Borruel, a petición de Álvaro Madero, después mantenida en los nueve meses de Álvaro, conservado durante un año por Marco Adán Quezada, también a solicitud de Álvaro, y recontratado por Javier Garfio. Sería bueno transparentar esos movimientos ¿Les parece?

Es muy sencillo, llegaron el cinco de octubre, el uno de diciembre hicieron el contrato con TGC habiendo cientos de opciones y sin demostrar que hubiese urgencia y a la semana –a pesar de la falta de dinero pregonada- pagan los 18.5 millones.

Nadie, además de MOLRE del matrimonio Molina Riggs, ha logrado un trato preferencial de esa naturaleza. Que Weba con las buenas familias, pretenden engañar a la gente sin darse cuenta que son ellos quienes se engañan.

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