*Maldición del “conservadurismo terracista”

*Ni un vaso de agua enviará López Obrador

*No llega dinero de los autos regularizados

*PAN, diputados presentan Primer Informe

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La relación Chihuahua-Federación ha sido históricamente distante, indiferente, de recelo o francamente conflictiva. El sentimiento del chihuahuense común, respecto del Gobierno Federal, es de abandono y enojo; el de la clase política de frustración e impotencia. Nuestros políticos sufren viéndose alejados del Poder, del embrujo presidencial, del “Águila”.

Se sienten alejados porque realmente están alejados y eso podemos verlo en la ausencia de chihuahuenses en la política nacional. En los últimos cincuenta años ¿Cuántos chihuahuenses han ocupado cargos relevantes en el Gobierno Federal? Verdaderamente de poder e influencia política cuento a Manuel Bernardo Aguirre y Oscar Flores, sin desconocer que otros han sido secretarios de estado o directores generales. Pero fuera de los dos “ex” icónicos ninguno ha sobresalido en política nacional.

Ese distanciamiento, en kilómetros y en política, usualmente ha trastornado la relación de los gobiernos locales con la Presidencia del país. Recuerdo que Fernando Baeza me contó una confesión de Pedro Aspe, secretario de Hacienda con Salinas: “te felicito, Fernando, hiciste una gran obra pese a mi”, le habría dicho el poderoso secretario reconociendo, durante la inauguración, las trabas que puso para financiar la carretera de cuatro carriles Juárez-Jiménez.

A su modo, tiempo y circunstancia, todos los gobernadores han tenido dificultades de trato con la Federación. De una u otra forma, todos también las han sabido sobrellevar intentando que los recursos de la bolsa federal lleguen a Chihuahua. Barrio empezó bien con Salinas pero muy pronto le tocó el mal momento de los “errores de diciembre” y la inversión extraordinaria no llegó. Patricio recibió excedentes del petróleo y construyó los estadios de beisbol. Reyes sufrió con la guerra de Calderón, donde Chihuahua puso los muertos y la Federación las balas. Duarte se alocó diciendo que “si con Calderón me colé hasta la cocina, con Peña seré parte de la cocina”, usando esas relaciones para enriquecerse. Corral no se dio cuenta que era gobernador y quiso meter a Peña en la cárcel, terminando indignamente entregado a los brazos de López Obrador, sin beneficio alguno para la entidad.

Sin embargo ningún gobernador había sufrido relaciones tan complicadas con la Federación como Maru Campos con López Obrador. Esto sucede porque nunca el país tuvo a un presidente con sentimientos de rencor hacia Chihuahua y una obstinación por concentrar el dinero de todos los mexicanos en sus grandes obras, programas asistencialistas y las Fuerzas Armadas, haciendo de la distribución hacendaria el ejercicio más inequitativo desde la Revolución Mexicana.

Los gobiernos anteriores nos trataban con indiferencia, si usted quiere con desdén, pero había sentido de responsabilidad, de compromiso con “lo pactado”. En cambio López Obrador, por sus rencores largamente rumeados, decidió que Chihuahua es sinónimo de “conservadurismo terracista” y por definición puso al estado entre sus enemigos.  Para el presidente, los chihuahuenses somos conservadores de nacimiento, ¿porqué tendría que pensar en nuestras necesidades y legítimos intereses como sociedad?.

En ese cuadro patológico de rencor anidado en un distorsionado y distante pasado, los chihuahuenses hicimos la Revolución contra el “terracismo” que nos endilga, ni un vaso de agua podemos esperar de su gobierno. Lo anterior explica el destrozo en amplios tramos carreteros de la federación, la ausencia de una sola obra pública de su gobierno en territorio estatal, los hospitales abandonados, la crisis reciente del agua. No le somos indiferentes, quiere vernos derrotados, nos tiene por sus enemigos.

Con un gobierno así, rencoroso, obstinado hasta la contumacia con sus proyectos personales, ferozmente concentrador de poder y disponiendo a su antojo de la hacienda pública, ningún gobernador quiere estar en malos términos. Con él tocó bailar a Maru Campos, quien hace esfuerzos por llevar una relación armoniosa o por lo menos de respeto y mutuo entendimiento. Supongo que seguirá trabajando, insistiendo en que “Chihuahua reciba lo que en justicia se merece”. Es su obligación, tarea ingrata pero necesaria en las presentes condiciones.

Rompeolas

Chihuahua es uno de los estados que más aporta en la regularización de vehículos chuecos, de hecho es un programa cíclico que ordinariamente la Federación dejaba a cargo del gobierno local. Hoy que lo realiza el Gobierno Federal, sucede que no ha regresado la aportación que corresponde por entidad y que el presidente López Obrador prometió. Es parte de la indiferencia con que el Centro trata al estado.

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La fracción parlamentaria del PAN, coordinada por Mario Vázquez, presentará mañana el «Primer Informe de Actividades Legislativas”, un ejercicio netamente político que empieza a generalizarse. El evento formal será en el Museo Semilla, a invitación abierta, donde estarán los quince diputados del grupo para dar testimonio de sus trabajos. Estaremos atentos para mañana.