Manuel Mijares cumple su capricho

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Manuel Mijares está a unas horas de dejar los 66 años y recibe sus 67 con la edición de un disco especial Mi capricho, en el que se dio la libertad de elegir lo que quería hacer, con quién lo quería hacer y de meter las colaboraciones que quería sin tener que seguir una línea empresarial.

Al ser el productor de dicho álbum, el 33 de su carrera, Manuel Mijares celebra su vida, su carrera misma y el poder decidir.

Lo que más me llenó el corazón fue el poder darme cuenta que sí pude hacer un disco yo con mi equipo porque muchas veces todo eso se lo encargabas a la disquera y tú nomás sentadito llegabas, cantabas las canciones y no te involucrabas tanto, pero de andar buscando, de andar persiguiendo. Como que se me quitó el miedo para hacerlo y me salí de la zona de confort de que la disquera hiciera todo”, contó Mijares en un encuentro en el Lunario del Auditorio Nacional.

Esta experiencia que tuvo el intérprete de Soldado del amor le permitió tener la confianza para próximamente poderle producir un disco a su hija Lucero Mijares, a quien le expresa un cariño muy especial y de quien habla cada que tiene oportunidad.

Vamos a empezar el disco de Lucerito, ya le toca, entonces con esto me siento capaz de poder intervenir en su disco. Estamos viendo qué tipo, con quién hacerlo, con qué tipo de músicos”, comentó Mijares sin ahondar en más detalles.

Grabado en México, España e Italia, Mi capricho cuenta con 12 temas con los que explora la balada, algo que ha caracterizado a Mijares, pero que también se aventura en la salsa, el flamenco, el blues, el rock y la trova. Asimismo, el hombre detrás de Baño de mujeres hizo algunos duetos en este material, ya disponible, con su propia hija en el tema de estilo setentero Better; con Álex Lora en el corte Bienvenido al nuevo yo; con el español Antonio Carmona, en Camamasi; con el italiano Mario Biondi, con quien interpreta Hasta el último respiro, y con el puertorriqueño Gilberto Santa Rosa, con quien
grabó Para siempre.

El arte de la portada del disco corrió a cargo del artista holandés Marcel van Luith. En ella se ven elementos muy simbólicos como la presencia de sus padres, destacando la de su madre muy cerca de las manos de Mijares, ubicadas una frente a la otra y cerca del corazón, así como los nombres de sus hijos y de varios instrumentos
musicales.

La imagen de mi mamá ante nosotros es un escudo, un estandarte de no renunciar a nada, segundo, de sacar adelante a su gente y, tercero, la de ponerle buena cara a la vida. Mi madre tiene todos mis respetos, nunca se hizo a un lado, siempre estuvo ahí, ella era la que unía a la familia y es por eso que siempre está presente hasta la fecha”, relató a Mijares.

Ante la pregunta de cómo se ve hoy en día, tras poco más de 40 años de carrera, con 33 álbumes detrás, con proyectos colectivos e independientes, se dijo tranquilo y agradecido.