Borruel debe ofrecer explicaciones

*Salud, olla de presión sin regulador

*Moreno Peña, Reyes pega primero

*Dowell victima de la mezquindad

Hay momentos en la vida de muchas figuras públicas en que deben elegir entre su imagen y la familia. No deberían ser incompatibles pero a veces sucede, es el caso de la familia Borruel Macías, cuyo jefe ha sido presidente municipal, candidato del PAN al gobierno y hoy titular de la Coesvi, en el gobierno de Javier Corral.

El Diario publicó un video –subido a Youtube- en el que presumiblemente Carlos Borruel, su hijo del mismo nombre, y el esposo de su hija Mónica, David Ortega Cisneros, hasta hace unos días subdirector del Instituto Municipal del Deporte, golpean a un joven, presuntamente compañero sentimental de la regidora, Mónica Borruel Macías.

No se trata de alimentar el morbo, de eso se ocupan acuciosamente los entusiastas de las redes sociales, tampoco exhibir escándalos personales de una familia, en consecuencia se evitan la descripción y calificación de las imágenes, ahí están. Sucede que revelan una conducta impropia del padre, sus hijos y su yerno, siendo personajes de la vida pública y prominentes panistas.

Como jefe de familia Carlos Borruel debe tomar una decisión, él sabrá cual. Lo sensato sería pedir una licencia al gobernador Corral para atender los asuntos personales de su familia, expuestos por el motivo que hayan sido y ofrecer una versión creíble a sus compañeros de gabinete, a los panistas y a la ciudadanía en general.

Un pleito entre particulares sería diferente, suceden cada fin de semana en los barrios populares, donde las partes suelen arreglarse en acomodo a las leyes o en acuerdos privados: me distes tantos te regreso tantos y quedamos a mano. Por los motivos antes citados, no es el caso de la familia Borruel Macías, a ellos les obliga una explicación pública.

Ayer mismo trascendió que dejaron en la oficina de Borruel Baquera una corona de flores, en apariencia mandando un mensaje de muerte. Carlos considera que la corona, el video y otros hechos podrían estar asociados a diversas acciones emprendidas en Coesvi, por recuperar terrenos entregados de manera irregular en la pasada administración.

Habla de predios con valor de 180 millones de pesos y otros cuyo calculo de venta sería tres mil millones, en proceso de recuperación ¿Amenazas de muerte por acciones contra la corrupción?. Son muchos rodeos para explicar tan denigrante escándalo. Carlos y su familia tienen la palabra.

Parece a propósito, en cuanto los gobernadores parten a China los demonios quedan sueltos en Chihuahua. Son muchos y variados, el de inseguridad principalmente, hoy desplazado a segundo plano por la toma parcial de un hospital infantil, acción de protesta sin antecedente en la entidad.

La parálisis en el Infantil admite el calificativo de “paro loco”, aunque tenga sentido y justificación en los hechos, pues lo promovió el personal contra la dirigencia sindical de Ichisal, encabezada por David Domínguez y Adrián Ortega, y la insensibilidad del Secretario de Salud, Ernesto Ávila.

A Domínguez y Ortega los desconoció la base por auto-asignarse las dos mejores plazas, una para cada uno, que ofrece el sistema, cuando ellos mismos han contribuido a cerrar opciones a la base sindical. Ahí está la corrupción de dos dirigentes.

También van contra la Secretaría de Salud a cargo de Ávila, un oscuro e inexperto personaje en temas de salud pública, cuyo mejor desempeño ha sido subrogar medicamentos por 30 millones de pesos al hospital más caro de la ciudad Cima/Ángeles, donde laboró como jefe de anestesiólogos y del que supuestamente es accionista.

Desde luego que los trabajadores tienen motivos para estar molestos, por una parte sus líderes los ningunean, por la otra se ven desatendidos por las autoridades. Con todo, la crisis del Infantil es el menor problema en el Sector Salud, los trabajadores del Ichisal apenas superan el millar.

El reto que alimenta una olla de presión sin válvula de escape está en el otro sindicato, el de Salud, con más de seis mil trabajadores y control en seis hospitales, entre ellos el Salvador Zubirán de Chihuahua, y más de doscientos centros distribuidos en diversas regiones del estado.

El desencuentro entre Pablo Serna, líder del sindicato, y el secretario Ávila llegó al punto de romper la comunicación. Las causas son las mismas, desatención a los acuerdos con los trabajadores sindicalizados. Aguas, cualquier día para el Regional.

En la disputa por la dirigencia del PRI Reyes pegó primero. Hace meses promovía como delegado del CEN en oficio de presidente a Fernando Moreno Peña, exgobernador de Colima que sufrió un atentado mientras desayunaba en un conocido restaurante del puerto. Por virtud de Dios se encasquilló la pistola del segundo sicario.

Moreno Peña es un priista experimentado, lagartón como muchos en ese partido, forma parte de la cartera a cuyos nombres recurren las dirigencias cuando necesitan apagar fuegos en los estados conflictivos o sin gobernador, hoy Chihuahua encaja en ambos apartados. No será un delegado a modo de nadie, como sucedió durante el sexenio pasado con Luzanilla y el chapo Flores, ambos decorativos.

La lógica política indicaría que viene a renovar inmediatamente la dirigencia, debilitada desde la desastrosa derrota de junio pasado y el desprestigio del exgobernador César Duarte, causa principal de su estruendoso fracaso. Sin embargo parece que se tomará su tiempo, calma a los acelerados el PRI podría alargar el relevo hasta que pasen las elecciones del Estado de México ¿Lo dudan? Hagan sus apuestas.

El más contento de todos es Memo Dowell, desde que perdieron las elecciones no ve la suya, sólo desaires, descalabros y sin sabores ha recibido en todo ese tiempo. Un delegado fuerte le quitará peso de encima, claro a menos que pretenda maniobrar para dejar en la presidencia a un duartista, lo que sería el colmo pero dada la sinvergüenza del grupo, no extrañaría que utilizaran a Dowell para sus fines.

Memo debe concentrarse en defender su notaría y pedir a los diputados y senadores de su partido una exhibición pública de apoyo, no sólo el efímero apapacho de una reunión a puerta cerrada con el coordinador parlamentario, César Camacho. Llegar hasta el punto de someter su notaría a una investigación, más que venganza de Corral, sería una canallada. Hay limites en política, Memo ha tenido bastante con la derrota y cargando al muerto mientras le hace cucu.

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