Deuda; lo que Fuentes Vélez calla

* Viacrucis de la senectud, los motivos

* Un grito de auxilio desde el “CESAME”

* Presenta delincuencia su tres de tres

0
1

Arturo Fuentes Vélez concurrió ante la Diputación Permanente y, paseando el dedo por la boca de los legisladores, salió sin dificultades del requisito informativo por la reestructuración de la deuda pública, los famosos 20.4 mil millones de pesos heredados por Duarte.

No hizo aportaciones más allá de las que dejaron correr para “socializar” la iniciativa, y los diputados tampoco formularon las preguntas certeras. Con facilidad los envolvió e inhabilitó mediáticamente. No entienden de finanzas. A lo más que llegaron fue a preguntar –por enésima vez- que si se trataba de nueva deuda o no. El Secretario de Hacienda se dio vuelo aclarando una y mil veces que no.

Sin embargo lo que Fuentes Vélez calla es más revelador. Primero que los ahorros, según esto de 300 millones de pesos mensuales o 1,200 en los cuatro años, son una cifra aspiracional del gobierno, pues no tienen certeza de que las subastas consigan las tasas deseadas. Ahí lo que manda es la frialdad de los bancos.

Segundo que un movimiento hacia arriba en las tasas se referencia, llevándola por ejemplo de 7.25 a 7.50 inhibiría el ahorro, suponiendo que lo consigan. Esa posibilidad es grande, dado que es una de las maneras más efectivas que tiene el Banco de México para detener la creciente inflación.

Y tercero, también ponga usted que los consiguen. Excelente, 300 millones de pesos más para lo que necesite el gobierno estatal. Pero en el contexto global significan poco, el déficit seguirá creciendo y con él los aprietos económicos.

Corto, muy corto quedó Fuentes Vélez para el reto financiero que tiene frente a sí. Esa reestructura bien manejada sólo representa un aliciente, si es que no se la come antes el aumento en las tasas de referencia. Así que todo lo que se hable o escriba en torno a ella es perder el tiempo. Su importancia es mínima.

El inhumano trato que dan a los adultos mayores durante la tramitología para renovar su tarjeta de “Setenta y más” de Sedesol, por medio de la cual reciben los apoyos del Gobierno Federal, tiene una sorprendente explicación, en apariencia de polítiquería.

Tómelo prudencia y las debidas reservas, diga que se trata de mala leche o que ya no saben con qué golpear a Corral, pero trascendió que Juan Pedro Santa Rosa González, director del Instituto del Deporte del Gobierno Estatal, negó el uso de gimnasios a la Delegación de Sedesol para realizar los tramites, como en años anteriores.

O sea que los ancianos sufren las inclemencias del sol por que a Pepe de la Madrid le dieron con la puerta en las narices, cuando pidió los inmuebles ¿En serio tan mala onda del Nuevo Amanecer?

El tema reventó en Delicias, donde la IP hizo una conferencia de prensa en la que exigió a la Delegación que ofrezca condiciones menos indignas a los beneficiarios del programa. A partir de entonces empezaron a surgir las versiones de que no les prestaban los gimnasios.

Si tales versiones corresponden a la verdad, el señor delegado tiene la obligación de probar el rumor. Es de suponer que hay oficios de petición o algo que acredite la negativa. A la vez tiene la obligación de resolver el problema, pues en última instancia a los adultos mayores les importa un cacahuate quién tiene la razón.

Se trata de un padrón compuesto por 150 mil adultos mayores, la entrega apenas empieza y ellos sólo quieren una sombra y un bote de agua fresca mientras esperan su turno para firmar la nueva tarjeta y recibir sus 1,500 pesos en efectivo. Atiéndanlos.

Luis Eduardo Juárez lleva más de diez años como psiquiatra residente en el Centro de Salud Mental del Estado, conocido como Hospital Neurosiquiátrico. Desesperado, subió a su cuenta de Face personal un llamado de auxilio, denunciando la carencia de medicamentos más urgentes. Con la esperanza de ser escuchado, etiquetó al gobernador Javier Corral.

“Estamos sin medicamentos en el Hospital de Salud Mental de Chihuahua, desde hace meses. Gente de muy bajos recursos son los que acuden a éste hospital. Buena parte de esa gente viene de fuera y hace esfuerzos por pagar el transporte, pero se llevan la sorpresa de que sus medicamentos no están. Los pacientes con patologías siquiátricas, si suspenden el medicamento, tienen una alta probabilidad de recaída. Es una población altamente vulnerable”, dice el profesional de la salud mental.

Es una pena, su desesperado grito de auxilio quedará ahogado en el mar de intereses que rodean la compra de medicinas. No sólo el neurosiquiatra padece tal desabasto, el resto de los hospitales estatales sufren por la misma causa y en algunos, como el Central, carecen hasta de material para curación tan básico como gasas y jeringas.

Mientras médicos y enfermeras se ven impotentes, el “consuegro influyente” –Ernesto Ávila- sigue comprando medicamentos a precio de minorista y a cuenta gotas, por no concursar debidamente los montos requeridos para solucionar el problema. Ahí queda la denuncia legítima de un médico desesperado.

La delincuencia presentó ayer su “tres de tres”, en un lapso de treinta minutos asesinaron a tres personas. Y en menos de 24 horas fueron ocho ejecutados en la entidad, aumentando el número de muertitos a la cuenta de la administración panista.

Desde luego todos en la más absoluta impunidad, otra vez los sicarios del mal usan sus armas largas como pasaporte que les permita trasladarse en cualquier dirección, una vez cometido el asesinato.

Los hechos de sangre siempre llegan acompañados de otros delitos. Con diferencia de horas los sicarios del mal ocupados en despojar a la gente de dinero en efectivo, asesinaron a uno cuando salió de una sucursal Banamex e hirieron con arma de fuego a otro que salía de Telcel, despojándolo de cien mil pesos que acababa de retirar del banco.

Esos patrones de conducta delictiva están muy definidos, muchos chihuahuenses han sido sus víctimas en días y semanas pasadas. Es clara la existencia de una o varias bandas especializadas, sin que la policía preventiva de Maru Campos o los querubines de Aparicio tengan la menor idea de quién se trata ¿Cómo durmió Peniche? Sereno como ange