Muy activo en ciudad Juárez el señor Gobernador, Javier Corral, en las celebraciones del centenario de la Constitución, donde propuso para la entidad una nueva, salidita de paquete, pues a su ver la Carta Magna actual está muy manoseada. Que nuevas, el señor gobernador ya se enteró de que no la respetan.
Cuando llegan al gobierno les da por enderezar todo lo que a su juicio está mal, algunos incluso se asumen como padres que deben educar a los ciudadanos, Patricio Martínez hasta le pedía rezar para cuidar el agua. Así son hasta que la realidad los asienta, que suele ser muy pronto.
Innecesario desde cualquier punto de vista una nueva Constitución, con que respeten y hagan cumplir la vigente sería suficiente, pero ya se sabe que nuestros señores gobernantes la pisotean cuantas veces se opone a sus intereses. La respetan solamente en los discursos del cinco de febrero.
Lo protestan al jurar el cargo: “respetar y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen…” Nada más falso, el mayor problema del país es justamente ese, que sus gobernantes se burlan de las leyes como los niños odiosos de sus compañeros nerds.
A propósito de mandatos constitucionales, presumiblemente el jueves próximo el Tribunal Colegiado de Distrito resuelve el amparo promovido por Fito Acosta contra la elección de los magistrados oxigenadores. Son los trece que hoy están a las ordenes de César Duarte y complican la vida a Jiménez Castro cada que convoca a Pleno.
Hay información en el sentido de que un magistrado de origen yucateco presentará el dictamen avalando la elección de los trece, con el argumento de que no se puede cuestionar la elección de los diputados.
El dato causaría una conmoción en el gremio de la Litis y la chicana, pues tienen esperándolo por lo menos seis meses y muchos consideraban que la justicia federal daba largas precisamente por que resolvería contra los electos en racimo. Pues no, por lo que ha trascendido los dejarán firmes, al menos en lo que corresponde al amparo de Fito Baca.
Queda por resolverse el amparo del abogado Ramírez Luque, que sería el último recurso legal contra los magistrados duartistas, pero si las vísperas anticipan los tiempos lo más probable es que resuelvan en el mismo sentido, dejándolos firmes tal y como fueron electos. Que alivio para ellos, ya no tendrán pesadillas imaginándose desnudos a media calle mientras ven sus oficinas cerradas a piedra y lodo.
Son noticias positivas para Julio César Jiménez Castro, presidente del Tribunal. Una vez concluidos los asuntos litigiosos tendrá certeza de la manera en que debe manejar el Pleno y con seguridad intensificará el diálogo con los menos radicales, los seis con carrera en el Tribunal, tratando de aislar a los cinco o seis duartistas-duartistas.
Como ésta columna decía ayer, es necesario concluir con los litigios en el Supremo Tribunal de Justicia, pues hoy es una maraña de recursos legales que hasta a los mismos magistrados les resulta complicado darles seguimiento.
Ojalá sirva para que también destraben el amparo de Ramírez Luque y la controversia promovida por Jorge Ramírez contra la destitución de Gabriel Sepúlveda. Sería lo más sano, para terminar con la parálisis de la justicia local.
Una interpretación política, si la admite, es que Javier Corral pierde el primer round contra César Duarte. Por lo visto no intervino con su enorme influencia y si lo hizo no encontró los conductos adecuados, de modo que las cosas siguieron su curso y ahora el exgobernador, al que Corral quiere poner tras las rejas, tiene en su bolsa a trece de los magistrados. Si se descuidan hasta el Consejo de la Judicatura les ganan.
La violencia está desbordada, las noticias de ajusticiamientos callejeros asociados al crimen organizado están de vuelta en los titulares de todos los medios. No es que hayan vuelto los días negros, pero los que corren se parecen mucho a la peor época de la guerra contra el narco.
En este mar de sangre y violencia callejera alguien sabe donde está el señor Fiscal Peniche y su timorato subordinado de la zona centro, Carlos Mario Jiménez. No, los señores fiscales no dan la cara ni para salir a los burritos de la esquina.
Es una pena que el gobierno de Corral no se percate de la gravedad. De vuelta la inseguridad trastoca toda la actividad en la entidad, paraliza la inversión, frena el desarrollo y desquicia la tranquilidad ciudadana.
Deberían tomarlo en cuenta y si de plano los fiscales nombrados no pueden, pues que traigan a Leyzaola, revivan a Elías Ramírez, convoquen a Chito Solís o vayan por negros a las selvas africanas, pero resuelvan el problema, Chihuahua sabe muy bien cuales son las nefastas consecuencias de la inseguridad.
Gustavo Madero decía, despectivamente, que Reyes Baeza desayunaba diario huevos tibios, pretendiendo explicar que le faltaba carácter para contener el crimen ¿Y ahora que tienen el mando, como prefieren el desayuno, señor jefe de Gabinete?
En el PRI hay un claro arreglo entre Reyes Baeza, el Artemio de los nuevos tiempos, y Graciela Ortiz, que sería una especie de “don Saúl”. Ambos firmaron un acuerdo que les permita transitar hacia la elección del presidente sin que el partido se les caiga entre las manos. Está claro lo que gana Reyes ¿En qué se beneficia Graciela?
Omar Bazán, promotor de los desayunos del sábado, oficializó el acuerdo, al mostrarse obsequioso con Reyes al grado de empalagar, cuando dijo que los priistas necesitaban un cencerro. No saben de otra más que actuar de borregos.
Valdría la pena conocer el papel, en este juego de acuerdos y desacuerdos, de Patricio Martínez y Lilia Merodio, los otros dos protagonistas de los ridículos mensajitos fotográficos promovidos desde México.
De Lilia ya se sabe, juega a la suya con tal de sacar tajada de donde pueda, es su modo de hacer política, y de Patricio se esperaría más, sólo que no lo han tomado en cuenta por carecer de equipo político.
Electoralmente el senador significa poco, además muy seguido se hace el independiente, de modo que no lo ven confiable. Sin embargo los priistas no deberían hacerlo menos, en estos tiempos de desbandada hacia Morena, cualquiera suma.
