Años hacía que el gimnasio San Pedro, sede histórica de mil sesiones legendarias entre priistas, no congregaba a la clase política del viejo Partido. Los hizo el domingo empezando por los tres gobernadores presentables, expresidentes municipales, expresidentes del Directivo Estatal, líderes de los sectores, de organizaciones, diputados y exdiputados, federales y locales, funcionarios y exfuncionarios. La bufalada en pleno pasó lista de presentes.
¿Cuanto haría que no estaban juntos en el San Pedro los exgobernadores reportados al circuito electoral, Baeza, Patricio y Reyes? Probablemente ni ellos recuerden. Pero ahí estuvieron, lo mismo que Javier Garfio, Alejandro Cano, Mario de la Torre, Jorge Esteban Sandoval, Mario Trevizo, Leonel de la Rosa, Memo Márquez, Fernando Mendoza (padre) y un largo etcétera de nombres conocidos.
Este domingo se reunieron para recibir a un panista, Marco Bonilla, registrado ante los tres partidos alianciastas como candidato a la presidencia municipal. En otros momentos esa visita de alfombra roja a un panista hubiese sido impensable, hoy es parte de la nueva normalidad política. Tanto cohabitaron en el pasado reciente que terminaron asimilándose unos a otros, de modo que ahora su destino es ir juntos contra el populismo. Optar por el rol de ciudadanos libres en lugar de súbditos los unió.
Marco Bonilla entusiasma por una razón muy humana; genera expectativas de triunfo, nada más estimulante entre políticos, recuerde la vieja consigna revolucionaria, “yendo arriba no le hace que vaya en ancas”. Nadie duda de que será reelecto con solvencia y quedará enfilado hacia la gubernatura. Desde luego entonces jugarán también otros actores, el 27 pasa necesariamente por el 24. La política y los resultados electorales irán diciendo quienes serán los otros y como llegan.
No hay condiciones electorales para el candidato de Morena, cualquiera que sea, sus posibilidades de ofrecer al menos una competencia real son equivalentes a cero. El candidato del populismo que acepte la postulación sabrá que ira de sacrificio, esperando que el régimen premie su fidelidad. Inocentes, los usa y luego los desecha, ¿No se han dado cuenta?.
El trabajo de Bonilla es un factor de victoria, su desempeño necesariamente se notará en las urnas. El otro factor es la conservadora sociedad chihuahuenses, repudia el populismo inspirado en ideologías genocidas que la historia condenó. Es una sociedad orgullosamente aspiracionista, los votos para el oficialismo serán contados.
En el PAN, Bonilla fue recibido mejor, estaba en casa. Ahí lo acompañaron los candidatos al senado, Mario Vázquez y Daniela Álvarez, la candidata a diputada federal por el sexto distrito, Manque Granados, el coordinador de los diputados locales, Alfredo Chávez, varios diputados y funcionarios mas.
También asistió un nutrido grupo de entre tres y cuatro mil personas, muchas teniendo presente que no se trata ni siquiera del registro oficial ante el IEE. Sin embargo abusados, no por ir desahogados deben confiarse, la capital necesita levantar la votación de la candidata presidencial, los candidatos a senadores, diputados federales y locales. Esa responsabilidad quedó, por definición, en los hombros de Bonilla.
Rompeolas
El domingo en el San Pedro hubo tres ausencias notables: el exgobernador César Duarte, el expresidente Marco Quezada y la exsenadora Graciela Ortiz. La ausencia de los dos primeros es muy conocida, Duarte faltó por que no le prestaron las llaves para dejar su domicilio actual, Quezada por que ahora es rendido súbdito del tlatoani y socio de Cruz, ¿Chela porque?. No tengo explicación ¿la tendrá el priismo?.
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La gobernadora Campos se metió en la zona de Nuevo Casas Grandes, donde los grupos del mal secuestraron durante años la alcaldía, al grado de que hoy la presidenta municipal está detenida. Maru posicionó la presencia del gobierno estatal en la región, pues meses atrás autorizó la creación de una nueva Fiscalía regional y ayer acudió para colocar la primera piedra del edificio que la recibirá. Son acciones que envían un mensaje de poder a los malos, en el sentido de aquí estamos y no pretendemos irnos. Y sí, la diferencia es enorme con el criminal abrazos y no balazos. Más que una primera piedra, su visita a NCG es el empoderamiento del gobierno estatal en una región inestable.
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Cruz perdió enfoque, mandar a los policías para golpear manifestantes de su nuevo partido es un claro ejemplo de que está desesperado. La violenta acción policial perjudica tanto su reelección como la corrupción simbolizada en su casa. Las versiones de que pasa el tiempo y se complica más su proyecto, son cada vez mayores. Eso lo trae de rostro adusto, descompuesto. La frustración, como lo pendejo, no se puede ocultar.
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Intente imaginar la reacción de Claudia Sheinbaum justo al momento en que recibe la información de que Rubén Rocha, gobernador de Sinaloa, sugirió a López Obrador buscar “una curva en la Constitución” para la reelección. Faltan días para que inicien las campañas y un gobernador de Morena invocando la continuidad del sexenio. Sheinbaum empieza a dar lástima, sus propios compañeros y no se diga el presidente la tratan como vulgar Juanita, sin apenas simular. Sólo un ciego no ve los intentos por consolidar el maximato.
