Ayer una refriega histórica en Ignacio Zaragoza, frontera que disputan los varones del crimen; seguidos ataques a policías estatales con saldo de una decena de muertos y otros tantos heridos; los ajusticiamientos diarios en diversas regiones del estado, cuyos muertos se cuentan por decenas al mes.
Mientras más violentos se vuelven los grupos criminales, ya ni siquiera esperan la madrugada para sus ataques en formato guerrilla, más claro el retraimiento de las fuerzas estatales. Prefieren recular esperando, inútilmente, que se aniquilen unos a otros.
La Fiscalía General del Estado ha sido rebasada, su cuerpo armado –la Policía Estatal- está reducido a simple espectador y la Policía Federal no se da por enterada, tampoco el Ejercito. Hacen que hacen para justificar una presencia simbólica, no por el número de sus efectivos, sino por los brazos caídos.
Quieran o no, la simulación de militares y federales en el combate a la criminalidad tiene que ver también con las diferencias entre el Javier Corral y Peña Nieto, es parte de los costos por su disputa personal.
Chihuahua permanecerá solo, es decir sin el auxilio de la Federación en tanto el gobernador mantenga su conducta desafiante, lo cual será al menos hasta que Peña concluya su mandato.
Corral ha dicho que nadie lo pondrá de rodillas ¿Pensará que una política de coordinación entre niveles gobierno es ponerse de rodillas o indigna de un “gobernador demócrata”. Es lo que parece, Chihuahua está bajo fuego y la respuesta gubernamental es el autismo.
Durante los momentos de mayor tensión entre SNTE y Gobierno, Pablo Cuarón dejó la escena pública. Siendo Secretario de Educación no participó en las negociaciones para levantar el paro ni fungió como vocero del gobierno. Hoy es claro, lo tenían estratégicamente a resguardo.
Pasado el uno de mayo el secretario aparece con un discurso tronante contra los maestros, al punto de responsabilizar a René Frías, actual diputado del PANAL y exdirigente de la sección 42, de ser el responsable por la falta de pago a cientos de maestros interinos, origen del conflicto.
La historia de los gobiernos panistas con el SNTE es de choque y confrontación, algo sucede que se odian. Francisco Barrio emprendió, por motivos similares a los de hoy, una campaña también contra la sección 42, siendo dirigente Julián Luján Montoya.
Entonces contrató a Jesús Robles Villa y al fallecido Mundo Fernández, para enfrentar al poderoso sindicato. El resultado ya lo sabemos, Barrio no tenía forma de ganar, pero aún así mantuvo a su equipo golpeador hasta no poder más.
Hoy la conducta de Pablo Cuarón recuerda aquellos episodios de choque, desafiantes, con ánimos de encontrar el punto disruptivo en vez de armonizarse. Pablo se ha convertido en el Robles Villa de Corral, y su nuevo papel es de sastrería, le viene a la medida. No sabe otra, no puedo hacer más que mantener el golpeteo.
Sólo era cuestión de tiempo para que el Tribunal Colegiado revocase el amparo concedido por un juez federal en favor del Estado, a efecto de que Alejandro Gutiérrez, la famosa coneja productiva, permaneciese en San Guillermo, a disposición de un juez local.
Suban el piano, ya lo revocó, en consecuencia el interno más conocido deberá ser entregado a la justicia federal, a menos que el director del penal caiga en desacato, lo cual sería arruinar su vida profesional, personal y de su familia. Está a medio paso, han estirado mucho la liga intentando conservar a la “coneja”.
Van dos multas al director apremiando que lo entregue, el tercer llamado de apremio lo detuvo el amparo concedido por el juez federal ubicado en Chihuahua, pero con la revocación del Colegiado concluyen los argumentos legales. ¿Entregarán al codiciado premio de los maxijuicios o el director del penal se pondrá en desacato?
Con la Corte no se juega y menos como está ahora, indispuesta contra el gobierno estatal, permanecer en situación de rebeldía irá contra la cadena de mando, empezando por el director del penal, ya reconvenido, luego por el fiscal de ejecución de penas, después por el Fiscal General y al último por el gobernador.
Quizás hasta allá quiera llegar el gobernador, sabiendo que no hay tiempo ni condiciones políticas para un juicio de procedencia en su contra. Si, pero en el camino arrastra de por vida, inhabilitados y en prisión, a la cadena de mando. Todo por la coneja productiva, su zanahoria, por lo visto, es de las más jugosas.
Arañando una plurinominal federal que parece imposible, Teto Murguía fue desempolvado por el CDE del PRI para ponerlo a trabajar en las campañas locales. Recibió la coordinación de las 67 campañas a presidentes municipales.
Su nombramiento es enunciativo, no moverá ni un dedo ni aportará un centavo, -peso que entra en su bolsa jamás vuelve a ver la luz del día-, para las campañas y de intervenir será con la idea de reventar a Adriana Terrazas. Busca venganza pues no ha terminado por asimilar el sapo que se tragó hace dos años y en Adriana ve a César Duarte, al que considera su verdugo, está convencido que apoyó al independiente Armando Cabada.
Pero algo tienen que hacer los priistas, y más en Juárez donde la presencia del Cabada es importante y Morena sigue creciendo. Ahí está el buen Teto, otra vez listo para minar todo proyecto que no sea el suyo propio.
Lo que se había manejado a manera de rumor, la renuncia de Teokali Hidalgo al Comité Municipal del PRI, se ha confirmado. Reportaron que ayer recogió sus objetos personales y hoy tendrá una reunión de despedida.
Parece que Teokali se hartó de la grilla de algunos candidatos, como Fermín Ordóñez y otros, que sólo buscan desacreditar su trabajo, siendo que construyó una red de coordinadores voluntarios en beneficio de las campañas locales.
El otro tema de la renuncia tendría que ver con el dinero, no hay y lo poco que llega se lo están embolsando los burócratas de la política, los mismos que han parasitado al PRI durante décadas, sin aportar más que su voto personal.
Algo deberían hacer Omar Bazán, Sofío Ramírez o el mismo Reyes, que renuncie la dirigencia del Comité Municipal en la capital un día antes de la visita de Meade, envía malas señales.
