*Lozoya ahogado en su ambición e inexperiencia

*Construyó una utopía y terminó creyéndosela

*Judicializar, desesperada apuesta de Corral

*Loera busca culpables fuera de su campaña

*Panchito Sáenz cierra fuerte en Cuauhtémoc

*Miguel Riggs, el político infiel ¡cuesta creerlo!

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Cuando construían la frustrada tercer vía en oposición al PAN y a Morena, Alfredo Lozoya tenía las mejores condiciones para negociar acuerdos que le permitiesen consolidar una sólida carrera política; una presidencia municipal medía, rentadas la siglas del tercer partido nacional y centavos para hacer política. Entonces estaba seguro –lo digo ahora por que lo dije entonces- que su propósito no era la gubernatura, sino ser diputado federal, pluri o por el noveno distrito, quedarse con las sigla de un MC con tres o cuatro diputados locales y retener la alcaldía de Parral.

En un escenario como el actual, esa pequeña tercer fuerza hubiese adquirido relevancia en la política doméstica y Lozoya sería su regente, abierto el campo en la política nacional, con la hipotética diputación federal. Pensando así desoía a quienes aseguraban que verdaderamente su objetivo final era ser gobernador, pues me parecía un sinsentido desaprovechar esa coyuntura que la vida le había dado en sus primeros años de incursionar política. Rubén Aguilar tardó años en apoderarse del PT y María Ávila más años del Verde.

Movimiento Ciudadano puede terminar con tres diputados y la alcaldía de Parral, desde luego, pero ignoro que sucederá con Lozoya, sabiendo que ahora un lagartón como Dante Delgado conoce por experiencia propia la impericia de su hombre en Chihuahua. Esa fragilidad hace desechable al candidato, él mismo se ha visto desvalido súbitamente frente a los suyos, la demostró en todo su lenguaje corporal durante la rueda de prensa presidida por Dante, hace unos días, donde Lozano, de Frenaa, lo apremió a que se bajara de la candidatura a favor de Maru Campos.

Tarde conoció su realidad, su verdadero tamaño, pues todavía durante el bochornoso episodio de la vivienda demolida, escuché a un amigo inteligente y bien informado decir que Lozoya mantenía su creencia de que podía ser gobernador, suponiendo que aquel golpe de audacia lo colocaría en la pelea ¿En serio?, pregunté incrédulo. En serio, la respuesta. Ahora formula otra, sólo por morbo: ¿En que momento supo Lozoya que su proyecto era una utopía que él mismo construyó y terminó creyéndosela?. Dicen que Dante lo “asentó” durante una plática previa a la rueda de prensa donde apareció desmoronado.

Esa realidad, asimilar la inviabilidad de su proyecto y verse reducido al tamaño de un político pueblerino sin más recursos que los económicos, debió caerle peor que un balde de agua fría sobre el rostro somnoliento del haragán renuente a salir de la cama. Pero esa es su realidad, la de un político que no sabe ni donde coloca sus pies cuya ambición e inexperiencia terminan destruyéndolo. No sólo perderá la gubernatura, también puede perder la alcaldía de Parral y tendrá dificultades para renovar el contrato de arrendamiento con Dante, el viejo tiburón ya lo vio chiquito y orejón, de modo que le permita seguir usufructuando las siglas. La improvisación adosada al engreimiento suele tener un alto precio.

Rompeolas

Se olvidó de gobernar, destruyó viejas amistades, pactó con el diablo su paso hacia la impunidad, traicionó a Chihuahua, al PAN, a sus amigos y así mismo, presionó al Poder Judicial, distrajo recursos valiosos del gobierno. Ha hecho todo para frenar el empuje de Maru Campos y cuando, tres días antes de la elección, al fin acepta que no pudo contra ella, lanza una última y desesperada apuesta; judicializar el proceso, con la esperanza de ganar en la mesa lo que no ha sabido ganar en política y mucho menos en campaña. Me propongo no hablar de Corral pero me sigue sorprendiendo su baja calidad humana, sus obsesiones hasta el delirio, la vileza de sus actos. ¿Qué negoció con López Obrador para desgarrarse por dentro con tal de darle gusto? No tengo idea, pero lo que haya negociado no hay garantía de cumplimiento; su pacto, es un pacto con el diablo.

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Si Juan Carlos Loera y sus asesores estuviesen tan seguros de ganar, ya estarían celebrando el triunfo. En vez de festejos siguen buscando ocasiones para justificar la derrota y, en coordinación con Javier Corral, razones para judicializar el proceso. De último momento enviaron al Pichú de la Rosa, tío del candidato, a presentar una demanda contra Héctor Pablo Villalobos y medio Poder Judicial, acusándolos de obstruir la justicia en el caso de Maru Campos. ¿Que ganan con ello de aquí al domingo? Absolutamente nada, lo que hacen es mostrar debilidad, pero busca elementos para fortalecer un posible conflicto poselectoral, suponiendo que tienen el Tribunal Electoral a su disposición.

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En Cuauhtémoc Panchito Sáenz, candidato a presidente municipal por el PRI, fue de menos a más en la campaña y me dicen que cerró muy fuerte, con amplias posibilidades de dar la sorpresa frente a un santón desgastado como Beto Pérez. El PRI ha puesto en Cuauhtémoc sus mayores esperanzas, ahí se volcaron liderazgos importantes del partido en los últimos días, al saber que las encuestas los ponen con amplias posibilidades de ganar. Comentan que Alito encomendó al delegado nacional atenderlo personalmente en éstos últimos días. Esa elección me llama la atención ¿El viejo PRI ganando el tercer municipio de la entidad? Veremos, para el domingo falta muy poco, entonces Beto Liceaga, delegado del partido, Panchito y sus apoyadores conocerán la validez de sus expectativas. Éxito.

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Tiene uno dificultades para dar crédito. Un candidato sin posibilidades de ganar la elección reconoce en público infidelidades maritales. Ignoro y no me interesa la situación marital de Miguel Riggs, pero es él quien trae a cuento esos temas personalísimos. Suponiendo que el episodio de infidelidad esté resuelto con su esposa, sea por perdón o divorcio, no se la acabará con la raza: Ahora será Riggs el “infiel”. ¿Qué necesidad de traer esos temas a la política? Insisto, tiene uno dificultades para dar crédito.