Es difícil aceptar que Javier Corral no se percate del pésimo mensaje que manda a la sociedad, corriendo despreocupado en una carrera, como si Chihuahua estuviese en paz, o callando sobre temas de la mayor gravedad que preocupan al ciudadano.
La emboscada a policías estatales en San Juanito, con saldo de cuatro muertos y seis heridos, para rescatar a un criminal y el atentado, 24 horas después contra el presidente municipal electo de Gómez Farías, Blas Godínez, describen un Chihuahua de terror y el gobernador trotando en la carrera de la Cruz Roja.
Agenda es mensaje y al ponderar esas actividades sobre los asuntos que reclaman su presencia, como los sucedidos el pasado fin de semana, Corral se muestra negligente, desocupado de sus deberes y frívolo cuando guarda silencio frente a los atentados y la crisis de seguridad que vive la entidad.
Cualquier otro mandatario, en su lugar, al menos haría declaraciones ordinarias del tipo “no permitiremos que los grupos criminales se salgan con la suya, los combatiremos con la fuerza del estado por que somos más los buenos que los malos”. Corral en cambio se retrae y calla.
Desaprueba y combate a quienes dicen que su obsesión por Duarte, y ahora la Coneja, le impide concentrarse en gobernar. La realidad lo desmiente, no quiere saber nada más allá de la Operación Justicia para Chihuahua ni posponer sus actividades recreativas los fines de semana.
Es un gobernador de nueve a tres y de lunes a viernes al que golf, carreritas domingueras y mascotas mimadas restan credibilidad y lastran su gobierno. Esa es una realidad, hechos contrastables.
Ha trascendido, que por ejemplo, entre funcionarios de su gabinete que hay preocupación ante una posible expresión popular durante la fiesta del Grito, desaprobando su gestión.
Son justificadas las inquietudes de su entorno próximo, una noche de Grito empezó el declive de César Duarte, con aquella rechifla ensordecedora cuya autoría atribuyeron a Marco Adán Quezada.
Si Corral quiere congraciarse con los electores necesita ensuciarse las manos, participar activamente en soluciones contra la delincuencia o al menos hacer que se involucra, recomponer su agenda orientándola hacia los asuntos de gobernanza y ser menos entusiasta con las actividades lúdicas que tanto le gustan.
Con un gobernador distante el gabinete se confunde y actúa temeroso. Imposible que Oscar Aparicio, jefe de la policía estatal, contenga la delincuencia si obviamente está asustado.
Así lo demuestran las declaraciones de que nada pueden hacer contra los sicarios del mal por que llevan armas mucho más poderosas que la policía y además el sistema de comunicación policial es deficiente en la sierra.
Con declaraciones así está diciendo que nada pueden hacer, que los criminales seguirán ganando terreno en amplias franjas de la zona serrana como ha sucedido en los últimos dos años y por tanto la sociedad está indefensa. Un gobernador ausente es mucho para todavía tener a un jefe de policía asustado.
Y como siempre, el oportunismo de la oposición. Cruz Pérez Cuéllar, desesperado por afianzarse en la carrera por la gubernatura, se apresuró a pedir, vía redes, la renuncia del mandatario, en un twitter enviado con el hashtag“Corralrenunciaya”.
Hasta hoy no se había manejado, en ninguno de los opositores, la exigencia de renuncia, limitándose a pedirle “que se ponga a trabajar”. No es que Cruz tenga la gran capacidad de convocatoria, pero es de tomar en cuenta que se atreva a pedirlo cuando todavía Corral no rinde su segundo informe.
El punto es que hay elementos, el sábado debió jurar el cargo de presidente municipal en Gómez Farías Blas Godínez, pero balas criminales lo impidieron. De suerte está vivo, pues los proyectiles perforaron su cabeza.
Se trata de un atentado claramente político, los asesinos recibieron ordenes de matarlo antes de que se hiciese de la autoridad municipal en una zona que el crimen organizado considera de “su propiedad”. El atentado ocurre sólo 24 horas antes de que asumiese el cargo.
Olga Sánchez Cordero, Ricardo Monreal y otros personajes de la vida pública en el país, lo mismo que dirigentes locales de Morena y diputados federales por Chihuahua condenaron el hecho. Es lo mínimo que pueden hacer frente a lo sucedido.
¿Qué hicieron el gobernador Corral, su equipo de voceros o el secretario del gobierno? Se guardaron en casa y cancelaron la presencia del mandatario en Bocoyna, a donde irían para estar presentes en la toma de protesta del nuevo alcalde. Decisión insensata en los presentes momentos de crisis, si el gobernador no puede viajar a la sierra, cómo esperan que viaje el turismo. Imposible.
Chuy Velázque rompió con Omar Bazán, había cuidado las formas en público pero de plano reventó el sábado, cuando lo citaron para una reunión donde elegirían coordinador de la menguada fracción parlamentaria del PRI.
Desprolijo y rupestre de hablar, sin embargo no reparó en acusaciones contra el dirigente estatal, señalándolo ante los medios de dividir al partido, responsabilizarlo de las derrotas pasadas, decirles que no escucha a nadie y mantiene al PRI secuestrado.
El diputado por Guadalupe y Calvo ronda la independencia, otra explicación sería ingenua. Su ruptura tiene consecuencias directas en los precarios acomodos legislativos, hace sólo unos días Morena, PRI, PES y Verde firmaron un acuerdo para construir mayoría absoluta –el cincuenta por ciento más uno- en el Congreso del Estado, amarrando a 17 de los 33 diputados, por 16 de la alianza encabezada por el PAN.
Con un diputado “independiente” la correlación de fuerzas se altera, pues puede ofertar su voto al mejor postor ¿Se ha puesto de acuerdo Chuy Velázquez con el gobierno o la fracción del PAN? Quién podría decir que no, es sencillo arrimarse hacia donde calientan las gordas, dicho muy serrano que el diputado conoce bien.
El viernes falleció Antonio Horcasitas Barrio, rector de la Uach de 1976 a 1979, hombre probo y discreto, profesionista exitoso, académico respetado y sobre todo comprometido con su familia. Una sincera condolencia a su viuda, su hija Carolina y en ella a todos sus hermanos, familiares y seres queridos. Que descanse en paz el buen “Pollo Horcasitas”.