*De Salvárcar a Salvatierra

* Fantasmas del sexenio lo alcanzan

*Aureoles hace un favor a Xóchitl

* Regionalizar, estrategia del Frente

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En octubre del 2010, plena guerra contra el crimen, un grupo de sicarios llegó a un domicilio particular en la colonia Villas de Salvárcar de Ciudad Juárez y, así nomás, asesinó a 16 personas. Desde Japón, el presidente Calderón se apresuró a minimizar la masacre diciendo que se trataba de miembros que pertenecían a la banda conocida como “artistas asesinos”. Fatal error, cuando se supo que las víctimas eran jóvenes estudiantes que celebraban un triunfo deportivo, la comunidad nacional se indignó más por la frivolidad del presidente que por los asesinatos y semanas después nació el movimiento social “Todos somos Juárez”, la mayor expresión ciudadana de repudio contra la política presidencial anticrimen. A partir de ahí la popularidad de Calderón, que ya venía en bajada, se aceleró hasta llegar al piso.

Calderón y el PAN se derrumbaron permitiendo que “el nuevo PRI” de Peña Nieto llegase al poder, con la esperanza de acabar con la guerra violenta. Pero aquel portentoso movimiento social que alcanzó escala nacional sirvió de poco para evitar que la violencia siguiese creciendo. Al ver el fracaso político de Calderón, Peña Nieto optó por una medida irresponsable; dejar hacer dejar pasar. Volteó hacia otro lado como fingiendo que los asesinatos eran tema de otro gobierno. Desde aquel octubre del 2010 hasta el presente diciembre del 2023, la crisis de seguridad no ha hecho sino profundizarse, han pasado trece años, tres presidentes y el número de muertos es cada vez mayor con criminales más osados y violentos.

Este diciembre de López Obrador es el octubre de Calderón en el trágico 2010. La diferencia es que la masacre de Salvárcar en Juárez sorprendió a Calderón lejos del país, en Japón, y la de Salvatierra en Guanajuato a López Obrador sustraído de la realidad, en su Palacio y en la criminal abulia de los abrazos y no balazos. La reacción de uno y otro es exactamente igual, frivolidad explicativa intentando evadir la responsabilidad y restando importancia con el estribillo de que son delincuentes o drogadictos que se matan entre ellos. Sin embargo existe una diferencia de grado que aterra; López Obrador tuvo el cinismo de reconocer explícitamente que existen territorios controlados por el crimen, acepta de esa manera que su gobierno no tiene soberanía en la totalidad del territorio nacional.

Calderón y el PAN perdieron las elecciones principalmente por la fallida guerra contra el crimen ¿Porqué da la impresión que López Obrador y su juanita ganarán, siendo que además de la obvia complicidad con los criminales que mantienen secuestrado al país, arrastra la devastación del sector salud, casi un millón de muertos por la pésima gestión de la pandemia, la burla de “desaparecer” a los desaparecidos de un plumazo, el desmantelamiento de instituciones, los atentados a la democracia, una enorme corrupción en su círculo familiar y de gobierno, el dispendio en obras caprichosas?. Primero porque su popularidad es ficticia, está comprada con miles y miles de millones del erario público que jóvenes distribuyen en su nombre a lo largo y ancho del país, son los apoyos de López Obrador dicen los servidores; segundo por que la sociedad no ha salido a expresarse electoralmente como salió contra los intentos de secuestrar al INE, cuando millones ocuparon las calles.

Pero está comprobado que la popularidad de un presidente no se transfiere por voluntad hacia su candidato y menos cuando se trata de una popularidad comprada. En cuanto al aparente silencio de la gente, no significa aceptación de sus políticas ni conformidad con él, sólo significa que no ha llegado el momento de expresarse. El momento será en las urnas, ahí se le revelarán los fantasmas que arrastra desde el inicio de su administración: quemados en Hidalgo, niños con cáncer muertos por falta de medicinas, desaparecidos borrados de la lista, inocentes muertos por los abrazos, víctimas de la pandemia que conjuró con el detente. Sí, la negligencia intentando conservar sus altos niveles de popularidad es criminal, la realidad lo alcanzará fatalmente.

Rompeolas

Al anunciar que deja el frente por diferencias con la candidata, Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, hizo un favor a Xóchitl Gálvez. Los personajes corruptos e impresentables como él deberían separarse todos, lastran la campaña.

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Por como pintan las designaciones en el Frente local, queda claro que la estrategia es regionalizar los liderazgos: Bonilla en la capital, Daniela Álvarez en Juárez, Mario Vázquez en el resto del estado fortalecido con Valenciano en el centro sur, Beto Pérez en el occidente y Noel Chávez en la sierra. Pertinente, sólo que ninguno afloje, Chihuahua tiene la obligación de contribuir con su grano de arena al triunfo de la democracia.