Ni en sus más delirantes pesadillas Fernando Reyes se vio hospedado en San Guillermo. Seguía yendo al Campestre como si nada pasara, hasta que ayer los querubines de Peniche lo esperaban en la puerta del exclusivo club deportivo. Trágame tierra, pensar que fue por una factura que no alcanzó los dos millones y medio de pesos. Sus votos salieron baratos, es lo que más cala.
Hoy es una bomba de relojería que podría impactar contra sus excompañeros más proclives al soborno, por lo visto tónica de la pasada Legislatura. Con tal de abreviar su estancia en prisión es capaz de incriminar a cuanto nombre le pongan sobre la mesa Maclovio Murillo, la señora Olmos o Peniche. Eso dicen quienes afirman conocerlo bien.
Si el gobierno tiene su catálogo de testigos protegidos, en Fernando Reyes encontró al “testigo detenido” que le sirva para llenar los renglones en blanco de ciertas investigaciones con motivaciones electorales.
Y en esa vaquita irían diputados del PRI, Hortensia Aragón del PRD, América Aguilar del PT, dos que tres del PAN y desde luego los siempre fieles maestros. La purga quedaría para la historia, media legislatura detenida ¿Extrañan el fuero?
La diputada del Verde, María Ávila, merece mención aparte. Reportan que en su casa se hizo la distribución de los 22 millones de pesos para la bursatilización del los últimos seis mil millones.
Ahí se habrían dado cita los diputados del soborno y quienes no conocían la casita, quedaron deslumbrados al ver que se trataba de una mansión de magnate. La ruta del dinero pasa por la diputada ecologista, pues además hablan de otras mansiones a su nombre en diversas playas del país ¿Será? Que lo duda, es el ejemplo recibido del “Niño Verde”.
En general los integrantes del “organigrama delincuencial” entraron en crisis a causa de los últimos acontecimientos. Además de Fernando Reyes detuvieron en Puebla a un empresario ligado con empresas fantasmas, Germán Ledezma Cervantes, del membrete “Kepler Soluciones Integrales”, por su complicidad supuesta en el desvío de 120 millones de pesos.
Además de las detenciones, los angustia que César Duarte –el as de oros en la baraja de la corrupción- perdiera la protección política y en consecuencia quedase a merced de medios nacionales, los mismos que hicieron camino hasta llegar a los escondrijos de Javier Duarte y Roberto Borges. De ahí a los tribunales la distancia es corta.
Dijo el abogado de “los pobres”, así como la pandilla de Parral no fue pudorosa para hincar el diente sobre las arcas del estado, tampoco deberían serlo para contratar un buen despacho jurídico y tramitar tantos ampaos como les sea posible o puedan cargar bajo el sobaco.
O la otra, volverse ojo de hormiga los próximos cuatro años, esperando que la guadaña justiciera pase de manos, pues nunca hay que perder de vista que “los verdugos de hoy serán las víctimas de mañana.
Los maxijuicios se ponen sabrosos, el tiempo electoral apremia y mientras no detengan a Duarte, los ideólogos del Nuevo Amanecer necesitan carnita para saciar el morbo ciudadano. No habrá pan, pero que tal circo.
En tanto más explicaciones ofrece sobre las bondades de renegociar la deuda, Arturo Fuentes Vélez más bolas se hace. Dos veces se ha parado frente a los diputados, sin explicar con solvencia las ventajas de la compleja negociación; o nada tiene amarrado con los bancos o no entiende a cabalidad la propuesta financiera.
Son casi tres semanas desde que la secretaría a su cargo empezó a socializar la renegociación y no ha podido ir más allá de que “tendrán ahorros por entre 240 y 280 millones de pesos anuales”.
Al paso que va el Banco de México elevarán las tasas de referencia –ya lo hizo la Reserva Federal de los Estados Unidos- y entonces quedarán diluidos los supuestos ahorros, antes incluso de que puedan hacerlos efectivos.
Fuentes Vélez no tiene fama de corrupto, es un panista bien portado, su preparación académica es por lo menos aceptable, no hay antecedentes escandalosos en su vida pública, acude a misa los domingos, es buen padre de familia. De él podría decirse coloquialmente que es “un buen chico”, sólo que no tiene los alcances para Secretario de Hacienda en tiempos de crisis. No puede tenerse todo en la vida.
Para mayor felicidad de Tere Ortuño, la funcionaria estatal “más contenta y entusiasmada” los maestros sindicalizados presentaron nueva propuesta de uniforme a fin usarse en el próximo ciclo escolar.
Es la tradicional camiseta polo pero en color rojo intenso con la leyenda “Fuera Ortuño” en grandes letras blancas sobre la espalda, rematada con bordado al frente el escudo del Bachilleres, resaltando el lema “todos somos felices… cuando te vayas”.
El pantalón también con el clásico e histórico paño, sólo que en lugar de gris negro, en previsión de ahorrar en indumentaria especial por si llega la huelga junto con el inicio de clases. Actúen ahora, antes de que Tere ponga de cabeza el Sistema.
Difícil entender el trabajo de Joel Gallardo, responsable de controlar a la mafia del transporte. Los señores tuvieron el descaro de hacer rodar a sus carcachas por las mismas calles de la ruta troncal, ignorándola flagrantemente.
Lo único bueno de esa ruta fue despresurizar avenidas como Tecnológico, Universidad, Ocampo y buena parte del Centro de los contaminantes camiones. El gusto duró poco, en lo que Gallardo se chupa el dedo la mafia diseña las rutas más lucrativas, así tengan que invadir la troncal.
Duarte los contenía dándoles dinero; Corral dejándolos que hagan lo que les venga en gana. En ambos la mafia gana en detrimento de usuarios y automovilistas. Hay que aplaudir a Zapata y al impresentable güero Lozoya, saben cómo asustar a los gobernadores sin importar el partido al que pertenezcan.
Si alguien dio por muerto a Pedro Domínguez, el original no el vástago, quedará sorprendido al ver su resurgimiento. Como en los viejos tiempos recorre colonias y merenderos en busca de reactivar al PRI y reactivarse a sí mismo para una diputación local.
Admirable Pedro, picando piedra como hizo durante tantos años. Bien dicen, el gusano de la política nunca muere.
