A 45 años filmar El Padrino, Al Pacino cuenta que no lo querían para la Pelicula

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Después de proyectar las dos primeras entregas de El Padrino en una maratón de siete horas —gracias al Festival Tribeca y la organización de Robert De Niro—, Al Pacino se sentó debajo del retrato de Marlon Brando, en el Teatro Radio City de Nueva York, para recordar los momentos más inolvidables de un cine que le cambió la vida.

“Es una historia larga, pero con Francis (Ford Coppola) nos empezamos a conocer en San Francisco, porque él me quería para otro rol. Yo estaba sentado al lado de una mesa de pool con Spielberg y George Lucas, cuando ellos recién empezaban y ni siquiera habían filmado ninguna película.

“Francis había escrito el guión de una película hermosa, Patton. Es muy buen director, pero también escribe muy bien. Quería filmar conmigo esta película sobre un profesor que se enamora de una de sus estudiantes. Era hermosa”, recordó Al Pacino.

La cinta fue rechazada. Sin embargo, actor y director trabajarían juntos poco tiempo después. Al año siguiente, el teléfono de Al Pacino sonó y era Francis Ford Coppola.

“Me impresionó que llamara, había pasado mucho tiempo y mi vida también estaba en un lugar extraño, pero le agradecí la llamada con un ‘Francis, que bueno escucharte, ¿cómo estás?’. Me dijo: ‘Muy bien. Escucha: quiero que sepas que voy a hacer El Padrino.’ Me pareció una locura, porque era uno de los más grandes libros, una película enorme y pensé que iba a ser muy difícil para Hollywood.

“Me pareció muy extraño, pero igual le dije bromeando: ‘Eso es bueno Francis’. Me dijo que estaba pensando en usarme como Michael Corleone. Pensé que estaba loco. Le pedí que me dejara pensarlo por un segundo. Se me ocurrió que el buen rol era el del otro hermano, Sonny. Era la parte que yo quería. Podía hacer lo que terminó haciendo Jimmy (James Caan).

“Con el teléfono en la mano pensé: ‘No creo que pueda hacer Michael’, pero no se lo dije. Cortamos y pensé: ‘Esto es un sueño o una broma’, pero fue todo muy real”, relató.

Vivió el rechazo

El Padrino, es una trilogía del inolvidable rol de Al Pacino como Michael Corleone: Desde el principio, cuando se enlistó en el ejército porque no quería saber nada de los mafiosos negocios de la familia, hasta que otros mafiosos atentaron contra la vida de su padre, don Corleone (Marlon Brando), y él decidió vengarlo, para ocupar después el lugar del hermano mayor (James Caan), vengando en el camino más muertes familiares, con más ingeniosos asesinatos.

Con el agregado de Robert De Niro en la versión más joven de don Corleone o Diane Keaton como el gran amor de Michael Corleone, además de la brillante dirección de Francis Ford Coppola, la superproducción celebró 45 años de historia en el cine: difícil de repetir, en calidad y talento.

“Alguien llegó a decir en los estudios ‘¿Brando? ¿Pacino? Por encima de mi cadáver’. Pero Francis, con lo inteligente que es, cambió el horario de filmación y puso la escena de la venganza de la mafia, cuando yo le disparo al capitán de policía y al jefe de la familia Sollozo (que quería matar a don Corleone). Aquella escena no estaba programada para filmar ese día, pero el estudio no me quería. Y después de filmarla, me dejaron.

“Hay que tener mucha suerte para que un director te quiera para un personaje. Es realmente increíble. Es como cuando te quiere alguien. No sabes por qué, pero te aprecian y por eso es imposible que no los quieras también. Francis me quería mucho (ríe). No lo sé, pero yo lo quiero. Él me quería tanto pensé que debería aceptar el rol, pero el estudio no me quería, ni siquiera después que me contrataron”, destacó.

Pacino rememoró la preocupación del director en medio del rodaje, porque él era el actor más reciente en el cine.

“Yo no sabía lo que estaba haciendo. No paraba de pensar en este personaje. Vivía en la Calle 90 y Broadway y me iba a caminar todos los días hasta el Village, pensando en Michael Corleone y hasta donde podía llevarlo.

“Parecía que siempre yo estaba a prueba, porque seguí tomando pruebas incluso después de conseguir el rol. En un momento dije: ‘Por favor, Francis, está bien, ya vamos a poder trabajar juntos en el futuro’. Pero él insistió conmigo. Por eso hice todo lo que él quería, incluso cuando dije que ya no estaba interesado para nada”, detalló.

Ni la fama ni la fortuna llegaron de inmediato. Al Pacino se había comprometido antes para otra película, The Gang That Couldn´t Shoot Straight, por la que terminaron llevándolo a juicio: Debía 15 mil dólares a los abogados.

“El guión era muy bueno, pero todo el ambiente que había en aquel rodaje, éramos todos jóvenes y sin experiencia. No sabíamos lo que era el cine, especialmente cuando estábamos filmando alguna escena y alguien se metía del otro lado diciendo: ‘Esto no está saliendo bien’. En ese entonces pensaba cuando iba a caer la pelota.

“Me acuerdo que estaba mareado todo el tiempo, en la escena de la boda, con Diane tomamos demasiado (rió). Era todo un caos y éramos actores de teatro. No estábamos acostumbrados al cine. Era todo surrealista para nosotros. Empezamos a tomar con Diane (Keaton), imaginando qué podíamos hacer después. Yo le dije: ‘Éste es el fin, es la peor película que hicimos, no sabemos nada de esto’”, narró.

Francis Ford Coppola nunca le retiró su confianza.

“Al principio, nadie le presta atención al personaje y por eso provoca el interés después. Eso es lo que traté de orquestar, pero aquel día que filmamos la boda, cuando volví a entrar, nadie me hablaba, sólo Francis (Ford Coppola).

“El mejor para mí, era Al Ruddy (el productor que terminó llevándose los dos premios Oscar como Mejor película). Se me acercaba diciendo que yo iba a estar muy bien. Era el único que me hablaba, porque en medio de las escenas escuchaba gente que se reía y era por mí”, dijo.

El Padrino marcó al actor y la manera de hacer cine.

“Hoy en día todo se siente que pasó hace demasiado tiempo (rió), pero no fue hace tanto porque El Padrino quedó en mi conciencia. Es una referencia constante, es una época del cine que en cierta forma siempre está presente conmigo”, concluyó.