Desaparecen amigos de Garfio

Anaya en defensa de Corral

* Planilla única al Consejo del PRI

* Un desfile muy “independiente”

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Si alguno de los tres detenidos por los escándalos y excesos de la pasada administración admite el calificativo de “chivo expiatorio”, sin duda es Javier Garfio. En su juicio está claro que pretenden, por las buenas o las malas, mantenerlo en prisión siendo que las leyes están a favor de llevar su caso en libertad.

Dado que no han podido detener a César Duarte y probablemente no caiga pronto, pues está claro que sigue gozando de la protección federal, la consigna contra Garfio es mantenerlo detenido a cualquier precio.

Quizás los ideólogos del Nuevo Amanecer imaginan que de soltarlo para que enfrente las acusaciones en libertad, vaya contra la percepción ciudadana de que Javier Corral incumple con su promesa de llevar a los corruptos a prisión.

Con el exedil tras las rejas el señor gobernador puede presumir que tiene detenido al número dos en el organigrama político de César Duarte. Pero indudablemente su empeño es más una actitud de venganza que de justicia.

Javier Garfio recuperará su libertad más temprano que tarde, pues por más que decidan prolongar su estancia en San Guillermo llegará un momento que no puedan más.

Entonces quedará exhibido a los ojos de los ciudadanos el rencor de sus perseguidores, que ceban en él sus apetitos justicieros mientras el objetivo mayor goza de libertad y no se ve para cuando lo detengan.

A propósito, extraña que los amigos de Garfio hayan preferido ocultarse, guardar silencio y negarlo tres veces, pues mientras sufre esa injusticia –conste que no se habla de culpabilidad o inocencia, sino que debería llevar el juicio en libertad- ninguno de sus amigos o colaboradores ha denunciado el hecho y menos salir a las calles en su defensa.

Bien dicen, los amigos se conocen en la cárcel y la cama, Garfio lo vive en carne propia.

Ricardo Anaya aprovechó los reflectores del Consejo Político nacional del PAN para salir en defensa de Javier Corral, negando lo que a cada chihuahuense con dos o más dedos de frente le parece obvio, el deterioro de la seguridad pública en la entidad.

“A nosotros no se nos descompuso Chihuahua, Chihuahua y todo el país se le ha descompuesto al PRI. Hoy el gobernador Javier Corral está haciendo un gran trabajo con insuficiencias y limitaciones heredadas por quienes indiscutiblemente forman parte de esos priistas icónicos, como César Duarte”, dijo Anaya.

Cuanta mezquindad la del dirigente nacional del PAN, cualquiera en la entidad sabe que Chihuahua “se descompuso” desde que Javier Corral asumió el cargo. La violencia hoy se aproxima a los estándares negros de la guerra de Calderón contra el crimen.

En ese departamento algo hacía bien César Duarte. Si pactaba, negociaba o se entendía de alguna manera con los barones del crimen, la realidad es que durante su administración Chihuahua vivió una era de tranquilidad, lo que no puede presumir Corral.

Pero en fin, son oportunismos de los políticos, recuerde que cuando prevalece la seguridad los gobiernos locales se llenan de orgullo diciendo que se debe a ellos, pero cuando llega la violencia el responsable siempre es la federación.

Ojalá Corral también pacte o negocie con los criminales, a la gente no le importa de qué manera establecen la paz, sólo quiere vivir en tranquilidad y sentirse segura cuando sale a las calles.

Tiempos traen tiempos, antes el PRI ocupaba el Consejo Político Estatal con los funcionarios de gobierno, la presidencia municipal y los diputados. En cambio hoy tiene dificultades hasta para integrar una planilla única.

A efecto de renovar la dirigencia estatal cambiarán totalmente el Consejo Político, intentando integrar una sola planilla, pero les faltan nombres, pues el priismo viene muy a la baja, el que no va camino a Morena coquetea con la independencia o de plano se olvidó de su partido.

El siete de mayo es la sesión para renovar formalmente el Consejo, lo que de alguna manera es innecesario pues para elegir presidente sin la intervención de Duarte no necesitan llegar a esos mecanismo legaloides, ya que la mitad del actual Consejo está amparada, pensar en que vayan a proponer candidato a presidente es inaudito.

De hecho si Memo Dowell no se ha ido es sólo por que no encuentra a quién entregarle, pero está que se desvive por dejar la presidencia, pues no hay dinero ni para pagar los servicios.

Pero en fin, ahí están los priistas dando señales de vida, esperanzados en que Javier Corral y Maru Campos sigan desgastándose apresuradamente soñando con recuperar la alcaldía de Chihuahua y tener mayor presencia en el Congreso. Inocentes, no se dan cuenta que su partido está más muerto que un difunto de tres días.

Hoy es el primer desfile de los trabajadores en la era del Nuevo Amanecer. Por lo general se trata de contingentes a modo del gobierno en turno, los llamados sindicatos charros, pero ahora prevalecen condiciones para un ejercicio independiente.

Es interesante observar su desarrollo desde el punto de vista gubernamental, saber como lo toma Javier Corral, así como la conducta asumida por las organizaciones sindicales, mismas que en teoría mostrarán una cara desafiante.

La presente administración se ha ganado a pulso el rechazo de los sindicatos, empezando por Tere Ortuño, Pablo Cuarón y Ernesto Ávila, el del bono chiquito, enfrentando a sindicatos poderosos como el del bachilleres, la sección octava de maestros y el de salud.

En el ADN panista priva una conducta de rechazo a las organizaciones sindicales, pero los gobiernos suelen ser –por interés político- tolerantes, lo que no ha sucedido en la administración actual. Así que obliga darle seguimiento, como ya se dijo arriba, hasta para saber que posiciones adoptan los dirigentes sindicales y el gobierno.

Por lo pronto no hay certeza de que Javier Corral esté presente en la celebración, lo cual es totalmente explicable, una persona de su alto nivel de intolerancia no pondrá la cara para recibir apelaciones al diez de mayo, estando en día primero.

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