Alfredo Piñera Guevara ,-“Primero desde el Senado de la República, después como candidato y ahora como gobernador constitucional del estado, Javier Corral ha expresado la necesidad de un Gobierno honesto y también hizo suya la exigencia de la ciudadanía del combate a la corrupción y el castigo a los malos funcionarios de la Administración de César Duarte que actuaron en perjuicio del erario”, me dijo don Espiridión Sánchez.
Javier Corral prometió un nuevo amanecer para Chihuahua, aunque los cambios fuertes aún no se sienten en la ciudadanía, pues lo primero que tuvo que hacer fue ordenar la casa. Funcionarios honestos, reducción de gastos superfluos (venta de aviones y Casa de Gobierno) rescatar lo robado por los malos funcionarios de la Administración anterior (ya hay varios detenidos y se están recuperando los bienes) y muchas actividades más que era urgente realizar.
Y es que hay dos principales formas de gobierno, la populista donde el Ejecutivo se dedica a realizar grandes obras como carreteras, presas, escuelas, hospitales, etcétera, a costa de endeudar al estado, generando con esto una derrama económica muy importante a corto plazo y creando empleos temporales, lo que el pueblo agradece, pero a largo plazo genera parálisis de la Administración pública por el excesivo endeudamiento. Es cierto, las obras en infraestructura ayudan al desarrollo económico, pero deben hacerse con el mínimo endeudamiento y Duarte elevó la deuda en seis años de doce mil a cuarenta y cinco mil millones de pesos.
La otra forma de gobernar es la que prometió el gobernador Corral. Administración honesta, combate real a la delincuencia, ejecutar programas a largo plazo como el plan hídrico para el estado durante los próximos cuarenta años, apoyos constantes a las actividades básicas de Chihuahua (agricultura, ganadería, etcétera) y no únicamente en tiempos electorales para condicionar el voto.
El nuevo amanecer apenas comienza, es un reto enorme, no se puede de la noche a la mañana pasar del caos político, económico, moral y social a un estado perfecto. Debemos estar conscientes que día a día se forja la obra. Javier Corral no tiene poderes mágicos para darnos desarrollo, justicia, seguridad, liquidar la deuda, mejorar trasporte público, educación, salud, apoyar a los jóvenes, combatir la corrupción, la impunidad, pavimentar todas las calles, en un solo día.
La noche duró seis años y el caos ya venía desde antes, ahora lo que sigue es esperar, la tierra ya se está limpiando, es tiempo de sembrar y regar las plantas, para poder tener una buena cosecha.
Si Javier corral prepara la tierra, abre el surco y deposita la semilla, los ciudadanos debemos cuidar las matas para que la mies dé fruto para todos. Cuidar las matas significa cambiar nuestro paradigma sobre la responsabilidad que como ciudadanos tenemos. Significa involucrarse más en las tareas que nos son comunes a todos.
Significa participar en las acciones y decisiones que definirán la ruta que siga nuestro desarrollo político, económico y social y establecer de forma constructiva y asertiva los mecanismos para impedir que la corrupción, el delito y las malas costumbres puedan volver a brotar al interior del Gobierno.
Son más tareas de las que imaginamos, las que como ciudadanos podemos realizar sin necesidad de limitar o comprometer nuestro tiempo ordinario. Podemos empezar por incrementar nuestro interés por enterarnos de lo que sucede al interior del Gobierno. Preguntar, investigar, solicitar información y después de un estudio sereno, opinar con a mejor intención de hacerlo propositivamente.
Chihuahua es un pueblo de lucha, defendimos nuestro territorio de la invasión norteamericana, combatimos contra los apaches y los vencimos, por lo tanto unidos pueblo y Gobierno podemos cualquier cosa, es cuestión de apoyar todos, ya lo dijo Javier Corral: “No me dejen solo”, demos a Dios lo que es de Dios y quitemos a Duarte lo que no es de Duarte.
