Desde que anunciaron el nombre de Juan Carlos Loera como ganador en las encuestas de Morena, haciéndolo virtual candidato a gobernador, en los grupos del partido se generó la versión de que “El Presidente entregó Chihuahua al conservadurismo terracista”. Liderazgos importantes vieron con preocupación la designación del menos competitivo electoramente y, llevados por su instinto, concluyeron que estaban perdidos.
Esas versiones siguieron creciendo en los días posteriores y cada vez toman mayor forma, dándole carácter de “verdad”. No hablo de mesas de café desinformadas o politiquillos de medio pelo, me refiero a perfiles sobresalientes, liderazgos importantes cuyos nombres son bien conocidos, algunos con mandos partidistas, larga trayectoria en la izquierda o bien relacionados en Ciudad de México. De distintas formas y cada vez más convencidos hacen referencia a “la entrega de Chihuahua”.
Desde luego puedo citar nombres, sin embargo no se trata de exhibirlos. Unos hablarán por que habían puesto sus esperanzas en los aspirantes perdedores, otros resentidos recordando viejos o nuevos agravios y no faltará quien hable sólo por joder, pero el caso es que razones no les faltan; la campaña de Juan Carlos Loera transcurre plana, sin prender y difícil impulsarla estando impedido para presentarse en el centro y sur del estado. Es un candidato que camina sólo, apenas iluminado por una tenue luz que recibe desde la Secretaría del Bienestar.
¿Entregó López Obrador el estado al PAN? Sinceramente dudo que haya tomado una decisión deliberada en tal sentido, si por él fuese ganaría hasta el seccional de “La Casita”, municipio de San Francisco del Oro. Pero la postulación de Loera demostró que Chihuahua es una de las últimas preocupaciones del Presidente, el resultado lo tiene sin cuidado.
Ese desdén ha sido bien advertido por la clase política del nuevo partido oficial, de modo que a los aliados naturales del candidato también les importa tres cacahuates el resultado electoral, siguiendo el ejemplo de su Líder Amadísimo. Que Loera se rasque con sus propias uñas, es el rumor extendido.
Si en la clase política de Morena, es decir en la cúpula de su Partido, Loera encuentra resistencias ¿Qué puede esperar de los dueños del pueblo, enemigos naturales de la cuatroté?. En el mejor de los casos ni un vaso de agua, en el peor una contracampaña bien enderezada y apoyo sobrado a los candidatos del PAN, partido que ha conseguido tomar el puesto de opositor.
Ésta es la realidad objetiva, ahora mismo nadie da un centavo por Loera. Mientras, caso contrario, Maru Campos cosecha adhesiones dentro y fuera de su partido, incluso en centrales sindicalistas, candidatos a ediles o diputados y empresarios usualmente favorables al PRI. Es la condición del favorito; ella crece consistentemente, él desaparece sin hacer ruido.
¿Qué las cosas pueden cambiar? Desde luego, oficialmente los candidatos no están en campaña, ni siquiera se han registrado ante el INE, pero si termina como empezó, Loera será uno de los candidatos a gobernador más flojos que haya visto la entidad en un partido grande, incluso por debajo de Serrano, lo que es mucho decir. No es pronóstico ni deseo personal, es la realidad electoral en precampaña.
Rompeolas
Dicen que Javier Corral insistió ante Alfredo Lozoya, dueño de la franquicia MC en Chihuahua, para que Jesús Velázquez fuese candidato a diputado federal por el noveno distrito, con las siglas de Movimiento Ciudadano, pero “Chuy” la pensó mejor y decidió traicionar al gobernador, aceptando la candidatura a presidente municipal por Guadalupe y Calvo, por el PAN. Como haya sido, el caso es que llega fundido a la campaña de alcalde, pues allá tiene de opositor a su primo, Noe Chávez, que va de candidato a diputado local por el PRI y, aseguran, juró con la mano sobra la biblia que jamás permitiría un triunfo de su pariente, al que tiene por traidor. Hay que tomarlo en cuenta, es Noe quien tiene control en la región y el apoyo de las fuerzas fácticas.
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Después de años impulsando cacicazgos y tratando de recuperar cartuchos quemados, el PRI volteó hacia los jóvenes. En el complicado distrito XVI postuló a un joven de nombre Hugo Corral, que tiene liderazgo y está creciendo consistentemente. El reto para Corral –no confundir con nuestro queridísimo gobernador- es enorme, sobre todo por que compite en un distrito muy amable para el PAN y contra un lagartón a tiempo completo como Mario Vázquez. Pero su juventud y ganas de trascender ayudan, algunos votos extras le conseguirá a Chela Ortiz, pues forma parte de la estructura de la candidata a gobernador.
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El Informe General de la Cuenta Pública 2019, presentado por la Auditoria Superior e la Federación, destempló a López Obrador, por que “exageran y no sólo eso, están mal sus datos. Yo tengo otros datos y se van a informar aquí y ojalá lo hagan ellos, los de la ASF, por que le están dando mala información a nuestros adversarios y yo creo que no deben prestarse a esas campañas”. Al Presidente le dolió pero en el alma que la ASF informara de 64 mil millones de pesos en irregularidades, tan sólo en el primer año, y que cancelar el aeropuerto costo al contribuyente alrededor de 330 mil millones de pesos, más del triple de lo que dijo el Presidente originalmente. Trágame tierra, un alto funcionario de la cuatroté osó desmentir al tlatoani e informar objetivamente, cumpliendo con su deber. David Colmenares Páramo, titular de la ASF, fue electo del 2018 al 2026, pero con otro informe de esa naturaleza no dura éste año, en México los únicos datos que valen son los que tiene YSQ.
