PIERDE DUARTE PROTECCIÓN; CAE O FUGA, LA QUINIELA

*Trevizo a la tómbola; Belmonte amparado

*Chocan por auditor Palacio y Congreso

*La insensatez de Adriana Fuentes

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Los acontecimientos de martes y miércoles, sobre todo el bochornoso episodio de Antonio Tarín García oculto en las instalaciones del Congreso, mandaban la lectura consistente de que César Duarte perdió la protección política recibida en el pacto de impunidad que domina la política mexicana.

El miércoles entrada la noche esas sospechas quedaron confirmadas, cuando la PGR solicitó a Interpol su detención con fines extraditables. Lo anterior sólo significa dos cosas: o que Peña Nieto se hartó por el grotesco espectáculo de Tarín en la Cámara o que Emilio Gamboa –protector político del ex- agotó sus reservas en Los Pinos y lo dejó a su suerte.

En cualquier caso el resultado es el mismo, César Duarte perdió la inmunidad protectora de los primeros meses, de modo que deberá enfrentar sin ese manto a la justicia local, efecto que modifica la correlación de fuerzas en su afán de conservar la libertad.

Ahora están uno contra uno, solos y que nadie se meta. Así quería tenerlo Corral, pues en esa condición lleva amplia ventaja, dado que tiene a su disposición las instituciones de justicia, Fiscalía y Poder Judicial, como antes las tuvo Duarte e hizo con ellas tropelía y media.

El giro, inesperado para los que miran desde tres cuadras el desfile, movió las apuestas a favor de Javier Corral. Hasta antes de que PGR interviniese, el consenso el gremio de la Litis y la chicana era que no lo harían cruzar el Bravo, hoy lo dejan en un setenta-treinta, con tendencia hacia el azul.

Abren quinielas, no tardan en jugarlas en los casinos de Chihuahua, el pueblo se involucró en la noticia como hace tiempo no sucedía en asuntos políticos. ¿Lo detienen o se fuga?¿Usted en qué casilla pondría su dinero, lector acucioso?.

Quienes conocen a Duarte afirman que prefiere huir igual que su tocayo veracruzano, antes de tragarse su soberbia dándole gusto a Javier de que le tomen la foto en la silla de acusados y eventualmente tras los barrotes. Imagine los memes y el descrédito, quedarían para la historia.

Los que decidan apostar tomen nota de un factor adverso al prófugo, la enorme dificultad y riesgo de andar a salto de mata en el país más vigilado del mundo. La tormenta lo tomó en mal terreno y de sorpresa; hace sólo una semana disputaba a Reyes el liderazgo del PRI, hoy su prioridad es evitar la cárcel.

Admirable el deseo ciudadano por verlo tras las rejas, en cuanto empezaron los maxijuicios de la corrupción los chihuahuenses olvidaron la inseguridad, el golf de Corral en aviones de proveedores, el asesinato de Miroslava, la parálisis financiera y la falta de obra. De ese tamaño es la animadversión contra Duarte.

Mario Trevizo permanece agazapado, viendo pasar la tormenta pecho tierra mientras cruza los dedos para que no lo toque. Pues nada, la bolita con su nombre es una de las más buscadas por la mano peluda y podría caer en la segunda vuelta.

Está mucho más comprometido que Javier Garfio en la operación, presumiblemente fraudulenta, con los terrenos de Labor de Terrazas, sólo que optaron por Garfio dado su valor político.

Cuando autorizaron la venta, en septiembre de 2012, Trevizo ocupaba el cargo de Consejero Jurídico del Estado y en esa condición era el representante del gobernador y Consejero Jurídico de la Junta de Gobierno de Coesvi.

Es decir, tenía la responsabilidad legal de velar por que la operación estuviese apegada a derecho, donde el avalúo que determinaba su valor –tratándose de un bien inmueble propiedad del organismo descentralizado- era uno de los requisitos que debió cuidar mejor. Es muy buen abogado, quizás le convendría visitar a uno de sus colegas bien calificados.

Otro dato de los maxijuicios y la punta de la hebra encontrada en Coesvi, es que el mismo César Duartehabría firmado la famosa acta. No tenía obligación, pues Trevizo era su representante, pero lo hizo por que jamás advirtió las implicaciones.

Esos detalles y muchos más saldrán durante el proceso, que desde luego los jueces de consigna pastoreados por Paco Molina intentarán alargar al máximo, cuidado que alcance o al menos roce el proceso electoral del 2018. Los apresuraron a causa de la presión social contra Corral, es válido suponer que intenten recuperar terreno.

En cuanto a Yáñez, Villegas y Tarín, detenidos por los 246 millones de pesos en servicios contratados a empresas de membrete, difícilmente podrán librarla. El SAT, si el Servicio de Administración Tributaria, determinó que las empresas de las que hablan en la demanda –Servicios y Accesorios Cimax, Servicios y Accesorios Cisas y el despacho “Profesionistas Futura”- son todas fantasmas. Para donde se muevan aprietan el cincho. Así que no, lo más probables es que Tarín no regrese a San Lázaro, como envalentonado declaró ayer.

Aunque la vida sea una tómbola la política sigue. Mientras se desarrollan los maxijuicios, en el Congreso del Estado la diputada priista Adriana Fuentes, en el colmo de la insensatez, propone la creación de un organismo colegiado para la Auditoria Superior del Estado ¡Ignora la señora legisladora que se trata de un órgano técnico, no deliberativo! Hay que verlas para creerlas. A como luce la ignorancia política, falta que la tomen en cuenta.

En los primeros días de la siguiente semana eligen al Auditor definitivo, para distinguirlo del interino actual. La disputa está en dos finalistas absolutos, Nachito Rodríguez sostenido por Miguel Latorre y los diputados independientes a gobernador y el “Oso” Valenzuela propuesto por Arturo Fuentes Vélez –dicho con todas sus letras por el osito- y en consecuencia el candidato de Palacio.

Javier Corral tiene una oportunidad para demostrar que su intervencionismo pisoteando el Supremo Tribunal de Justicia y el Instituto de Transparencia fue por razones obligadas. Ponga usted que para “desduartizarlos” lo que a su ver es equivalente a exorcizarlos.

Deje a los diputados que elijan en libertad, haga coincidir sus dichos de respeto a las instituciones con el ejercicio del poder o asuma la responsabilidad de igualarse a César Duarte, en cuanto al sometimiento de los poderes y los mal llamados organismos autónomos.

De someter al Congreso con su deseo, lo que Esparza fue para Duarte, servilismo y protección, sería el Oso para Corral ¿O en su caso hay que interpretarlo diferentes, por ser las buenas familias? Es pregunta.

En previsión de lo que el tiempo encoja y sabiendo que trae una carga muy pesada, arrastrando la cola que lo acusa como uno de los principales justiciables, ayer trascendió que Sergio “negro” Belmonte recurrió al amparo, a la vez que diseñaba su ruta particular de escape. Dicen que se cargó en menos de un año, a ver como lo trata la “Justicia para Chihuahua”.