Los Rockets se impusieron por 105-99 a Oklahoma City en otro partido de acierto irregular por parte de ambos equipos, decidido por la mayor amplitud de recursos del equipo ganador. Otra gran actuación individual de Russell Westbrook, ofuscada por un mal final, quedó sin premio. Los escasos minutos en los que el base descansó acabaron siendo una losa insuperable.
Westbrook estuvo en el banquillo durante 6 minutos y 8 segundos efectivos de juego. El parcial en ese aproximadamente medio cuarto fue de 25-9 a favor de Houston. La incapacidad de los Thunder de ser un equipo competitivo en ausencia de su estrella fue un regalo que los Rockets no desaprovecharon. Pese a otra mala noche en el triple (6/37), el buen trabajo defensivo y la agresividad en la pintura fueron las armas clave del equipo tejano.
James Harden terminó con 34 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, 3 robos y 2 tapones, forzando de paso un 16/17 desde la línea de tiros libres. Lou Williams, especialmente inspirado en los momentos de ausencia de Westbrook, aportó 22 puntos. En la pintura, Nene se mantuvo al excepcional nivel de toda la serie, sumando 14 puntos y 7 rebotes en 26 minutos, e imponiéndose con asiduidad a un Steven Adams más de una década más joven que el brasileño.
Pero el jugador que marcaba el duelo, en lo bueno y en lo malo, en la presencia o en la ausencia, seguía siendo Russell Westbrook. Sus tres primeros cuartos fueron excepcionales, siendo imparable incluso para su némesis particular, Patrick Beverley. Antes del que sería su segundo descanso, al arranque del último cuarto, el base acumulaba 38 puntos (20 en el tercer cuarto), con un 13/23 en tiros de campo. El problema llegó al final.
Visiblemente fatigado, Westbrook se vino abajo en los minutos decisivos. El 2/11 con el que cerró el último cuarto, con algunos tiros claramente desviados, pesó demasiado. A su alrededor, solo el trabajo de Jerami Grant en la pintura pudo compensar en parte el desacierto final del base. Houston, sin un último cuarto precisamente para enmarcar, sacaba partido del caos gracias a los viajes a la línea de tiros libres de Harden y a las apariciones de Lou Williams.
