Dos años y medio pasaron antes de que Javier Corral tomase la decisión de contener a los vivales abusones que, haciéndose pasar por vecinos y humildes ejidatarios, burlaban sistemáticamente el peaje en la caseta de Sacramento. Y cuando al fin se deciden da la impresión de que se ahogan en un vaso de agua, exhibiendo impericia en asuntos de gobernabilidad.
Desde luego que gobierno estatal tiene razón, por esa brecha pasaban muchos conductores sin derecho a trato preferencial. Los abusones de siempre que buscan la forma de burlar la ley y cuando los enfrentan se tiran al piso haciéndose pasar por víctimas.
Encima ponga usted el vil oportunismo de Colunga y los diputados de Morena que no se resignan a ser gobierno y siguen actuando como los lidercillos busca problemas que siempre fueron. Advierten el espacio hacia el conflicto social y lo toman sin más propósito que retar al gobierno del PAN, acusándolo de represor e inhumano, sabiendo que defienden a otros cínicos de su misma calaña.
En esa parte es donde fallan Corral y el secretario Mesta, hacen pagar a justos por pecadores. Cómo “pasa mucha gente que no tiene derecho a evitar el pago de la caseta” –dijo el gobernador-, la cerramos y que se jodan todos. Para que aprendan a respetar. Ajá.
Un momento, también hay campesinos honestos, vecinos de Sacramento que necesitan la condonación. Ellos son las verdaderas víctimas, los perdedores en la disputa por ese paso ilegal, pues a los funcionarios del gobierno jamás se les ocurrió levantar un padrón confiable de vecinos, antes de recurrir a la radical medida.
No supongan que las exigencias de paso libre para la gente del sector nacieron con el Nuevo Amanecer, vienen desde que Fernando Baeza instaló la caseta y desde entonces todos los gobiernos han sabido respetarlas, evitando las fugas indeseables con mayor o menor eficiencia ¿Cómo de pronto resulta imposible hacerlos entrar en razón sin lastimar a los vecinos?.
Desde luego que hay alternativas de solución, pero si piensan que Morena es el problema jamás las encontrarán, ellos sólo pretenden exacerbar el conflicto. Su objetivo es debilitar el ya de por si menguado poder del gobernador. Les dieron la foto que buscaban, con el desalojo violento, ahora soltarán la matraca. Es lo suyo.
También contra ellos tienen recursos, es ahora cuando la izquierda fifí a la que tanto pondera Corral –Lucha, Víctor, Ávila, Gabino, Alma- debería desquitar el salario, sin embargo hasta ayer permanecían agazapados, a la espera de que pase el vendaval. Para los bueyes del jaral los caballos de allá mismo ¿Qué no?.
Pronto supo Luis Fernando Mesta que ser Secretario General de Gobierno es diferente a litigar en lujosas oficinas o acordar en restaurantes de postín y que en el ejercicio público jamás encontrará blancos o negros, los diferendos se mueven en una ancha franja de grises.
Supongo que también, aunque sea dos años y medio después, han comprendido por que se dice “no es lo mismo ser borracho que cantinero”. Son de lento aprendizaje, por lo visto en la administración, pero de a poco van avanzando.
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Si los becados deConacyt comen igual que los burócratas de las oficinas centrales, en Insurgente Sur, no tendrían pretexto para ser de los mejores investigadores del mundo. Más de quince millos de pesos despilfarró la dirección del Consejo en un menú gourmet elaborado por un chef y nutriólogo exclusivo, preferentemente a base de alimentos orgánicos de baja toxicidad, sólo por ocho meses se servicio.
A un becado promedio –nivel doctor- le dan entre 15 mil y 20 mil pesos mensuales, alrededor de 160 mil en ese lapso. Con esos quince millones pudiesen becar a 90 estudiantes en el extranjero, si los funcionarios, como todos los trabajadores de éste país, pagaran su alimentación. No, hay que servirles platillos de chef para tenerlos contentos.
Sucedió en la austeridad de la 4T, por que los empleados de la institución deben estar bien alimentados, dijo la doctora Álvarez-Buylla, directora de Conacyt ¿Cuándo la corren por traicionar a los más pobres, que sólo aspiran a totillas y chile?.
