Un grupo de amigos y colegas hicimos la quiniela sobra la participación ciudadana estimada en la farsa revocatoria, discusión recurrente en corros y mesas de la clase política. Mi estimación resultó las más conservadora; 12 por ciento nacional, cuatro estatal. A riesgo de equivocarme la sostengo absolutamente, contra lo que apuntaron otros en la misma mesa, uno de los cuales estimó 28 por ciento nacional, 12 estatal.
Como dije, son estimaciones, quién podría tener una bola de cristal que le permita anticipar resultados con certeza, pero si la revocación fuese un sincero ejercicio ciudadano no tengo dudas de que participarían el sesenta por ciento o más de los electores. Ahora mismo viviríamos un frenesí electoral parecido al que revocó a Pinochet en Chile.
Sin embargo, como todos sabemos, estamos frente a un ejercicio impulsado desde el Poder, una sin razón política que podríamos definir con una contradicción: “revocación de Estado”. La definición es contradictoria por que la figura revocatoria es un recurso del ciudadano para concluir gobiernos ineficaces, nunca instrumento del Poder mediante el cual los presidentes satisfagan síndromes narcisistas o alimenten deseos continuistas, como es el caso.
En consecuencia es fácil suponer que un porcentaje muy elevado, pongamos 80, 85 por ciento de los mexicanos que acudan a las urnas el próximo domingo, será llevado por brigadas de acarreo que implementen los gobernadores de Morena y los delegados federales, donde el gobierno estatal sea de oposición.
Esas brigadas que la cultura popular llama “mapaches”, emprenderán también una descarada labor de “taqueo”, otro clásico en la historia de las triquiñuelas electorales del país. Estando solos, con las urnas a su disposición, la estructura electoral del régimen se volcará sobre las casillas con el fin de meter cuanta boleta tengan a su mano. Son las tareas sucias que Morena sabe hacer con la maestría del viejo PRI.
Teniendo presente lo anterior, la oposición obtendrá una enseñanza valiosa el diez de abril: sabrá con exactitud la capacidad de acarreo que tiene López Obrador y comprobará que de los 30 millones de votos le quedan muy pocos. Será una jornada decepcionante para el Presidente y su partido.
Por eso el Presidente encuentra de la mayor importancia provocar una respuesta abundante, quiere demostrarse y demostrar a la oposición que sigue siendo el candidato invencible, el bien amado del pueblo bueno. No lo hará, logísticamente es muy complicado con un tercio de las casillas instaladas.
Los gobernadores conocen el interés del Presidente en la votación, intentarán congraciarse con él y así veremos una ridícula competencia en los estados gobernados por Morena, peleando unos con otros por ver cual lleva más gente a las urnas para satisfacción del Tlatoani.
Con todo, sospecho que será una votación muy baja, apenas alcanzará los dos dígitos aunque mayoritariamente a favor del Presidente. Ahí colmará su ego, en el porcentaje de votos a su favor, dejando en el INE la responsabilidad de la escasa participación.
Del INE hablaré mañana, es el otro gran tema en la votación del próximo domingo. Por lo pronto, una y mil veces no a la farsa revocatoria. No iré a votar por que un voto por la revocación es un voto contra el INE y contra la democracia.
Rompeolas
Ha trascendido que Fernando Baeza –gobernador de Chihuahua 86-92- convocará a medios el próximo jueves para hacer un llamado a todos los paisanos, a efecto de que el domingo diez no salgan a votar. Baeza ha dado de que hablar en los últimos procesos electorales, ya ve como estuvo activo apoyando a la hoy gobernadora Campos ¿Se dejará caer otra vez fuerte contra López Obrador? No lo dudaría, cada que tiene un micrófono aprovecha la oportunidad. Interesante la postura del mandatario, es de lo más comprometido que hemos tenido en los últimos años.
…………………
Muy aplicado el Fiscal Fierro contra los defraudadores de Aras, liberó seis ordenes de aprehensión, de las cuales aparentemente dos ya están ejecutadas y presumiblemente también habría pedido una ficha roja a la Interpol, para que localicen a defraudador mayor. Ya estarían detenidos los otros cuatro, a no ser que le pasaron el pitazo a una abogada de nombre Érika Jasso, que primero era defensora de los defraudados y al ver más dinero defendiendo a los defraudadores, cambió de bando como cambiar de zapatos y alcanzó a promover amparos. La Fiscalía está haciendo su tarea, quizás no logren recuperar el dinero, pero si detendrán a los responsables, por lo menos que paguen con cárcel sus tropelías.
