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Treinta años tardamos en salir de la oscura y larga noche liberal, cuando los fabulistas del antiguo régimen nos vendieron la idea de modernidad, solo para caer en una pesadilla donde gobierna un atado de soberbios rencorosos babeantes por dinero y poder, afanados en consolidar una dictadura que dure mil años. De las élites corruptas obedientes al FMI, pasamos al mesías de vocación autoritario adulado por legiones de lacayos entregados al Foro de Sao Pablo. ¿Y los miserables de siempre? Que se jodan, solo sirve su voto. ¿Y el desarrollo que genere movilidad social? A la madre, ayer engordaron unos, hoy engordan otros.

Las tragedias nacionales no se cuentan del 88 para acá, México ha sido un país históricamente gobernado por corruptos e incompetentes, en el pasado reciente Luis Echeverría y López Portillo hicieron enorme daño; uno con su populismo delirante y deseos continuistas, otro con la estúpida creencia de que “devaluar era devaluarse”. Ambos patéticos, ambos irresponsables. Pero si continuamos hacia atrás en el tiempo llegamos hasta los saqueos en la Colonia, el atracón territorial de los Estados Unidos, los presidentes traidores, demagogos, caciques y corruptos. Salvo contadas excepciones, no han dado tregua.

Pero ningún presidente, desde Santana en la temprana Independencia y Huerta en la Revolución, había hecho más daño al país que el innombrable que se fue. Nunca estuve de acuerdo con Vargas Llosa sobre aquello de la dictadura perfecta, en todo caso sería una “dictablanda” como alguien sugirió. Ahora estamos instalados en un régimen autoritario de hecho y derecho, ahí nos puso quien prometió habitar en la Chingada. llevaron a la Constitución los rasgos más autoritarios y quieren más, todavía no terminan. Sujetar los tres poderes en una sola persona les ha sido insuficiente, pretenden anular también toda forma de restauración republicana, encima persiguiendo y humillando a los adversarios.

El país se les va entre las manos:  tres gobiernos estatales fallidos, Sinaloa, Chiapas y Guerrero; La criminalidad asociada en pública complicidad con los más altos dirigentes políticos. Las finanzas colapsadas con el déficit presupuestal más alto desde Miguel de la Madrid y las empresas nacionales quebradas sin posibilidad de recuperación; la corrupción institucionalizada desde el burócrata que pide mil pesos por una cita en el SAT, el comandante de la Guardia Nacional extorsionando conductores en los tramos carreteros que debe vigilar (resultaron más voraces que la PF), hasta Selgamex y los cachorros del populismo, ya sabe usted quienes.

Ese país recibió en herencia Claudia Sheinbaum y ella está empeñada en ponerle segundo piso, tan devota como cuando impostaba la voz intentando mimetizarse con el dictador, a efecto de que jamás dudase de su fidelidad. No sólo hizo suyo el infame Plan C, lo llevó un paso más lejos con el disparate de la “Supremacía Constitucional”, demostrándole así que tenía razón: “conmigo no te equivocaste, Andrés”. Mientras CSP mantenga sus pasos en la dirección trazada por quien la impuso, pesará sobre ella el fantasma de “juanita”, con fundadas sospechas de que otro gobierna, desde las sombras.

En este contexto de maximato, dictadura constitucional y devotos propuestos a destruir el país taladro hidráulico, ¿dónde debemos ubicar a Chihuahua?. El rencoroso llamaba al estado “el conservadurismo terracista”, nunca se sintió cómodo acá. No entiende al norte como sociedad ni quería entendernos, en su mente los campesinos que dieron la batalla por el agua eran ricos agricultores porque veía en las fotos que vestían botas vaqueras, pantalón de mezclilla y camisa a cuadros en buenas condiciones. En su tierra la miseria se nota de lejos, familias desarrapadas, encuentra inaceptable que los campesinos del norte vistan con “decencia”, si me permiten el término.

Chihuahua debe ser un faro de luz en la oscuridad que cubre al país. Como sociedad estamos obligados a resistir, defender nuestro pequeño cosmos aferrándonos a las libertades como niño caprichoso a su juguete favorito. La narrativa del régimen quiere convencernos de que, haga lo que haga la oposición, fatalmente está derrotada. En su arrogancia infinita están seguros de que ganan la elección del 2027 hasta con el burro chon. Es sólo cuestión de aguardar las fechas y Chihuahua caerá como fruta madura, fantasean. ¿No vieron acaso los resultados de junio pasado? Preguntan en tono retórico intentando dar sentido de verdad incuestionada al sofisma que usan de argumento inobjetable.

Falso, ¿alguien sinceramente cree que Andrea Chávez alcanzó 860 mil votos por su rostro bonito y excelente campaña?, ¿Que la desconocida candidata del sexto distrito, Adriana Beltrán rompió record con 75 mil votos en el distrito más panista del país?. Se engañan ellos mismos pensando así y quieren engañar a la gente. Tres factores explican la votación abultada y nada o muy poco tiene que ver nombres en la boleta: primero la elección de estado, segundo conversión en votos de los programas asistenciales, y tercero la manipulación de actas que hicieron al ver las casillas desguarnecidas. Contra los dos primeros la oposición nada pudo hacer, del tercero es absolutamente responsable. Dejar las casillas solas es una invitación al fraude.

El voto no se da, se presta, decía el gran demócrata Artemio Iglesias. Miguel Etzel pensaba que toda elección tiene su propia dinámica. Ambos tienen razón, cada elección presenta características particulares que la hacen única y el voto de la gente suele ser cambiante. Zedillo ganó con el 76 por ciento y seis años después el PAN llegó a Los Pinos. Fernando Baeza ganó los diez distritos federales (antes eran diez no nueve) y al año siguiente Barrio ganó la gubernatura. Duarte ganó ocho de nueve distritos federales y al otro año Serrano perdió la gubernatura. No se la crean tanto, mientras los votos puedan contarse y exista mínima equidad en el proceso, la elección queda para cualquiera.

Falta mucho para ir perfilando resultados de la próxima elección. Primero que CSP siga sometida al tlatoani, si consigue independizarse Morena dejaría de ser partido de estado; segundo que la economía no colapse (ojalá no, ahí perdemos todos) y entonces genere una crisis política de consecuencias catastróficas para el régimen; tercero que los aspirantes vayan dando de si, hay unos que reciben la cuerda para impulsarse y otros para enredarse con ella. Tranquilos, la única forma de que Morena gane la elección es que el PAN cometa, otra vez, la idiotez de abandonar las casillas.

Si la democracia gana la elección del 27, Chihuahua volverá a ser parte preponderante de la historia nacional como lo fue durante la Revolución. Acá iniciaría el proceso de reconstrucción democrática, lucha que los chihuahuenses libres estamos obligados a dar. Defendamos este trozo de país, en Chihuahua es donde empieza la Patria, no donde termina.