Caperucita en Manhattan, Carmen Martín Gaite

Hace 30 años Carmen Martín Gaite, que ya tenía un nombre y una veintena de libros a sus espaldas, se convirtió en la autora de un best-seller. Una obra que había nacido mientras moría Franco. Clavada ante el televisor que retransmitía el funeral del dictador, la escritora pensó: “De esta época que acabamos de cerrar yo lo sé todo”. Aun así, se documentó durante tres años y bregó consigo misma hasta dar con el tono, según confesaría a su entrevistadora, Rosa Montero, tras recibir el Premio Anagrama de Ensayo aquel mismo año por el estudio que hurgaba en las cicatrices de una generación: Usos amorosos de la posguerra española.

Ameno y concienzudo, divertido y desolador, el ensayo fue una sorprendente anomalía comercial. A día de hoy acumula 112,000 ejemplares vendidos y 28 reimpresiones, según Anagrama, que acaba de reeditarlo en su colección de bolsillo Compactos, bajo el paraguas Pequeña biblioteca Carmen Martín Gaite, junto a las novelas La Reina de las Nieves, Lo raro es vivir, Irse de casa y Nubosidad variable.

Reediciones, tesis y, hoy, un homenaje en la Feria del Libro de Madrid —donde el público la encumbró como reina de las firmas— muestran que Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925-Madrid, 2000) es una autora muerta muy viva. Acaso la más vigente de los desaparecidos de la generación de los 50. “Hay muchos autores tan buenos, como Jesús Fernández Santos, que se mueren y se acaban. Yo he hecho todos los esfuerzos posibles para que no se la olvide”, indica su hermana Ana María Martín Gaite, que ha convertido la casa familiar de El Boalo(Madrid) en el corazón de la Fundación Años 50, consagrada a aquellos niños de la guerra que se refugiaron en la literatura para descifrar la realidad.

‘Caperucita en Manhattan’ ha vendido medio millón de libros

“Pretender al mismo tiempo entender y soñar: ahí está la condena de mis noches”, escribió Martín Gaite en El cuarto de atrás (1978), una obra que la convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura. Comprender —ahí están sus ensayos— y fantasear —ahí están algunas novelas—. “La fantasía fue para Carmen Martín Gaite la única venganza contra la muerte”, afirma en la introducción a las Obras completas José Teruel, profesor titular de Literatura española de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en la autora.

La imaginación para huir del duelo. Martín Gaite afrontó varios, anómalos y precoces: a los 29 años perdió un bebé de seis meses (“Me enseñó a no volver a conceder nunca importancia a los disgustos menores”), a los 52 a sus padres con dos meses de diferencia y, a los 59, a su hija Marta. Un naufragio vital que la dejó sin literatura hasta que, en Nueva York, fraguó una fantasía que se convirtió en un fenómeno tras su publicación en 1990: Caperucita en Manhattan.

Su archivo podrá consultarse en Internet a partir de septiembre

Con 55 ediciones, medio millón de libros vendidos y presencia en 14 países es, después de El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder, el título que más beneficios ha proporcionado a Siruela. “Tiene un comportamiento excepcional. Es una novela muy moderna que habla de la libertad y construir un mundo diferente, y también es muy divertida. En la vigencia influye que es una lectura muy recomendada en muchísimos colegios”, sostiene Ofelia Grande, directora de Siruela.

La editorial, con 16 obras de la autora en su catálogo, reeditará en unas semanas el ensayo Usos amorosos del dieciocho en España y lanzará dos nuevos títulos en 2018, cuando también saldrá el sexto volumen de las Obras completas en Círculo-Espasa y una edición crítica en Cátedra de El cuarto de atrás, anotada por José Teruel: “Es un título canónico para abordar la Transición política”.

Y desde septiembre, su mundo será más accesible para todos: la Biblioteca Virtual de Castilla y León permitirá consultar en Internet su archivo, formado por 5,661 registros, que abarcan manuscritos de novelas y ensayos, cartas, cuadernos, fotografías, notas y material audiovisual. «Creemos que será muy útil para hispanistas de EE UU, donde hay mucho interés en su obra», señala la directora general de Políticas Culturales de Castilla y León, Mar Sancho.

Diecisiete años después de la muerte de Carmiña, Ana María Martín Gaite puede respirar tranquila. Ha cumplido la promesa póstuma que se hizo en el funeral de su hermana menor: hacer realidad un verso — “No te mueras todavía”— del poema Jaculatoria.

“Y cuando yo termine —dice Ana María Martín Gaite desde la sabiduría de los noventa y tantos—, pues terminé. Nada es eterno, pero pretendo que no sea efímero”.

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