*Un voto por la Corte autónoma

*El Plan C también puede tronar

*¿Viene AMLO en modo radical?

*Un PRI devaluado y sancionado

*Una notaría para su querida hija

*Necesario detener a G. Corral

El Plan A nunca tuvo viabilidad, imposible que Morena consiguiese los votos suficientes para reformar la Constitución, el B recibió un golpe devastador el viernes pasado, cuando el ministro Javier Laynez le puso pausa en la Corte, hasta nuevo aviso. El Plan C, asaltar el Consejo del INE imponiendo de consejeros a cuatro incompetentes sumisos al régimen, también podría caer, si algún interesado judicializa y lleva hasta la Corte la observación de Maite Azuela, integrante del Comité Evaluador, al declarar que seis de los 20 aspirantes no cumplen con el perfil de imparcial y autonomía previstos en la convocatoria. Incumplen con los requisitos, en consecuencia no pueden ser electos.

Si la Corte deja correr el tiempo hasta los plazos previstos por la ley en materia electoral, de modo que sean inaplicables en la elección del 2024, daríamos oficialmente por caído el Plan B, y si crece la inconformidad social por el empeño del presidente en poner de consejeros a sus peleles incondicionales, el Plan C se habrá derrumbado. Pero en su propósito por secuestrar al INE, López Obrador siempre tendrá en su mente un plan D, E, G y de ser necesario hasta la Z y volver a empezar. Lo necesita para garantizar la obsesión política que lo pierde; la permanencia del régimen que lo coloque en los libros de texto.

Si estuviesen hablando de un hombre democrático, lo razonable sería que los participantes en el juego de las elecciones se pongan de acuerdo entre ellos y juntos definan las reglas generales de competencia y el árbitro que sancionará los partidos. Con voluntad así quedaría resuelto, en su caso no, él quiere poner las reglas y elegir a los árbitros, en una decisión absolutamente autoritaria, pues no solo hace hasta lo imposible por competir en las condiciones que impone, sino que descalifica a cualquier otro que remotamente podría simpatizar con los adversarios. Nada más los suyos cuentan, por eso la sorna de Mier y otros diputados del oficialismo, al decir que la elección de consejeros será por tómbola. Con trampas los pusieron ahí, qué fácil.

Pero la obstinación del Presidente por controlar la elección deja ver sus mayores temores y debilidades; el pavor a la derrota. Insiste en que la enorme mayoría de los mexicanos apoyan su régimen, que con los pobres es ir a la segura, que la derecha está moralmente derrotada, se burla de la oposición nombrando listas interminables y absurdas de posibles candidatos, pero en su fuero interno sabe inequívocamente que hay una gran competencia electoral, pues en cada proceso su partido ha mermado base electoral; el fracaso del plebiscito, las elecciones intermedias a diputados que perdió, las portentosas marchas ciudadanas en defensa del INE.

Su agudeza política le advierte de una competencia maciza y se resiste a dejar en manos de los electores su destino político, quiere asegurar su trascendencia a través de la triquiñuela y los vastos recursos del poder. ¿Competir en elecciones libres, legales y democráticas? Jamás, los hombres libres de éste país tenemos que obligarlo, si por él fuese, ahora mismo Pablo Gómez ya era presidente del INE y Layda Sansores del Trife.

Rompeolas

A menos que Doña Beatriz o su debilitada salud digan otro cosa, el fin de semana estará AMLO en Juárez, visita que tienen programada desde meses atrás, según ha comentado Juan Carlos Loera, su representante personal en Chihuahua. Solo un apunte para la gobernadora Campos y la gente de Palacio, no pierdan de vista que viene cargando la dolorosa derrota en la Corte, que el ministro Laynez haya frenado el Plan B, aunque sea temporalmente, lo trastornó y en consecuencia podría montarlo en modo radical. El hombre está perdiendo control de la sucesión y eso lo hace muy peligroso para sus adversarios políticos del “conservadurismo”. Aguas, no esperen mucho.

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Como karma infame ha regresado el derroche del PRI en la era de César Duarte; casi cien millones de pesos en multas pagadas mensualmente descontadas a sus ministraciones, le impuso el INE por supuestos actos de corrupción con efectivo, cuando Duarte era gobernador. Trágame tierra, ahora que más necesitan el dinero les hacen moche, por si algo faltaba en el desmantelamiento de éste partido. Devaluado y sancionado, se niega a morir con dignidad. Ironías de la vida, Alejandro, no es lo mismo dirigir el partido en épocas de abundancia que en austeridad obligada.

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Lejos, muy lejos quedó aquel líder sindical todo poderoso en los mejores tiempos de la CTM, cuando manejaba el transporte, taxis y camiones, tenía cientos de contratos laborales en maquilas y grandes empresas nacionales, y la renta garantizada del sector en forma de posiciones políticas. Todo aquello se ha perdido, pero experimentado y lagartón sigue haciendo valer la tejita que le resta, ahora para su hija Georgina. Ha trascendido que Doroteo Zapata pidió una notaría para la todavía diputada, a cambio de amabilidad y buen trato del sector en los sindicatos de las juntas de aguas. ¿Será? Con Zapata todo se puede esperar, en tantos años al frente del sector aprendió a presionar con maestría. Maru no es una perita en dulce, ya veremos lo que suceda en los hechos.

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Alguien debe detener a Gabriela Corral, con la promoción del amparo que frenó, otra vez, la elección de director en Zootecnia, llegó demasiado lejos. Su problema no es legal, cuenta con todos los requisitos de elegibilidad, tampoco político, ha recibido más apoyo exterior que cualquiera de los directores en funciones, su problema es que la comunidad de Zootecnia no la quiere ver de directora, punto. Por eso no puede integrar la terna, la rechazan por igual alumnos y maestros. ¿Cómo quiere ser directora si la comunidad a la que aspira dirigir le dice reiteradamente No? Imposible. Es momento que se detenga, o alguien la detenga.