Los sueños del gobernador

Cuando Don Luis Fuentes Molinar ganó las elecciones de 1979 para ser alcalde de Chihuahua, supo que recibiría una administración en quiebra, apenas con lo básico para salir el año.

En campaña se había propuesto empezar la pavimentación de diversas calles el mismo día en que rendiría protesta, imposible sin dinero ¿Cómo hacerlo? Volteó hacia donde había y pidió prestado a Eloy Vallina, entonces presidente y director general de Comermex, cabeza del poderoso Grupo Chihuahua.

Eran y siguen siendo amigos, así que lo abordó en confianza. Vallina, como buen banquero y hombre práctico, aceptó prestar el dinero a condición de que fuese a titulo personal, es decir que Don Luis respondía no la presidencia municipal.

El edil tomó el reto y se comprometió a pagar los primeros meses del siguiente año. De esa manera pudo iniciar su administración municipal pavimentando las calles prometidas. Esa historia me la platicó Don Luis, todavía viven los dos protagonistas para confirmarla.

Fernando Baeza llegó al gobierno en un ambiente de confrontación política y rispidez social. Habían depuesto a Oscar Ornelas, la Universidad salía de un movimiento que la convulsionó, lo acosaban sospechas de fraude electoral en aquel verano del 86 y las arcas apenas provistas de lo indispensable para salarios.

Su prioridad era restituir el tejido social, así en abstracto. Sabía que los chihuahuenses necesitaban perdonarse y quería ser recordado como el gobernador que los reconcilió, tras años de trastornos y convulsiones internas que llegaron hasta el seno familiar.

Caminado durante una supervisión de obra en la avenida Juárez, entonces llamada la Zona Dorada, me preguntó cuál consideraba su mejor obra. Sin pensarlo respondí: el acueducto, suponiendo erradamente que por respuesta esperaba escuchar la autopista.

Ante la insatisfactoria respuesta, Baeza me miró como diciendo éste reportero imberbe nada entiende y en forma de pregunta se dijo a  si mismo lo que buscaba escuchar: “Qué le parece mi obra política, restituimos –así en plural- el lastimado tejido social de Chihuahua”. De su obra política estaba orgulloso, hasta que llegó la derrota.

No obstante su prioridad del tejido social, también mostraba prisa por desarrollar la entidad y con esa convicción, el mismo día que tomó protesta dio el banderazo de salida a las maquinas que iniciaban la carretera de doble carril Chihuahua-Delicias y el periférico Lombardo Toledano.

Tampoco tenía dinero, empezó los trabajos con maquinaria del gobierno, mientras gestionaba recursos ante Banobras y la Secretaría de Hacienda. Los consiguió hasta terminar la autopista Juárez-Jiménez, obra portentosa que los gobiernos actuales tienen dificultades hasta para darle mantenimiento.

Pongo por ejemplo de gobernantes ocupados en el desarrollo de Chihuahua a dos personajes de la política doméstica relacionados con el PAN: Siendo candidato a la presidencia municipal por segunda vez, Don Luis reconoció, contra las órdenes del Secretario de Gobernación, Manuel Barttlet, el triunfo de Luis H. Álvarez; Fernando Baeza entregó sin reticencias el gobierno a Francisco Barrio, su adversario seis años atrás.

Ambos tenían en la ausencia de dinero su justificación para concentrar sus esfuerzos en actos de presídium floreados y edecanes acomedidas con el vaso de agua, programas en beneficio de los grupos vulnerables colmados de discursos impostados y buenas intenciones.

Sin embargo decidieron tomar el reto y ocuparse de los temas sustantivos en todo gobierno, principalmente la generación de obra pública. A la distancia, cada uno tuvo éxito en su propósito; Don Luis fue excelente alcalde y Baeza buen gobernador.

No soy de los que prefieren a los gobernantes del PRI por que “roban pero salpican”. es un deber ciudadano reconocer su obra. Tienen ese gen positivo que los alienta y empuja al desarrollo, conscientes o no se asumen los constructores del país.

Aplaudo sin regateo el esfuerzo de Javier Corral por administrar justicia contra los poderosos de ayer, como la mayoría en Chihuahua me ofendió la soberbia, el cinismo y los desenfrenos prevalecientes en el pasado gobierno.

Sólo pediría que se haga justicia no venganza, lo digo por que a veces me da la impresión que ante la incapacidad para detener a Duarte, fueron por Javier Garfio como gancho publicitario.

El exedil pinta para chivo expiatorio, hay muchos más asociados popularmente a la corrupción y siguen impunes, empezando por Duarte y en ese sentido la conclusión ciudadana es lapidaria: el que sea perro que lo ahorquen. Perfecto, siempre que no le cuelguen San Benitos inmerecidos a nadie más.

Doy también por bueno el reclamo de que les dejaron al estado endeudado y las arcas vacías, llevándose hasta las alfombras. En esa parte no hay diferencia con otros relevos; por lo mismo Duarte se quejó de Reyes, Reyes de Patricio, Patricio de Barrio, Barrio de Baeza y Baeza no tenía ni de quién quejarse, recibió de don Saúl quien oficiaba de gobernador sustituto. Así los anteriores, que los gobiernos dejen las arcas vacías es constante no excepción.

Por alguna razón las calificaciones financieras del estado son de buenas hacia arriba, ese dato enciende la lucecilla del ignorante y me dice que Javier Corral tiene espacio de maniobra financiera ¿Porqué permanecer en la parálisis?

No se, a lo más puedo suponer que su idea de gobierno empieza y termina en conceptos tales como transparencia, democracia, justicia, honestidad. Y está muy bien, son valores fundamentales para una sana convivencia social y buen rumbo de los gobiernos.

Pero esos valores por sí mismos son intrínsecos en toda acción de gobierno, no son un plus. Es obligación de quienes reciben la confianza de administrar los recursos públicos, de la misma manera en que los padres deben ocuparse de cuidar y educar a sus hijos, el obrero cumplir con su jornal, el científico hacer investigación, la vaca dar leche, el nogal nueces…

¡Por Dios, han pasado seis meses! Seis largos meses, una décima parte de su gobierno y Javier Corral es incapaz de anunciar una sola obra digna de un estado como el de Chihuahua, anunciarla nada más, ya no diga usted ejecutarla.

Lo aterrador es que no se entera, las teorizaciones ocupan su mente. Durante su discurso de protesta desdobló su idea de gobierno basada en los conceptos anteriores, sin ocupar una sola línea a la obra pública.

Revisen su discurso, ahí está. Hizo hincapié en ayudar a madres solteras, niños, indígenas, jóvenes en general a las poblaciones vulnerables, el justiciero que somete a los malos y protege a los desvalidos, el redentor de los menesterosos, sin

destinar una sola línea de su discurso para el desarrollo de la entidad y la obra pública.

Así permanece, sin percatarse del atraso. Al hacer un corte de los primeros seis meses, el jueves pasado, dividió su mensaje en tres rubros: ahorro, transparencia y desarrollo social. Su idea de gobierno, más allá de la justicia al corrupto, es vender pitos, flautas y solucionar los problemas de la humanidad.

En ahorro presumió 29 millones en combustible, 16 en viáticos y diez por líneas telefónicas cancelados, poniendo énfasis en que sólo ha gastado 18 millones en comunicación social, sin decir que la mayoría para Cambio 16, el semanario de autoelogio.

En transparencia repitió lo que tanto ha dicho y en desarrollo destacó obras sociales en municipios, sin atreverse a ofrecer un solo trabajo que valga la pena mencionar. Nada por lo cual recordarle.

En los primeros seis meses de su gobierno de cinco años es lo que destaca, ahorros por cincuenta millones de pesos ¡Nada en un gobierno con presupuesto anual por arriba de los 62 mil millones de pesos!.

Supongo que Javier Corral ni siquiera entiende las prioridades del gobierno. Hay que ocuparse de las tareas sustantivas; realizar obras dignas de un estado como Chihuahua, apostar por el desarrollo, contener la violencia, resolver la crisis financiera, mejorar la educación.

Con todas sus deficiencias y corruptelas otros gobiernos contribuyeron al desarrollo de Chihuahua y dejaron huella. Apostar por el crecimiento de la entidad es la mejor manera de ayudar a los grupos vulnerables de los cuales tanto hablas.

Heredaste un batidero pero también los mecanismos para limpiarlo, haz que la gente crea nuevamente en el PAN, el partido que todo te ha dado. No defraudes a la gente que confió en ti .La gente quieren ver a Duarte en la cárcel, si, pero también un estado en desarrollo y seguro.

¡Despierta, Javier, los sueños sueños son, hay un nuevo amanecer!

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