La gobernadora Campos apareció en una de las muchas listas que hacen con respecto a posibles candidatos del PAN a la Presidencia de la República. De hecho, usualmente aparece casi en todas. En la más reciente está junto a nombres como Ricardo Anaya, Mauricio Kuri, Lilly Téllez, Santiago Creel y otros gobernadores y exgobernadores del PAN.
Es normal, son ejercicios de la comentocracia política en tiempos preelectorales, muchas veces alentados por simpatizantes de los aspirantes o por los mismos aspirantes. Algunos piensan que la mera mención en listas de tales alcances, los coloca en mejor posición política de la que ahora se encuentran.
Puede ser, pero cualquiera sabe que a la Presidencia no se llega con apariciones en medios, listas o encuestas, filtradas ni rogativas a los santos. Maru Campos es muy consciente de esa realidad, en varias ocasiones ha dicho que no la distraen, que son circunstancias coyunturales de la política mexicana, que está y seguirá concentrada en gobernar Chihuahua. Es lo correcto.
Con otra, en la presente circunstancia política no habrá un candidato por cada partido político -PAN, PRI, PRD-. La oposición, incluido Movimiento Ciudadano, eventualmente el Verde y muy probablemente los excluidos de Morena –Marcelo, Monreal y compañía- trabajan en la construcción de un gran acuerdo nacional capaz de frenar al demencial sistema política que destruye al país.
Hace bien la gobernadora al no tomar en serio esas menciones, pero tampoco puede evitar que sigan dándose. Lo importante en su caso es seguir concentrada en gobernar Chihuahua, un estado que los últimos dos gobernadores dejaron con enormes problemas. Ahí está su fortaleza, en su capacidad ejecutiva y en el gran bono que recibió de los chihuahuenses hace poco más de un año.
Rompeolas
Sin la corrupción de Peña no se explicarían los duartes, alitos, lozoyas y otros tantos ejemplares de la fauna política que dañaron mucho al país. Vamos; Sin ellos tampoco entenderíamos los 30 millones de votos para López Obrador. Saquearon el erario a contento. Peña los hizo, permitió la malversación y los encubrió, aparte de corrupto es corruptor. Si en este país hubiese Justicia, hace tiempo que debería estar sujeto a proceso. ¿Porqué hasta hoy parece que la Fiscalía va contra él? La respuesta es obvia; por las elecciones del Estado de México, antesala de la gran disputa por el país en 2024. Esa es la perversidad de la Justicia de López Obrador, mil veces declara y declara que “no somos iguales”, pero actúa exactamente de la misma forma como sus adversarios políticos, solo que con mayor descaro y vileza. Si el caos de la Fiscalía contra Peña va en serio, pronto sabremos si eso de los videos es mito o realidad.
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Si los defraudados de Aras y sus defensores, litigantes en medios, hubiesen puesto el mismo empeño en cuidar de su dinero del que ponen presionar al gobierno para exigir la restitución del daño, no los habrían timado como a chinos. Se dejaron embaucar y ahora quieren que el gobierno les regrese el dinero ¿cómo?. Pero lo más absurdo es pedir la destitución del Fiscal Carlos Mario Jiménez, uno de los más experimentados que haya ocupado esa oficina. Disparan con escopeta intentando sabe Dios qué. Deberían guardar silencio y ponerse listos para evitar nuevos timos, pero muchos de ellos caerán otra vez a la primera, son de los que piensan que el dinero se da en macetas.
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El domingo pasado Ricardo Moncayo, líder del sindicato de trabajadores de la UACh, participó sin éxito como candidato a Consejero de Morena, patrocinado por Cruz Pérez Cuéllar. Muchos otros crucistas fracasaron, como quedó demostrado una vez que los nombres ganadores se hicieron públicos, nada tendría de malo un tropezón más. El punto es que Moncayo sólo tuvo 50 votos, siendo dirigente de un sindicato con más de 1,300 agremiados ¿Dónde quedó el liderazgo? Y lo peor para él, operadores de Cruz aseguran que también recibió su parte para la movilización –vulgar acarreo- y con los raquíticos resultados sospechan que se quedó con el dinero. Hasta con esas, exhibido y señalado por sus propios patrocinadores. Y así quiere reelegirse ¿Será?
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Sin ideas para actualizar su diatriba, Javier Corral la emprendió contra el abogado Cortinas Murra, promotor del Juicio Político en su contra, descalificando además el procedimiento legal, que lo acusan sobre una ley proscrita a la que el Congreso pretende dar retroactividad, dice. Seguirá con el tema y llamándose perseguido político, pensando que el Juicio Político es la mejor carta del gobierno en su contra. Déjenlo que siga pensando así, dicen en gobierno, de hecho ese tema ni siquiera lo están promoviendo, pero les sirve de pantalla para cuando llegue el momento de sacarle las perlitas que desacreditan su falsa honestidad. Entonces vendrán las buenas, pues existe material suficiente con el que fortalecen las carpetas de investigación que lo llevará a San Guillermo. ¿Vecino con Duarte, en el área técnica? ay nanita, a veces la política ficción se convierte en realidad.
