ADEMÁS DE OXIGENADORES, CHAMAQUEADOS

*Mostrar independencia, reto de Jiménez

*Los motivos de Corral contra Sepúlveda

*Allanado camino para enjuiciar a Duarte

*El M3 arranca otro espacio a los felices

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Piensa un número del uno al 26, agrégale diez, réstale doce, divídelo entre dos, súmale dos, sáquele raíz cuadrada, quítale el número que pensante. El número que pensaste fue 14 ¡brujo! más diez en blanco suman 24 y se hizo la unanimidad.

Puede tomarse a broma, compararse con los ejercicios aritméticos de la preparatoria para adivinar el número pensado, pero ni el más agudo y estudioso de los oxigenadores, Luis Villegas, advirtió que dejando la papeleta en blanco votaban indirectamente por Julio César Jiménez Castro, eligiéndolo legalmente sin oposición, a pesar de que el Pleno está partido a la mitad.

Los chamaqueron, o mejor dicho, se chamaqueron a sí mismos. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, al ver que no le daban los votos para hacer las dos terceras partes requeridas para su elección, el presidente decano invocó el Artículo 10 Fracción décima de la Ley Orgánica del Tribunal y agregó los supuestos nulos a su cuenta.

No hay forma de reprenderlo, la Ley es muy clara en esa parte, ordena inequívocamente que las cédulas depositadas en blanco se sumen a la propuesta de mayor votación, así que catorce más diez hacen 24, menos dos ausencias que carecen de importancia, la elección es por unanimidad.

Ni que alegar, Jiménez Castro es por pleno derecho presidente del Tribunal, lo cual es positivo para la institución, además de ser el decano es un magistrado con prestigio, de los forjados a la antigua que aman y respetan la institución.

Su declaración sobre “no ser el edecán del gobernador” y el discurso de un Poder Independiente auguran que los días negros están por concluir. Ojalá, primero Duarte y luego Corral han abusado de su poder imponiendo sus intereses; el “ex” para hacer magistrados a sus amigos, algunos sin la mínima preparación, el actual con el pretexto de restituirle la dignidad. Es decir, resuelve un atraco con otro, pero por buenas razones.

La mayor motivación de Javier Corral no era detener el nombramiento de jueces, o frustrar la instalación del Consejo de la Judicatura, ni restituir la dignidad de nadie. En todo caso eran una aliciente más para intervenir, la parte determinante que motivó su fulminante acción tiene que ver con tomar control del Poder Judicial a efecto de que los próximos juicios contra los exfuncionarios de la pasada administración, entre ellos principalmente el de César Duarte, caigan en blandito.

Tiene razón el gobernador, la intención

de otorgar imparcialidad al Poder Judicial es aplaudible, imagine que la Fiscalía monta un caso ejemplar contra Duarte y sus funcionarios ¿Cómo lo resolverían los oxigenadores, por ejemplo los magistrados Ramírez, Fierro, Villegas o Quintana? No hay que ser agudo jurídicamente para esperar una sentencia favorable al exgobernador, con independencia de las pruebas en su contra.

Lo francamente cuestionable es el método, Corral somete al Poder a sus intereses, lo mismo que a los diputados, esperando además que la gente le aplauda por que sus motivaciones son honorables. No jueguen.

La responsabilidad de Jiménez Castro es mayúscula; primero necesita observar independencia al Ejecutivo, lo que hizo ayer al menos de palabra, y luego generar condiciones para resolver con apego a las leyes los casos de los funcionarios anteriores, entre ellos el de Duarte.

Tampoco se trata de condenar a nadie por adelantado, si Duarte y/o varios de sus funcionarios son ladrones, que se los demuestren fehacientemente en un juicio. Tienen derecho a defenderse en apego a la ley, sentenciarlos sumariamente describiría un escenario de venganza medieval, no de justicia.

Hay otras tareas apremiantes, se habla que Sepúlveda tenía un tiradero administrativo y de personal. Por su propia seguridad y en abono a la transparencia, el nuevo presidente necesita abrir un espacio amplio a las auditorias administrativas y de encontrar responsables actuar en consecuencia.

El problema va más allá de un quítate tu para ponerme yo, Gabriel Sepúlveda lo sabe, por lo mismo promovió un recurso de revisión del amparo negado contra la reforma que lo hizo dimitir.

No se resigna y mantiene la idea de regresar por mandato de la justicia federal. Difícil, es improbable que prospere su recurso, por lo mismo se lo desecharon la primera vez con la mano en la cintura.

Hay más, sigue vigente el amparo promovido por el abogado juarense Ramírez Luque, contra el proceso conocido como la “oxigención”, es decir el polémico nombramiento de los trece magistrados.

Semanas atrás el Tribunal Colegiado de Circuito lo envió a la Suprema Corte, pero hace unos días el Máximo Tribunal de Justicia lo regresó, ordenando que sea resuelto en Chihuahua.

Como dijo un abogado, ese caso está muy masticado, lo más probable es que sea resuelto en los próximos días.

Suponga sólo por un momento que la sentencia es a favor del inconforme. Una sentencia así obligaría al Congreso del Estado a reponer el procedimiento, posibilidad catastrófica para los ocho “oxigenadores” externos, tendrían que dejar su sala, sin esperanza de ser nuevamente electos.

Tarde o temprano ese amparo habrá de resolverse y los nuevos magistrados no estarán tranquilos hasta que lo hayan desechado, si es que lo desechan. Ellos saben que puede prosperar, de otra forma no habrían ofrecido 15 millones de pesos a Ramírez Luque para desistirse, según trascendió en el submundo de la Litis y la chicana.

El criterio del M3 –Maru, Malo y Mario- se impuso finalmente en la elección de candidato a la presidencia del Comité Municipal del PAN. La única aspirante registrada resultó Paloma Aguirre, propuesta de Maru Campos. En el camino quedaron Antonio Chávez, borruelista promovido por la remasterizada Familia Feliz y José Antonio Blanco, hermano de Juan. Con esta decisión se profundizan las diferencias entre el diputado federal y la alcaldesa, aunque se suaviza el choque entre la alcaldía y Palacio.

Luis Froylán Castañeda