En el lapso de sólo doce años, tiempo que gobernó el país, el PAN olvidó su larga trayectoria de partido opositor. A lo bueno pronto se acostumbra la gente, los políticos no hacen excepción, pasados catorce meses del tsunami que los arrolló en julio del 2018, no encuentran el antídoto contra el azoro. Siguen pasmados, sin voluntad ni argumentos contra el nuevo enemigo.
El PAN celebró el domingo anterior la ceremonia de los 80 años y sus liderazgos fueron incapaces de mandar un mensaje creíble a la sociedad. Es más, tampoco consiguieron presentar un frente de unidad interna, ejercicio imprescindible antes de salir a la sociedad. Faltaron Calderón, Margarita, Diego, Anaya, Vázquez Mota, expresidentes del CEN, exgobernadores. Marko Cotes no tiene capacidad de convocatoria.
Con todo, es el único partido que intenta una sincera reacción contra la Presencia apabullante de López Obrador y entre ellos pondero el esfuerzo de Vicente Fox, presidente del 2000 al 2006, único que parece comprender la nueva realidad de la oposición; al oficialismo de izquierda no lo doblarán con argumentos, el presidente ha monopolizado la verdad, si no con las mismas ocurrencias y diatribas, pero en sentido inverso.
Por eso la urgencia de “darle en su madre a la 4T” y el desparpajo de llamarlo “el engreído ese” “falso profeta” “lopitos”. Una narrativa de lavadero que suele despertar a las audiencias e irónicamente es lo único que podría ganar presencia en una sociedad sobresaturada de sermones y mensajes del “líder amadísimo”. Había olvidad lo formidable que fue Vicente Fox en su rol opositor.
López Obrador sintió el pellizco y prefirió guardar silencio. ¿Qué piensa de las declaraciones de Vicente Fox? Le preguntaron en la disertación matutina de ayer: “Sin comentarios”, dijo por toda respuesta. No es que se vea amenazado su liderazgo en la comunicación política del país, pero le incomodó verse objeto de adjetivos así ¿Cómo a él, quien suele endilgarlos a discreción?.
Sin embargo la voz de Fox es insuficiente para incomodar al Presidente. Aparte de que no tiene calidad moral, su administración resultó de caricatura, luce fuera de forma. En términos de futbol diría que descanchado. Quienes tienen la responsabilidad de levantar un frente opositor son los lideres de partidos y sus legisladores en ambas cámaras.
Mala onda, ellos siguen aturdidos. Pero el inicio es por lo menos prometedor, logran presentar un frente discursivo que progresivamente reste espacios a la voz monopólica de López Obrador y además lo llevan al plano electoral con alianzas pragmáticas, y tendrían posibilidades de arrebatar espacio en la Cámara de Diputados.
Pienso en la mezquindad de nuestros queridos políticos al momento de construir alianzas y me veo imaginando un despropósito. Por eso están despedazados y sin credibilidad social, antes de ver por el país se palpan los bolsillos y hacen recuento de intereses. No hay antídoto contra el azoro, lo tienen que construir ellos mismos.
Rompeolas
Había recibido versiones de que Marco Adán Quezada apuntará su nombre entre los aspirantes al gobierno. Tiene relaciones en Morena, Redes Sociales y algunos partidos nanos, un equipo electoral que, debidamente aceitado, podría trabajar en campo, mantiene comunicación con los presidentes independientes y con el gobernador Corral ¿Sería suficiente para subirse a la contienda? Ya lo veremos, por lo pronto sus últimas apariciones públicas, como la del domingo en Guerrero, donde el “caballo Lozoya” fue a saludarlo hasta su mesa, apariciones esporádicas en otros municipios y reuniones de “amigos” en su casa, es un síntoma inequívoco de que le sube la temperatura. Interesante, otra actor a la compleja ecuación del 2021.
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Fermín Ordóñez cumplió su promesa; hizo renunciar a todo su equipo de colaboradores al PRI, seis desconocidos en total. Pensará que lo dejó temblando, pero sólo exhibió lo que muchos advierten de él, que construyó se menguada carrera sobre la base de la simulación. Reportaron que Graciela Ortiz y Omar Bazán morían de risa, cuando recibieron el reporte de “las renuncias masivas en el Comité Municipal”. Es que si es de risa, liderazgos importantes salieron sin hacer aspavientos y Fermín intenta asustarlos con renuncias masivas. Un mínimo de sentido común.
