Comunicación y política (parte 1)

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En este momento, en que los chihuahuenses vivimos una transformación de las formas y modos de hacer gobierno y civismo, considero trascendental que demos una revisada a lo básico del concepto “política” aplicada a la comunicación social; un breve recorrido desde su interpretación histórica-académica, hasta su paradigma más simple, que es lo social y cotidiano.
Y abordo este tema porque no podemos soslayar el trascendental papel que juegan los medios de comunicación en la construcción de escenarios sociales que pueden ser (o no) apropiados para implementar y desarrollar políticas públicas acertadas.
Por supuesto no pretendo elaborar juicios ni sentencias respecto al perfil y desempeño de los actores que intervienen en la construcción de esa percepción pública, y en consecuencia de una realidad que sustenta y justifica la aprobación o desaprobación social de las acciones y decisiones del Gobierno.
Veo, en la actualidad, que hay una grave crisis en la relación entre el Estado y los medios de comunicación, y no solamente en Chihuahua sino en el país e incluso el mundo. Esta fricción se puede apreciar por igual en la confrontación de la prensa estadounidense con su nuevo presidente Donald Trump, como se da en Chihuahua cuando los representantes de los medios locales acusan políticas discriminatorias o maltrato en su relación con el Gobierno local.
Para Jorge Xifra Heras, al analizar la constitución política de Grecia, “se destacaba en lo político una estructura sociológica (polis), una organización jurídica (politeia), un aspecto típicamente político (política) y un significado técnico o artístico (politiké)”. Esta amplitud tiene su base en que ninguno de los problemas que plantea la existencia humana es ajeno a la política, pues ésta es un principio activo, susceptible de abarcar todos los aspectos de la vida del hombre en sociedad.
Podemos identificar que la palabra “política” posee diversos significados, pues lo mismo se utiliza en el lenguaje común para designar a una persona cortés, urbana, atenta, así como en el lenguaje especializado para referir a un individuo interesado en las cosas del Gobierno y en los asuntos del Estado y “meta-Estado”.
También aplica a los partidos que aspiran a la conquista del poder y a la dirección del Gobierno. Por cuanto a la ciencia política se refiere, se utiliza el vocablo para designar al conjunto de conocimientos sistematizados en los fenómenos políticos que se refieren a la organización y funcionamiento de la sociedad para la realización de sus fines.
Veamos la definición de tres destacados sociólogos reconocidos en el mundo de la comunicación; Giovanni Sartori, quien señala que “la política de Aristóteles era, al tiempo, una antropología; una antropología indisolublemente vinculada al espacio de la polis”. Una vez caída la polis, “lo político” se atenúa, diluyéndose de diferentes formas o transformándose en otra cosa.
Por un lado la política se hace más jurídica desarrollándose en la dirección indicada por el pensamiento romano y por otro la política se teologiza, primero adaptándose a la visión cristiana del mundo, después con respecto a la lucha entre el papado y el imperio, y finalmente en función de la ruptura entre el catolicismo y el protestantismo.
Gil Robles distingue siete acepciones: “1. Política como materia del Derecho Político en su relación jurídica. 2. El propósito que persigue el hombre político. 3. Una clase o grado de conocimiento del fin político o actos en que se persigue el cumplimiento de aquel. 4. Las ciencias del Derecho Político racional y el conocimiento amplio del derecho patrio y positivo vigente. 5. Sabiduría del Derecho Político. 6. Acto, práctica y hábito de recta prosecución del fin político. 7. Arte político”.
El italiano Maggiore lo resume en tres; “1. La política versa sobre la realidad de la que el Estado es su forma más alta y acabada; así considerada, puede definirse como ciencia del Estado y se nos presenta como sistema de verdades y principios obtenidos como resultado de aplicar la actitud cognoscitiva humana a esa faceta de la realidad que es lo político. 2. La política es práctica y actividad, energía creadora que obra la realidad política misma, operando sobre ella como causa eficiente y formal. 3. Es, por otro lado, arte o técnica, preceptiva, sistema de principios o normas tendientes a dirigir y encauzar aquella energía creadora”.
(Por limitación de espacio, continuaré en mi siguiente colaboración sabatina).