Ausencia de autoridad; vació de poder

*Carlos, la muerte no reconoce fueros

*Desaire institucional a Benito Juárez

*Memo Dowell dispara contra Reyes

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Una preocupación constante empieza a discutirse con mayor frecuencia en la mesa de académicos, profesionistas y empresarios. Ante la parálisis financiera cuya principal consecuencia es la falta de obra pública y la erupción violenta, éstos y otros grupos en la cima de la sociedad preguntan por la autoridad. No la ven.

Es una pregunta atrevida e inquietante que, sin embargo, guarda cabal pertinencia. El gobernador Corral no se ve conduciendo la nave en momentos tempestuosos, a la contra, su agenda está en todo menos en los grandes problemas que lastran al gobierno y minan su credibilidad.

La jornada violenta en la región de Cuauhtémoc, de la cual no se conocen todavía sus consecuencias más funestas, evidenció la distracción del mandatario. Suceda lo que suceda en la entidad, el señor Corral es incapaz de modificar su agenda para lanzar mensajes tranquilizadores a la sociedad.

Un aquí estoy, ocupado de los grandes temas estatales. Nada, su modo de gobernar es la cháchara insustancial de las conmemoraciones, giras a municipios para inaugurar o iniciar obras apenas dignas de alcaldes medianos. Esconderse ante los problemas no implica que desaparezcan, ahí están y cada vez más graves y desafiantes.

Quizás el mandatario deba replantear sus prioridades y darse cuenta de la legítima angustia social por la inseguridad y la falta de obra. Ya lo empiezan a grillar fuerte, incluso los suyos, por esconderse en actos de barandilla y distraerse más tiempo del recomendado por la prudencia jugando golf.

Trágico final para uno de los cinco personajes más influyentes del sexenio pasado y sin duda el de mayor cercanía con César Duarte. Muerte fulminante en un accidente de carretera, mientras viajaba de Parral a Chihuahua por la vía corta. Algún embrujo tiene ese tramo, ha matado a decenas de parralenses, quienes siguen circulándola cual si fuese su autopista privada.

Y como son las cosas, un 17 de abril del año dos mil, Carlos Hermosillo Olivas, padre del diputado, murió en la misma carretera trasladándose de Chihuahua a Parral. Destino cruel, cuántas veces habrá recordado la muerte de su padre, al transitar el mismo recorrido, sin jamás imaginar que también él quedaría ahí.

Fatalidad absoluta, mala pasada del destino, por tres semanas mueren padre e hijo en la misma fecha y en la misma carretera, uno de ida y otro de vuelta. Pero así es la vida, existen innumerables dichos populares para ilustrar su fragilidad: Podrás librarte del rayo, pero nunca te pasas de la raya; cuanto te toca aunque te quites, cuando no aunque te pongas; todos tenemos la vida prestada…

De inmediato surgieron versiones morbosas de que lo asesinaron por que pensaba “empinar” a Duarte. Falso, esa condición azarosa que separa la vida de la muerte es la única explicación a su desgracia, imposible planear un asesinato así, con proyectil de camión impactando su rostro. Ya le tocaba, lastimosamente deja cuatro hijos huérfanos y una viuda desconsolada.

En torno a él se tejieron diversas historias de corrupción, asociadas todas ellas a su condición de favorito de César Duarte, quién -precisamente a la muerte de su padre- lo adoptó como hijo propio, sólo tenía 39 años.

En sus correrías de políticos sin fortuna, Duarte y Hermosillo Olivas acumularon muchas millas recorridas en terracería. Por lo mismo otra pregunta ¿Irá el exgobernador a sus servicios funerarios?

Es de suponer que sí, de lo contrario evidenciaría su condición de “precautoria clandestinidad” situación que algunos le adjudican en lo que se desahoga la audiencia para que la PGR informe si hay acusaciones en su contra, que será –de no posponerla nuevamente- el 30 de marzo.

Otra pregunta para alimentar la discusión de café ¿Acelerará el fatal accidente la investigación de la corrupción? Con seguridad no, el que más prisa tiene por abrir carpetas de investigación es Javier Corral y no las abre por inexplicable impericia de quienes tienen la responsabilidad de procesarlos. En lo que actúan, ya la parca les ganó con uno.

En seis años Hermosillo adquirió poder, dinero, glamur, excesos. Hoy no podrá disfrutarlos, descanse en paz, la muerte no reconoce fueros.

Sus colegas diputados hicieron un forzado y discreto minuto de silencio, Peña Nieto mandó sus condolencias, pero nadie más aparte de los obligados mostró solidaridad por su muerte. De Duarte ni sus luces, es más, ni el PRI mandó una esquela, quizás las muestras de afecto lleguen hoy.

El desaire a Benito Juárez viene de tiempo atrás, ya ni los masones grandes o medianos conmemoran su natalicio, pero en el gobierno de Javier Corral de plano se descararon, enviando como representante a un subdirector de tercera formado en instituciones religiosas privadas, como Miguel Valdez.

Eso si, Corral y Pablo Cuarón, Secretario de Educación, estuvieron en Saucillo festejando el 85 aniversario de la Normal Rural, formadora de activistas de la extrema izquierda.

En ideologías hay prioridades, los masones y su ícono mayor pueden esperar, hace tiempo van a la baja, a los rojillos en proceso de empoderamiento –por aquello de Morena- tenderles puentes de comunicación al más alto nivel.

¿Vergüenza nacional por que un mexicano robó el jersey campeón de Tom Brady? Desde luego que no, los mexicanos no son como quiere hacerlos ver Trump. Vergüenza para ese ratero compulsivo y su familia llamado Mauricio de la Vega, exdirector de “La Prensa”, medio que pertenece a la OEM. Que lo encarcelen por ladrón y cuantos agravantes quieran ponerle, pero que no asocien su conducta delictiva con la cultura mexicana.

Alejandra Barrales, presidenta del PRD tiene un departamento de 14 millones de pesos en Miami. Lo adquirió hace sólo dos años. Bien aprovechadas las prerrogativas a los partidos, que lo disfrute en lo que desaparece su desprestigiado partido. Y luego se preguntan el porqué de su desprestigio.

Memo Dowell no perdona a Reyes Baeza, ayer envió un boletín para condenar la violencia, calificable de no me ayudes compadre: “ni en el sexenio de Reyes Baeza y durante la contención lograda durante el gobierno de César Duarte Jáquez, jamás se dio un hecho de la magnitud de los sucedido éste fin de semana en Cuauhtémoc”.

O sea, ni cuando se estaba tan mal con Reyes hasta que llegó la contención de Duarte, sucedían esas matanzas. Y lo puso por escrito, bonita unidad del PRI, perdidos y siguen dándose patadas unos a otros.