A puñaladas iguales…

* En oferta la impunidad

* Llevan a Serrano al baile

* ¿Y la inseguridad? Creciendo

* Largo camino al resarcimiento

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 César Duarte dispuso de todos los recursos públicos y privados a su alcance para detener y encarcelar a Marco Adán Quezada, por la tragedia del aeroshow, no por acusaciones de corrupto o excedido en el poder. No, su pretensión era eliminarlo de entre los candidateables a la gubernatura.

Abusó de su fuerza apremiando con ese fin al Poder Judicial, a la Auditoria Superior del Estado, al Congreso, a la Fiscalía General y a cuanta instancia consideró necesaria para detener al exedil de su partido.

Fue una persecución feroz en la que canceló las legítimas aspiraciones de justicia para las víctimas de la tragedia, incluida la compensación económica, con tal de acabar con las aspiraciones políticas de Marco Adán. Cualquiera en Chihuahua tiene conocimiento de ese caso.

En abuso de su poder también inventó un delito “contra la fe pública” al edil de Galeana, Ever García Rodríguez, a quién mandó detener y mantuvo en prisión durante años.

Hoy que el gobierno de Corral enjuicia a César Duarte por abuso de poder, peculado, asociación delictuosa, disposición ilegal de recursos públicos, enriquecimiento inexplicable, el exmandatario denuncia persecución política en su contra.

Persecución la que él montó contra Marco Adán, lo de Corral es un acto de estricta justicia exigido por una sociedad que se siente ofendida por un gobernador que dispuso de recursos e instituciones públicas cual si fuesen de su propiedad y cebó sus rencores contra los enemigos.

Son dos casos diferentes: Duarte sí montó una persecución política contra Marco Adán; Corral busca la justicia prometida en campaña. No obstante las asimetrías, al asumirse como víctima ante la CEDH, admite una de las máximas más famosas de Artemio Iglesias “A puñaladas iguales llorar es cobardía”.

Sin embargo y pese a los rumores generalizados del “batidero”, las declaraciones de Javier Corral poniendo en oferta la impunidad para testigos protegidos, a condición de que denuncien al “odiado”, atentan contra las aspiraciones ciudadanas de justicia.

Son señales que permiten observar pretensiones de venganza, más que de justicia. El sentir popular es claro: el que la hizo que la pague, y si bien Duarte es el mayor referente de los maxijuicios, sería un despropósito forzar la ley para que unos se vayan impunes por que aportaron datos contra el objetivo principal.

¿O es que les faltan pruebas? ¿Qué no dijo Corral que tienen contra el ex un “arsenal” probatorio? ¿Para que, entonces, más testigos protegidos?

Sabroso dilema el de José Luis Armendáriz, presidente de la CEDH. César le regaló el cargo, sin embargo tiene una proclividad natural a quedar bien con el poderoso en turno, su sentido de los derechos humanos es pedir recomendación al secretario general de gobierno en turno, cuando se trata de asuntos importantes.

¿Dónde pondrá su lealtad una vez que presente el informe, en César Duarte al que rindió cumplida pleitesía o en Javier Corral, el nuevo poderoso de Chihuahua? Tiene poco para dónde moverse, quizás una decisión sabia sería acogerse, por vez primera, a lo que dicta la ley.

Enrique Serrano pospondrá, obligadamente, su activismo político para ocuparse de su defensa legal. La Fiscalía Ciudadana lo llevó al baile de la corrupción presentando una demanda por fraude, por la compra de las cuestionadas lámparas de alumbrado público. En esa tanda va también el suplente que terminó su trienio, Javier González Mocken.

Hablan de sobreprecio por 120 millones de pesos, una bicoca en la cifra de seis mil millones que, según Corral, es el monto desfalcado al erario durante la administración Duarte, pero suficiente para negarle el amparo.

A la demanda ciudadana agregue que la ruta del dinero presumiblemente desviado por Ricardo Yáñez, Gerardo Villegas, Tarín García y otros, los famosos 246 millones, conducen hasta su campaña. Trágame tierra y pensar que buscaba la senaduría o de perdis una diputación federal.

En su fogosidad justiciera Corral puso también en la lista de los justiciables a Bertha Gómez, esposa de Duarte, y hasta al hijo mayor del matrimonio. Es lo que trascendió ayer como las novedades más morbosas de los maxijuicios.

Al sentir el fuego en los talones, otra partida de funcionarios de la pasada administración solicitó la protección de la justicia federal, entre ellos Leonel de la Rosa, exsecretario de Desarrollo Rural y varios más de esa dependencia, así como el sobrino favorito, Jaime Agustín Fong Ríos, propietario del membrete Fritag, que recibió contratos de proveeduría por más de 500 millones de pesos, supuestamente.

A la fecha van más de 30, entre empresarios y funcionarios, citarlos a todos es imposible pues ocuparían todo el espacio asignado a la columna, de modo que irán saliendo por tandas, sin que el orden de aparición esté asociado con las prioridades del Nuevo Amanecer para llevarlos ante los jueces de consigna elegidos cuidadosamente por Paco Molina.

Mientras los reflectores apuntan hacia los tribunales por el caso Duarte, la inseguridad se recrea sin que nadie en el gobierno muestre la menor preocupación. Ayer asaltaron una farmacia en plena luz del día y a punta de pistola despojaron de 50 mil pesos a los empleados. Como siempre, la municipal llegó tres horas después y los ministeriales poco más tarde.

Está bien que Peniche y sus fiscales estén concentrados en la corrupción, pero sería deseable que de tarde en tarde voltearan al mundo real, el de los ladrones que atemorizan a la ciudadanía al sentir ambiente propicio para la impunidad.

La mesa del Gerónimos es implacable, ahora trae la cantaleta de que la mejor y única obra de Javier Corral será ampliar el penal de San Guillermo, con segundos pisos, celdas VIP y toda la cosa. Los amparados necesitan alojamiento seguro y digno, cual corresponde a su elevada investidura.

¿A qué horas trabaja Armando Cabada? Sólo él sabrá, pero las noticias que llegan de Ciudad Juárez son que pasa más tiempo en florituras de la política fuera de la ciudad, que atendiendo los asuntos de interés ciudadano. Ésta semana transcurrirá para él entre Toluca y la Ciudad de México, háganle cuentas y verán que viaja mas que César Duarte en sus mejores tiempos, y eso que no tiene avión propio ¿O se los presta el Güero Martínez?

Murió don Carlos Valles, uno de los hombres más entusiastas de la Fiesta Brava, ganadero y promotor en la industria taurina. Su pérdida enlutó los tendidos, que Dios lo guarde. Condolencias a sus hijos, demás familiares y seres queridos.