AZORO ANTE LA DIPLOMACIA DEL GARROTE

*Peniche sale, falta el cuándo y el cómo

*Dowell promotor de Alex Domínguez

*El silencio cómplice de Lucha Castro

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Más que indignación, los Pinos reaccionaron con azoro ante la diplomacia del garrote implementada por Donald Trump. Ayer a la misma hora en que el canciller Luis Videgaray y el Secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, se reunían con el jefe del gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, el presidente norteamaricano firmaba una orden ejecutiva para la construcción del muro.

Después, su vocero Sean Spicer ratificaba que México correría con el costo: “como lo ha dicho el presidente, de una forma u otra México pagará por el muro”. Encima de la bofetada diplomática, a manera de burla Trump dijo que era lo mejor también para México, pues ayudaría a contener el narcotráfico y la migración desde Centro América, como si la causa del trasiego de droga no fuese responsabilidad de ellos.

En la parte mexicana otro tono, el presidente Peña Nieto canceló el martes, “por motivos de agenda”, una visita a República Dominicana, donde se realizó la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac. El motivo real de su inasistencia es que los gobiernos de Venezuela y Bolivia promovían un pronunciamiento contra Estados Unidos. Allá abofetean; acá deferencian.

Frente a lo que uno de los intelectuales de izquierda más respeta, Agustín Basave, calificó de “escupitajo en la cara”, voces como las de Cuauhtémoc Cárdenas, Margarita Zavala  y otros pidieron a Peña aplazar su visita a Estados Unidos. Durante la agitada jornada de ayer también participó López Obrador, en su nueva versión de prudente y buena onda pidió a los mexicanos unidad en torno a Peña.

Son muchos datos, hechos y señales para que las procesen bien y pronto el presidente y su nuevo Canciller, Luis Videgaray, quién demuestra ser de lento aprendizaje. Pero necesitan percatarse cuanto antes que les urge replantear su estrategia y asumir otra conducta, se muestran desorientados y sumisos ante la ofensiva del Imperio.

Otro dilema para Peña; ir o no ir a Washington. Quizás al presidente le llegó el momento de atender las voces disidentes y asumir el liderazgo de la reacción nacional, con Trump sólo hallará desprecio.

En las cálidas aguas de los mares mexicanos el huracán Trump alcanzó categoría cinco y los pronósticos dicen que seguirá creciendo.

No es que Peniche sea priista, tampoco que los panistas contrarios a la corriente de Palacio quieran destituirlo, la grilla contra él tiene origen en la defensa que personas como Memo Dowell hacen de su gestión.

Lo asocian a Carlos Manuel Salas, vía Alejandra de la Vega. Probablemente los tres tengan alguna relación y podría ser estrecha, pero solamente los ingenuos dan por cierto que ese par se lo habría impuesto a Javier Corral.

Su llegada a la Fiscalía tiene que ver con una recomendación desde la Secretaría de Gobernación. Es sencillo: con los procuradores o fiscales generales, ocurre lo mismo de la federación hacia los estados, que con los jefes de policía de los estados a los municipios.

Peniche simplemente llegó recomendado como parte del sistema nacional de seguridad. Es un integrante más, si usted quiere uno torpe e incompetente, pero al fin parte del sistema.

Javier Corral es tozudo, no cederá fácil a la presión social entregando a su Fiscal, pero tarde o temprano pedirá la renuncia. El Fiscal Está convertido en el funcionario más incomodo, incompetente y cuestionado al inicio de la administración, por eso la pregunta correcta no es si saldrá, sino cuándo y cómo.

Informado de “oídas” de las decisiones que toma el CEN, no le pasan corriente, Memo Dowell se ha convertido en el promotor principal de Alejandro Domínguez para sucederlo en la presidencia del PRI, ignorando el acuerdo cupular de un delegado con facultades plenipotenciarias, es decir en oficio de presidente.

Duarte intenta mantener el control del partido, no se resigna a que su destino es el de un gobernador aborrecido socialmente y con deudas ante la justicia, por eso sus últimos leales deslizan la versión de que pronto regresará, como Fidel Herrera en Veracruz. Es la versión actual del “ya se va al gabinete de Peña”, pregonada como estribillo durante su mandato.

Duarte siempre se definió como toro de lidia, por crecerse al castigo. Está frente a la más esplendida oportunidad para demostrar su empaque, sería muy bueno que regrese a Chihuahua para explicar a la sociedad la corrupción de Carlos Hermosillo, las compras de medicamentos diez veces más caro que el mercado, los tratamientos inocuos contra el cáncer, el endeudamiento, justificar su cuantiosa fortuna y decir como se hizo de los “potreros” contiguos a su rancho en Balleza y todas sus propiedades.

En el inter que sus aliados sigan soñando con mantener la presidencia del partido. Se muestran tan ingenuos como Miguel Ángel, Fermín Ordóñez, Pancho Salcido y otros que levantan la mano esperando que desde México volteen a verlos.

En estos momentos todo lo que Duarte toque se descompone, para él no hay viabilidad política y los que por la libre quieren hacerse notar, sólo tienen dos opciones: o toman el monte o se resignan a rendir pleitesía al nuevo delegado. Lo demás es grilla de peseta.

Por cierto, Duarte consiguió que le aceptaran su solicitud de amparo, lo cual no significa que haya prosperado el recurso de fondo, simplemente lo recibe para después resolver. Es mejor a que lo bateen sin mediar explicación.

Además, para que camine con tranquilidad o regrese a Chihuahua sin riesgo de ser detenido, necesitará portar una docena de amparos, le buscan más delitos que al chapo Guzmán, recuerde que Corral es de rencores permanentes.

Durante los gobiernos el PRI Lucha Castro y las Mujeres de Negro, contaban como feminicidio hasta la muerte natural de una abuelita mayor de noventa años. Con ese criterio hicieron una lista de miles y llenaron de cruces los accesos a la ciudad.

En el gobierno de Javier Corral han asesinado, de diversas maneras, a más de 25 mujeres, según registros periodísticos, y hasta el momento no hay una sola voz que condene los ajusticiamientos, menos que los califique como asesinatos de odio.

Mientras guarda silencio, Luz Estela prepara su arribo al Consejo de la Judicatura, que de materializarse sería una de las acciones más arbitrarias e incongruentes de Corral, por la telaraña de intereses en el STJE sobre los cuales se mueve la activista. Está metida en miles de asuntos.

Su incorporación el remiso Consejo sería sólo comparable con el arribo de Angélica Godínez a la Secretaria de dicho Tribunal. Como ya se dijo, la señora quiere mandar sobre el Pleno, su presidente Julio César Jiménez Castro y Francisco Molina, director Administrativo.