*Todo Chihuahua es un brote

*Descontrolada la crisis sanitaria

*Necesario cuidarnos entre nosotros

*70 muertos en el Hospital Central

*La negligencia del otro Fierro

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La emergencia es ahora, todo Chihuahua es un brote. Navidad y Fin de Año, dos de las fiestas mexicanas por excelencia, nos dejaron una larga estela del mortal virus y todavía no sabemos hasta dónde se extenderá, apenas hemos visto las primeras consecuencias.

¿Cuántos contagiados? ¿Cuántos muertos? ¿Cuántos asintomáticos que caminan por ahí, contagiando impunemente? Nadie puede saberlo, imposible llevar registros puntuales, ésta ola rebasó por completo al sector de Salud. Volteamos a nuestro alrededor y ahí están los contagiados; amigos, familiares, conocidos, vecinos.

Sabemos que el virus llegó para quedarse, sin embargo nadie puede decirnos cuando pasará ésta oleada fatal. Los especialistas suponen que todavía no hemos llegado al pico de la cresta, lo que nos anuncia que lo peor está por venir. Quien sabe, evitemos alarmismos, ya veremos hasta dónde llega.

El consenso de los especialistas, es que la nueva cepa, Ómicron, contagiará al 95 por ciento de la población. Prepárese, si es la cepa que llegó a Chihuahua, más temprano que tarde la recibirá. La buena noticia es que su letalidad es menor, pues presumiblemente no siempre toca los pulmones, donde las otras cepas suelen causar daños mortales.

De no ser por la vacuna, ahora mismo los hospitales estarían saturados, medicinas agotadas, las funerarias no se darían abasto atendiendo los servicios, los panteones tendrían que contratar sepultureros extras. Bendita vacuna, nos llegó a tiempo, pese a la ineficacia, irresponsabilidad y manipulación política que, durante las primeras semanas de la pandemia, hizo el Gobierno Federal.

Pero la crisis es una realidad y para darnos cuenta de ella no necesitamos datos oficiales. En cualquier paseo por la ciudad, si observa con atención, verá largas filas esperando la confirmación del resultado: “chin, ya di positivo” o el “ufff, me salvé”. La demanda para realizarse las pruebas rápidas ha sido tanta que muchos laboratorios privados agotaron los reactivos, otros elevaron precios –ley de oferta y demanda- y no faltan quienes intenten traerlos de El Paso, allá los venden en cualquier farmacia pero también las reportan agotadas.

Es el momento de que las autoridades tomen medidas drásticas, toda actividad no esencial debe ser detenida o estrictamente regulada, sobre todo las que tiene que ver con centros de diversión y esparcimiento. Por ejemplo, el Distrito Uno es el mayor agente de contagio en la ciudad y sus antros y restaurantes siguen abiertos simulando que no pasa nada. Así el resto de bares, cantinas, terrazas y restaurantes en otras plazas. Irresponsabilidad total.

Si por razones de economía el gobierno ha decidido no cerrar, lo que también es muy entendible, necesitan obligar a los propietarios a cumplir con los aforos y hacerlos implementar eficientemente las medidas sanitarias recomendadas. La economía ha sufrido mucho por causa de la pandemia como para volver a encerrarnos, pero no podemos ignorar los hechos y esperar a que la crisis pase sola.

Si adoptamos medidas inteligentes, oportunas, innovadoras que nos permitan superar la emergencia sin saturar hospitales o hacer colapsar el sistema de Salud, que de por sí está en su peor momento en décadas, necesariamente haremos retroceder al virus.

Además, ahora los especialistas lo conocen mejor que cuando nos sorprendió por vez primera, en el invierno del 2020. Muchas de las recomendaciones internacionales dictadas por la Organización Mundial de Salud se han estandarizado, tomémoslas en cuenta y veamos cuales son susceptibles de aplicarse en nuestras ciudades. Mientras más pronto, mejor.

Pero lo más importante, como ha sido desde el primer día de la pandemia, es la responsabilidad social de la gente, de cada uno de nosotros. Hagámonos cargo de nosotros mismos contribuyendo así a la causa común. Todos conocemos las medidas preventivas, poniéndolas en practica daremos muestras de civilidad y compromiso ciudadano. Hoy es cuando, mostremos sentido de comunidad, hagamos nuestra parte.

Rompeolas

Personal médico del Hospital Central comenta que durante diciembre murieron alrededor de 70 personas por causa del Covid y que enero pinta de la misma forma. ¿Cuántos en el IMSS? ¿Cuántos en otros hospitales?. Tomando en cuenta que medio Chihuahua está contagiado quizás no sea mucho, pero es una realidad que las muertes estén de vuelta. No hagamos confianza, estamos frente a un virus muy traicionero.

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En lo peor de la pandemia, el secretario del Comité de Salud de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luis Fierro, homónimo del rector caído, sigue vegetando como si nada pasase. En reunión de directores varios se quejaron por su irresponsabilidad y falta de compromiso. Esos eran los consentidos del anterior rector, pura gente ineficiente. Como le hicieron daño a la universidad, seguramente este Fierro es otro de los que se irán antes de que llegue la próxima administración, es criminal su negligencia estando la emergencia de salud como está.