Definidas las posiciones locales en Morena, sólo pueden explicarse en razón de un acuerdo monetizado entre Ariadna Montiel, Cruz Pérez Cuéllar y Lilia Aguilar, donde Cruz pone las maletas y las que ceden espacios son Ariadna y Lilia. La lectura anterior no es de un servidor, es versión coincidente de varios liderazgos de Morena. Hicieron cuentas nombre por nombre y concluyeron que “todas las candidaturas de Morena a diputados y presidentes municipales son incondicionales de Ariadna y las del PT puestas por Pérez Cuéllar”.
¿Será? Políticamente hace sentido, en las listas de candidatos oficialistas no hay equilibrio entre grupos. Bertha Luján, Juan Carlos Loera, Rafa Espino, Martín Chaparro, Andrea Chávez y otros líderes emergentes quedaron vetados en la distribución del pastel. Los nombres ahí están, ¿Pero realmente fue Ariadna la que, estimulada por Cruz, intervino en la designación de todas las candidaturas locales?. Desconozco los entresijos de Morena, y aunque se me hace mucho aseguran que si.
Como haya sido, Morena decidió tan mal que, ciertamente, da la impresión que lo hizo desde los rencores y viejos agravios de Ariadna macerados en la oficina del Bienestar. Con la inescrupulosa ambición de Cruz y la escuela de Rubén Aguilar era fácil signar acuerdos, o es que Ariadna es compartida y el PT entregó sus espacios por generosidad política. Ajá.
Dejar fuera cuadros que vienen trabajando con López Obrador de años atrás, sin al menos ofrecerles una regiduría o el consuelo de una palmada en la espalda, tendrá como resultado inmediato una huelga de brazos caídos y hasta golpes bajo la mesa, su escuela es de línea dura hasta con los propios compañeros.
Pero el desánimo entre los que se consideran con derecho y no los tomaron en cuenta, muchísimos en todo el estado, no es lo más importante, pueden ser suplidos con los recursos económicos y humanos del municipio. Lo realmente preocupante para el Partido del régimen en Chihuahua, es que llegan a las elecciones domésticas francamente divididos. Cruz y Ariadna se habrán puesto de acuerdo, los inconformes de abajo quedaron francamente destemplados, hasta hoy siguen administrando invocaciones altisonantes al diez de mayo.
Aparte de la irreconciliable división interna, el otro factor que les costará votos es el propio candidato en la joya de su corona, Cruz Pérez Cuéllar. Siempre les representó un reto; bajarlo de la reelección a riesgo de que hiciese contracampaña o mantenerlo sabiendo que carga el pesado lastre de la corrupción, en su caso excesiva hasta para una comunidad permisiva con sus gobernantes como Ciudad Juárez.
Al dejarlo en la reelección entregaron una poderosa narrativa a los candidatos aliancistas. La casa del Campestre, la casa de cambio, la Yukón, su hermano Alejandro, también candidato, las cuotas ilegales en oficinas municipales, Tránsito, los estacionómetros, alcoholes son temas jugosos para la oposición. Como dice un amigo de Balleza (No quien piensan) “se van a panalear” con la enorme y prolongada estela de corrupción que les entregó.
La primera reacción es que las expectativas aliancistas se ampliaron en la Frontera. Antes de las definiciones se conformaban con mantener lo ganado tres años atrás, un distrito federal y uno local. Hoy van por dos distritos federales, tres locales y arrebatar cincuenta mil votos a la elección municipal. Son los objetivos de la oposición, veremos en qué termina, por lo pronto ahora su ánimo es de optimismo.
Rompeolas
Pues que ni en esta vida ni en la otra, Luis Fernando Chacón sería candidato a diputado local por el distrito trece de Guerrero. Resultó que si, se impuso el criterio de que nadie está peleado con sus propios intereses, así que cuando apretaron desde la oficina en Aldama y Nery Santos aflojaron el cuerpo. Donde no hay acuerdo es en la alcaldía de Guerrero: primero se cayó Lolo el coscorroneado, luego Salvador Villa, después Salvador Sáenz, a quien apoyaban los Anchondo y Comadurán, pero los trascendidos dicen que lo repudió el pueblo. ¿Quien sigue?. Nombres sobran, deberían preguntar por Efraín.
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De candidato a diputado local, en Parral impusieron a Memo Ramírez, hijo del notario que hace cabeza en la Banda del Recodo, amigo personal de Chela Ortiz. Ahí sacrificaron a Edgar Piñón, para sorpresa de Palacio donde lo veían repitiendo. Piñón mostró madurez y se disciplinó cumpliendo con su amigo Memo Ramírez. En la presidencia municipal hubo un desajuste menor con la postulación de Salvador Calderón que se impuso sobre Miguel Jurado. Al verse desplazado, Jurado salió corriendo a los brazos de Otto Valles y aceptó la suplencia. El cuadro es interesante, lo cierra la esposa de Alfredo Lozoya, dejando la elección a tercios. Ahí el que tenga más saliva tragará más pinole.
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Ante la inacción del priismo local en la campaña de Xóchitl Gálvez, que ha dejado todo a la inercia de la sociedad, el siempre inquieto de Omar Bazán busca reflectores. En una de esas los consigue, intenta aprovechar su relación con Enrique de la Madrid para traerlo de conferencista a Chihuahua. Ojalá lo traiga pero bien, poniéndole un escenario a medida del personaje, por que si viene a encerrarlo en su casa mejor que ni venga, sería grilla muy barata.
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En el PRI dicen que no saben que hacer con Kenya Durán, la secretaria general. Reclama su derecho a quedarse con la presidencia del CDE por el principio de prelación. Legalmente le asiste la razón, pero se comenta que ni Graciela ni Alejandro están cómodos entregándole el partido. Esta es otra grilla que corre en paralelo a las campañas.
