*Congreso, impera criterio de Corral

* Chuy Villarreal evita la ruptura total

* Lilia exhibe una Fiscalía barbajana

* Ven a Reyes para segundo del CEN

En una reacción inversa a la máxima de que “la suerte del principal la corren los accesorios”, Miguel Latorre es desde ayer compañero del mismo dolor que sufre Nachito Rodríguez; ambos se atoraron entre las trancas del corral.

Era previsible, el desencuentro brutal entre Palacio y el M4 –desde ahora regresa al estatus original de M3- había escalado a niveles de alarma, poniendo en riesgo la viabilidad electoral del Partido en las elecciones intermedias del año que viene. El escándalo era de risa.

De modo que para distender el conflicto necesitaban deshabilitar a los protagonistas principales y como la hebra se revienta por lo más delgado, no iban a renunciar César Jáuregui, el exbueno, como tampoco Fernando Álvarez, así que Latorre se comió el sapo.

Corral avanza en su proceso de someter al Congreso, pero tampoco rompe lanzas ni se pinta de apache. En lugar de poner en la coordinación a Blanca Gámez o Jorge Soto, Fernando Álvarez Monge eligió a un moderado del equipo contrario, Chuy Villarreal. La jugada inhibió una reacción iracunda de los diputados independientes a Palacio y de sus apoyadores en las alcaldías.

¿Que sigue? Si verdaderamente la tregua está pactada y la renuncia de Latorre era considerada inevitable, dado el nivel de rispidez con el Partido y la Secretaría de Gobierno, es presumible suponer que Armando Valenzuela, el señor “Oso”, invernará otra temporada más en la Auditoria, así el calor supere los 30 grados. Eso si, en calidad de mientras.

Después repondrán el procedimiento, dando por eliminados a los tres finalistas de la terna pasada –Nachito, Oso y Siqueiros- hasta encontrar el nombre que genere menos resquemores entre los grupos.

En teoría esa sería la ruta general de la negociación, en la práctica todo puede complicarse al momento de conciliar el nombre. Como van las cosas, apueste usted que Corral impondrá un auditor a modo, así tenga que poner de cabeza nuevamente al Congreso.

Desprovisto de su cuarto soporte, el M3 necesita replantear prioridades en la auditoria superior. Quizás les vendría bien pensar en un segundo con poder que los blinde de posibles acometidas futuras, cuyo fin sería complicar la reelección de sus figuras, empezando por Maru Campos. Tendrán tiempo suficiente para pensar y medir sus posibilidades.

Exhibida, lo que se dice exhibida, la de Lilia Aguilar al comandante de la Unidad Antisecuestros y por su conducto al fiscal Peniche. Según declaraciones de la diputada, dicho comandante trató el caso con una ligereza e irresponsabilidad que asombra.

Deje usted a un lado los asuntos personales de la señora Gil, ya está juzgada de Dios, también la negligencia de soltar a sospechosos, aquí la indignación que generó en la familia Aguilar fueron los modos con que la UECS trató el caso.

Sin pensar en el dolor y la natural angustia de saber a su madre desaparecida, el comandante informó a la familia que “su mamá se fue por su propio pie, dejen de buscarla y de hacer pedo”, pues en cualquier momento podría aparecer “tomándose un coco en la playa”.

Sobre la llaga del dolor la misma autoridad machacaba, poniendo frente a sus hijos y esposo en entredicho la conducta de la señora. Ninguna necesidad había de manejar el caso con la crudeza de palurdos, tuviesen o no razón. Es rudeza innecesaria.

Será Peniche, serán los fiscales de zona, será el cuerpo de jefes y comandantes, será el sereno de la madrugada pero la única realidad es que la Fiscalía tropieza con cada caso recibido. Luce rebasada, aturdida, incompetente y con lo de Matilde hasta barbajana.

Si de esa manera tratan a una familia empoderada económica y políticamente ¿Que pueden esperar los ciudadanos comunes cuando acuden a la institución en busca de justicia? Les iría bien con que les tomen los dantos sin que los llamen tarugos por dejarse victimizar. Cuanta indolencia; tamaña insensatez.

Perdonado por el juez supremo de Chihuahua y ratificada la sanción exculpatoria por su contralora, Ernesto Ávila pretende desviar la atención sobre el desaseo que priva en la Secretaría de Salud, cargando de imputaciones cuestionables a una empresa minúscula dedicada a la venta de medicamentos, en la que presumiblemente el dirigente del sindicato, Pablo Serna, tiene intereses.

Están bailando decenas de millones de pesos en medicamentos y Ávila descarga su ira contra esa nano-empresa, siendo que desde su llegada la Secretaría surte medicina a precio de hospitales privados, mientras pelea por las comisiones de las grandes licitaciones. Inaudito, está empeñado en desacreditar la administración panista y lo exoneran de la evidente ilegalidad cometida con el bono.

Los futurismos previos a una elección presidencial colman la política de rumores. Agregue uno más: en altos círculos del priismo dan por hecho que, sin importar el resultado, pasadas las elecciones en el Estado de México Enrique Ochoa dejaría la presidencia y en su lugar asumiría Claudia Ruíz Massieu.

En esos reacomodos imaginarios ubican a Reyes Baeza en la Secretaría General del Partido ¿Política ficción? Puede, son tiempos donde los chismes van y vienen; suben y bajan. Pero los comentarios ahí están, amenizando las mesas de café defeñas.

Antonio Tarín arrastrando la dignidad sin mostrar emociones. Está empeñado en protestar el cargo de diputado federal, contra el interés de César Camacho, coordinador parlamentario del PRI, e incluso de los diputados federales por Chihuahua.

El panchito que hizo durante la primera intentona le pareció insuficiente, así que el señor se coloca otra vez en uno de los aparadores más visibles de la política nacional, exigiendo que lo tomen en cuenta.

Inocente, supone que la Junta de Coordinación Política responderá en forma negativa y expedita a su solicitud de asumir el cargo, para luego acudir al Tribunal Electoral en defensa de sus derechos políticos. El amparo no le garantiza la impunidad, así que busca el fuero de los inimputables.

El clan Bazán se reunió ayer para definir la lista de sus candidatos a consejeros del Comité Directivo Estatal del PRI. Quieren la mitad más uno de los consejeros. Y su nieve, cómo la prefieren, de vainilla o chocolate. La verdad es que Omar es uno de los pocos priistas que mantuvo la bandera del partido en alto. Merece sus consejeros.

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