El Tricolor no dio un gran partido ante Estados Unidos, que con la fórmula de toda la vida, le ganó un partido sin en realidad merecerlo. Al final le resultó y se llevó un triunfo que inyecta de confianza a su nuevo proceso de reconstrucción.
La Selección echó mano de muchos jóvenes, cuatro de ellos debutaron con la camiseta del Tri Mayor y eso se notó. Aunque en el primer tiempo fueron superiores a los estadounidenses, crearon muy pocas jugadas de peligro; la más clara fue un remate de Edson Álvarez en un tiro de esquina, que el portero Zack Steffen atajó con grandes reflejos.
Los minutos pasaron y la fórmula del contragolpe estadounidense empezó a tomar fuerza en el segundo tiempo y ni los chavos del Tri ni el Tuca Ferretti lo vieron venir.
La imaginación de Lainez se agotó y empezó a caer en las provocaciones de los zagueros e incluso en una jugada protagonizó una bronca con Matt Miazga, quien se burló del americanista haciendo referencia a su corta estatura.
Los problemas del Tri se agudizaron cuando en un resbalón en el medio campo Ángel Zaldívar cometió una falta sobre Will Trapp y se fue expulsado.
Con un hombre menos en el terreno de juego, Estados Unidos se convirtió en un peligro y, al minuto 71, Tyler Adams aniquiló a Hugo González al cerrar la pinza después de un centro retrasado.
México no tuvo capacidad de reacción, desde la banca el Tuca Ferretti se quedó congelado y por más cambios que hizo el equipo se quedó sin idea, sin llegada y con una derrota que golpea el ánimo de estos jugadores que apenas empiezan a tener rodaje con la Selección Mexicana.