Emmanuel Macron y Vladimir Putin mantienen el Pulso

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DE44 PARÍS (FRANCIA), 29/05/2017.- El presidente ruso, Vladimir Putin (d) es recibido por su homólogo francés Emmanuel Macron (i) a su llegada al Palacio de Versalles cerca de París, Francia hoy 29 de mayo. EFE/ALEXANDER ZEMLIANICHENKO/POOL / POOL PROHIBIDO SU USO POR MAXPPP

Con Donald Trump fue un gesto: un apretón de manos crispado que, según Emmanuel Macron, debía señalar que ambos estaban como iguales y no se dejaría intimidar. Con Vladímir Putin, fueron las palabras. El nuevo presidente francés mantuvo con su homólogo ruso un pulso verbal tenso y sincero. En una rueda de prensa en la Galería de las Batallas de Versalles, ni uno ni otro ahorró artillería. Macron acusó a medios estatales rusos de intoxicar la campaña electoral francesa con propaganda, mientras que Putin elogió a la rival de Macron en las elecciones, Marine Le Pen.

Entre Macron y Putin hubo promesas de mejorar la relación, reiniciar el diálogo entre gobiernos y sociedades y celebrar en común más de tres siglos de irregular amistad franco-rusa. Se entrevistaron, almorzaron y pasearon por los jardines del Palacio de Versalles. Y aquí acabó la parte versallesca de una reunión que culmina cinco días de estreno diplomático para el hombre que hoy ocupa el Elíseo. Un cursillo intensivo en el que, excepto los líderes chino e indio, se ha reunido con los dirigentes de las principales potencias mundiales y se ha presentado en sociedad como la alternativa —junto a la canciller Angela Merkel— de la pinza nacional-populista que forman Putin y Trump.

Macron había prometido un «diálogo firme», y se cumplió. De Ucrania a Siria, pasando por las sospechas de injerencia rusa en la campaña electoral francesa, Macron y Putin se mantuvieron en sus posiciones. Ni una cesión.

Si el régimen sirio, apoyado por Putin, usa de nuevo armas químicas, la respuesta francesa será «inmediata», amenazó Macron.

De los ciberataques contra el equipo de campaña de Macron, atribuidos a los mismos piratas rusos que el año pasado golpearon la campaña de Hillary Clinton en EE UU, prefirieron no hablar. «El presidente francés no ha mostrado ningún interés, y yo aún menos», dijo el ruso.

«Hablamos de ello cuando Vladímir Putin me llamó para felicitarme. Soy pragmático. Le dije todo lo que tenía que decirle, y él me dijo todo lo que tenía que decirme. Yo avanzo», terció el francés.

Pero Macron no ocultó su irritación con las campañas de desinformación en su contra de medios vinculados al Kremlin. Justificó la exclusión, por parte de su equipo de campaña, de periodistas de las publicaciones Russia Today y Sputnik News, acusándoles ante Putin de no practicar el periodismo sino de actuar como «órganos de influencia y de propaganda». Propaganda, habría podido añadir, en favor de los intereses de Putin, que durante la campaña recibió en el Kremlin a Le Pen, y la prefería a ella, o al también prorruso François Fillon, que al europeísta Marcon.

La relación entre Francia y Rusia lleva tiempo enrarecida. Comenzó con la crisis de Ucrania en 2014 y se agravó con la intervención rusa en Siria en 2015. La tensión por Siria precipitó la anulación de una visita prevista de Putin a París el pasado octubre, para inaugurar la céntrica catedral ortodoxa junto al Sena y la Torre Eiffel. La injerencia —por medio de ciberataques o con la difusión de falsas noticias— en EE UU y en Francia acabó de envenenar la relación.

Durante la campaña para las elecciones presidenciales, Macron era, entre los candidatos con opciones, el único que marcaba distancias con Putin. De él dijo que ni compartía los valores ni sentía fascinación alguna. Ni el francés ni el ruso han cambiado de opinión.

Putin, al contrario que Trump, no oculta sus antiguas preferencias. En Versalles dijo que las ideas de Le Pen sobre la identidad nacional y la soberanía de los estados «no están desprovistas de fundamento», y celebró que la líder del partido ultra Frente Nacional «siempre haya actuado por el desarrollo de las relaciones entre [Rusia y Francia]». “Esto”, se defendió, “no significa que nosotros hayamos intentado influir en los resultados electorales”.

En EE UU, donde el candidato de Putin ganó, el caso sigue abierto. En Francia el robo y difusión de documentos del partido del partido de Macron no impidió su victoria. Es caso cerrado.