Fernando “El Toro” Valenzuela, hijo de campesinos, forjó su camino a temprana edad. De jardinero derecho al montículo.
Raúl Cano descubrió a Fernando Valenzuela en septiembre de 1977 durante unas pruebas en el estadio de los Mayos de Navojoa. El buscador de talento de Los Ángeles de Puebla habló con el papá del jugador, quien no tuvo objeción para firmarlo en la organización.
Después, tiró su primera pelota como profesional en el equipo de Tepic de la Liga Norte de México. Posteriormente, fue enviado a Guanajuato en la Liga Central y en 1979 fue prestado a los Leones de Yucatán (equipo con el que ganó el premio al Novato del Año) en la Liga Mexicana de Beisbol.
Con los Leones, Fernando Valenzuela seguía derrochando talento a los casi 19 años, lo que se vio reflejado en el lleno en las gradas. Los scouts de equipos de Grandes Ligas también se hicieron presentes.
Mike Brito, scout de los Dodgers de Los Ángeles, visitó México para ver al short stop Ali Uzcanga, quien enfrentó a “El Toro”. El sonorense se llevó el primer duelo al poncharlo en tres lanzamientos. Aquello que estaba pasando cambió todo; el scout se dedicó a analizar al lanzador zurdo.
“Que un pitcher de tan corta edad demuestre esa desenvoltura es algo que los cazatalentos siempre notamos. Me olvidé de ese campocorto y me puse detrás del home para ver lanzar a este muchacho”, mencionó Mike Brito en un documental de ESPN. Los Dodgers le ofrecieron 125 mil dólares y firmó con la organización ligamayorista un 6 de julio de 1979.
En ese año, Fernando Valenzuela jugó a nivel A-elevado con los Dodgers, donde aprendió y pulió el lanzamiento que lo llevaría a la gloria: el screwball, cortesía del mexico-americano Roberto “Babo” Castillo.
“El Toro” iba en ascenso y fue un año después que le llegó la oportunidad de estar en el bullpen del roster principal en el último mes de la temporada, teniendo 10 partidos con dos juegos ganados y un salvamento.
Para la apertura de 1981, el mánager Tommy Lasorda se encontró con una encrucijada por el tema de las lesiones, entre ellas la de Jerry Reuss. Ahí, se abrió la puerta para que Valenzuela tuviera acción y no desaprovechó la ocasión, dominó a los Astros de Houston. Completó las nueve entradas en blanco y los Dodgers se llevaron el triunfo por 2-0.
“Lasorda vino conmigo y me dijo: ‘¿estás listo para pitchar mañana?’. Le dije: ‘estoy listo’. Eso era lo que buscaba, la oportunidad de demostrar lo que podía hacer”, recordó el sonorense.
Después de ello, Fernando Valenzuela se enrachó con ocho victorias, cinco de ellas por blanqueada y una efectividad de 0.50. La temporada la terminó con récord de 13-7 y un promedio de 2.48. Ganó el Juego 3 de la Serie Mundial, lo que significó un cambio de rumbo a favor de los Dodgers contra los Yankees.
El lanzador mexicano fue el primero en ganar el Cy Young y el Premio al Novato del Año en la Liga Nacional el mismo año (1981). Fue convocado a seis Juegos de Estrellas.
En 1986 tuvo una campaña de 21 victorias y en 1990 protagonizó el juego sin hit ni carrera.
Fernando Valenzuela también ganó la Serie Mundial con los Dodgers en 1988, el Bat de Plata en dos ocasiones (1981 y 1983). Jugó con los Dodgers de 1980 al 90 y se retiró en 1997.
“El Toro” regresó a la Liga Mexicana de Beisbol en la temporada de 1992 con los Charros de Jalisco, con los que también jugó en 1994.
Después, siguió su carrera en Ángeles de Los Ángeles, Orioles de Baltimore, Filis de Filadelfia, Padres de San Diego y Cardenales de San Luis, equipo con el cerró su etapa como jugador profesional en 1997.