A pesar de que la vacunación es una de las intervenciones de salud pública con costo-beneficio más efectivas y, claro, un derecho humano indiscutible, algo se rompió a mediados de la década pasada en el mundo y —de acuerdo con la OMS— entre 2010 y 2019 ocurrió un estancamiento e incluso un retroceso en las coberturas que se habían alcanzado.
Con la Primera Semana Nacional de Vacunación —que se desarrollará del 26 de abril al 3 se mayo en todo el territorio nacional— México, considerado en el pasado como una de las siete naciones referentes en materia de vacunación, retomará los esfuerzos para proteger a su población de enfermedades prevenibles a través de 14 biológicos contra 20 enfermedades.
Para ello —me hacen notar en Palacio Nacional— se ha echado a andar una estrategia nacional que involucra a las autoridades sanitarias de las 32 entidades y que para nada tiene que ver con cuestiones ni colores partidistas sino con la decisión de privilegiar la salud de la población para, además, darle a los grupos más vulnerables un piso parejo para su desarrollo.
PIB, 1er. TRIMESTRE
En la sede del Ejecutivo hay la convicción de que la vacunación no se trata de la mera implementación de una política pública para quitar presión financiera al sistema de salud, sino que se trata del deber moral del gobierno y un principio básico de humanidad para proteger a la población ante enfermedades prevenibles que, si no hay inmunización, pueden matar.
Y sí, es una cuestión de vida o muerte. Hace unos días, el secretario de Salud federal, David Kershenobich fue claro: “Las vacunas constituyen uno de los avances más significativos en ciencia y medicina desde hace más de 200 años. Han contribuido a la erradicación de muchas enfermedades, al aumento de la esperanza de vida y son un aspecto muy importante en la prevención primaria de la enfermedades”.
La tradición mexicana de la vacunación inició en el Siglo XVIII y ha evolucionado. Hay dosis suficientes para inmunizar a toda la población durante la jornada que arrancará este sábado a lo largo de todo el territorio nacional y que sí, va por salvar vidas de las y los mexicanos a través de la protección con biológicos seguros y comprobados.
Un estudio elaborado por expertos del Instituto Nacional de Salud Pública refiere que desde que se introdujo el Programa Ampliado de Inmunizaciones en 1974, se han logrado indudables avances en la salud y bienestar de los niños. En 2013, la OMS impulsó el Plan de Acción Global de Inmunizaciones cuya meta fue lograr 90% de cobertura para todas las vacunas para 2020.
Sin embargo, de acuerdo con el documento “Cobertura de vacunación en niños, niñas y adolescentes en México”, entre 2010 y 2019 ocurrió un estancamiento o incluso un retroceso en las coberturas que se habían alcanzado en el mundo. Se estima que en 2019 murieron 5.2 millones de niños menores de cinco años, en su mayoría por causas prevenibles y tratables. Gran parte de la población quedó por debajo de la meta propuesta, lo que indicó la necesidad de seguir ampliando el alcance del programa a los niños no vacunados o insuficientemente vacunados.
Hay mitos sobre las vacunas que se deben desmontar y dejar claro que no producen autismo, que no contienen ingredientes peligrosos, que no tienen efectos secundarios perjudiciales, que no basta con lavarse las manos para no enfermar, que aplicar varias vacunas al mismo tiempo a un niño no “abruma” sus defensas, que CLARO las vacunas no contienen un microchip que permitan a los gobiernos controlar a su población, ufff.
La vacunación es necesaria, salva vidas.
RADAR
RECUPERAR LA SEGURIDAD. Algo esta pasado en la ciudad de Querétaro. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, esta localidad recuperó 27 puntos en la percepción ciudadana de seguridad y pasó en tres meses a ser una de las 13 ciudades de mayor percepción de seguridad pública entre su población.
Y sí, la capital de Querétaro —gobernada por el presidente municipal Felifer Macías— fue la que tuvo la mayor mejora en la confianza de la sociedad en todo el país pues en diciembre de 2024, apenas el 33.9 por ciento de los habitantes se sentía seguro, mientras que el 66.1 por ciento reportaba sentirse inseguro.
Para marzo de este año, la percepción dio un giro: el 60.2 por ciento de los encuestados manifestó sentirse seguro y solo el 39.8 por ciento inseguro, lo que representa una mejora de 26.3 puntos porcentuales, la más alta registrada a nivel nacional.
Este resultado, nos hacen ver, coincide con las acciones impulsadas desde el municipio, como la creación de la Guardia Cívica, la entrega de las 223 nuevas patrullas con una inversión histórica de 350 millones de pesos y el trabajo coordinado que existe con el Gobierno del Estado, la Policía Estatal, la Guardia Nacional y la SEDENA.
Además, Querétaro se ubica en el sexto lugar nacional en percepción de efectividad gubernamental para resolver problemas ciudadanos, con una calificación de 53.7 puntos, frente al promedio nacional de 61.9 por ciento. La estrategia de Querétaro es efectiva. ¡Bravo!