Destinado a perder

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La terrible experiencia diplomática que está enfrentando el presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, de cara al terrible fracaso en su estrategia política para cumplir sus promesas de campaña, puede ser una lección para todo el mundo si se advierten con inteligencia y puntualidad cada uno de los detalles que la envuelven.

Veamos a qué me refiero. El conocido periodista conductor del programa “The Last Word” que se transmite por la televisora NBC News en el país del norte, Lawrence O´Donnell, hizo pública una reflexión en donde afirmó que Donald Trump había ganado las elecciones en Estados Unidos por diversas razones, unas positivas y tras negativas. Entre las negativas, afirmó que el electorado le entregó su voto por el odio y el hartazgo popular hacia la clase política identificada con Hillary Clinton, Bill Clinton, Barack Obama y su esposa Michelle Obama, por el natural desgaste que el poder genera sumado a una serie de abusos y políticas excluyentes, autoritarias o displicentes.

Entre las positivas, el conductor mencionó esencialmente las económicas. Una enorme expectativa de que, con su prestigio de “gran negociador”, Trump pudiera lograr mejores condiciones en los tratados comerciales de Estados Unidos con el mundo, para elevar el nivel de economía, empleo y comercio exterior. Por su éxito financiero, Donald Trump representa para los norteamericanos a uno de los mejores negociadores comerciales del mundo y la gente le creyó que bajo su conducción, Estados Unidos sería más próspero y rico.

O´Donnell dijo que el “mejor negociador del mundo” había asegurado que su país necesita grandes negociadores, personas capaces de satisfacer primero los intereses económicos de USA, antes que apoyar y beneficiar con sus relaciones comerciales a otros países y remató “acostumbrábamos a usar políticos inútiles para negociar”.

Sin embargo, nada parece salirle bien a Trump. Empeñado en utilizar las redes sociales (Twitter) como canal diplomático de comunicación, el presidente norteamericano necio advirtió que México tendrá que pagar el muro que construirá a lo largo de la frontera, lo que condujo al presidente de México a cancelar una reunión que tenían programada para hablar sobre diversas negociaciones, lo que inmediatamente fue calificado en Estados Unidos como una humillación al “mejor negociador del mundo”, pues no fue capaz ni siquiera de iniciar las negociaciones con nuestro país. “El gran negociador no tuvo nada que decir, sólo aceptar que la reunión se cancelaba y amenazó que sancionaría a México imponiendo altas tasas de impuestos a la importación, lo que podemos asegurar que el congreso de USA impedirá”.

La experiencia no debe quedar sólo para el anecdotario de las relaciones diplomáticas del mundo. Trump es el mejor ejemplo de cómo la cerrazón y la imposición son los peores instrumentos para una negociación, y más aún cuando las vías de comunicación utilizadas son mediáticas o de redes sociales. Un gobernante exitoso, dice Lawrence O´Donnell, es aquel que logra mediante el acuerdo y el diálogo lo que parece imposible para los demás, a través del diálogo y el acuerdo en donde las filias y fobias, los dogmas personales, el extremismo o el radicalismo, son sustituidas por el imperio de la razón siempre a favor del bien común.

Donald Trump se extravió solo en el vértigo del poder, rápidamente se ahoga en su propia soberbia y ha puesto en riesgo el liderazgo de su nación influenciado por quienes sólo por conveniencia buscan quedar bien con él. Con esa apuesta política, definitivamente cualquiera está destinado a perder.