*No pueden hacer más

*Voto libre aplasta chanchullo

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Un amigo inteligente que conoce muy bien de política, confesó ayer estar conmovido por una publicación que hizo Brozo en sus redes, hablando de las elecciones. El payaso que de payaso tiene sólo su vestuario, dice básicamente que los mexicanos debemos hacernos cargo de la elección, sin tener en cuenta el cuestionado historial de los partidos, ni siquiera a la candidata del Frente, Xóchitl Gálvez. Su argumento es que nos pusieron frente a dos alternativas, democracia o autoritarismo y si salimos a votar masivamente exorcizamos cualquier intento de imposición.

Me dio gusto que un personaje de alto impacto mediático como Brozo, recoja el tema central de las elecciones en curso, la disyuntiva de las dos sopas; democracia o autoritarismo. Es lo que, en el fondo, nos jugamos como mexicanos, la instauración de un régimen autoritario y represivo, o el camino hacia la consolidación de una democracia con sistemas de contrapeso e instituciones sólidas. Es un tema que yo repito reiteradamente, concluyendo que las elecciones están en poder de los ciudadanos, no de López Obrador, no de su candidata ni su partido, no del crimen ni de los beneficiados con programas asistencialistas. Está única y exclusivamente en manos de los ciudadanos libres.

Este amigo plantea una pregunta pertinente, partiendo de la idea anterior: ¿De qué forma comunicar esa realidad? Desde luego es difícil convencer a los mexicanos desinteresados de la importancia que tienen las elecciones en su vida personal, de cómo el resultado impactará en su mesa, sus servicios básicos, su vida ordinaria. Hacerles entender que la decisión de no tomar partido es un error que puede trastornar sus vidas, si el autoritarismo se consolida, pues muchos no lo ven así, están convencidos de que todos los políticos son igual de rateros y abusones, corruptos, paquete en el que meten a todos, incluyendo a los actúales.

Es difícil pero no imposible, esta campaña se dará, ya se está dando, en dos tonos, una doble narrativas. Por una parte seguirá creciendo la idea básica de las dos sopas a que me referí arriba, realidad objetiva que millones entienden a cabalidad, de otra forma las marchas en defensa del INE jamás hubiesen tenido el éxito visto; por otra la evidencia de un gobierno fracasado en temas tan sensibles como la seguridad y la salud, por citar dos incuestionables. También los de Morena sufren asaltos, lloran sus muertos, son extorsionados, compran medicinas caras porque no las provee su gobierno.

De la primera parte se harán cargo, como lo están haciendo, miles de comunicadores en todo el país, líderes formales e informales de opinión pública, académicos, empresarios, sacerdotes y ministros de culto, estudiantes, generales. Es un sector muy potente agrupado en la golpeada clase media, que no necesita acicates para actuar, se mueve por su sentido de compromiso con el país. De la segunda están a cargo Xóchitl y los candidatos del Frente a gobernadores, senadores, diputados federales y locales, alcaldes, síndicos, regidores. Tienen la obligación de hacer obvio lo que el régimen quiere ocultar, su estruendoso fracaso.

Esta elección es ante todo la elección de la sociedad, si la gente se convence del riesgo en que nos encontramos como país y sale a votar, no hay acarreo ni elección de Estado que valga. El poder tiene límites, podrá tirar dinero a manos llenas, desplegar ejércitos de acarreo, movilizar al crimen para inhibir el voto, comprar funcionarios de casilla, presionar a consejeros electorales, asociarse con otros partidos como MC, comprar candidatos del Frente, el presidente arreciar los ataques, meterse en la elección impúdicamente como lo está haciendo con el tema de las pensiones y los salarios, los gobernadores amedrentar candidatos y reventar casillas.

Podrá hacer eso y más, pero hay límites. No pueden hacer más de lo que ya hacen, es como todo deportista de élite en plenitud, pongamos un corredor. Desde la infancia soñó con ganar la medalla de oro, se esforzó durante años, consiguió a los mejores entrenadores, perfeccionó su técnica, se ajustó a la dieta, compitió y ganó carreras de prestigio, pero si con todo eso no alcanzó los records mundiales u olímpicos, cuando lleguen las olimpiadas no superará sus propias marcas, por más corazón y esfuerzo que le ponga.

Es exactamente lo mismo, Morena, que en realidad es el viejo y corrupto PRI moteado por algunos resabios de la izquierda radical, hará lo que siempre ha hecho y no podrá llevar más votos a las casillas de los que ya llevó. Los más optimistas de sus expertos electorales están convencidos de que Sheinbaum jamás llegará a los 33 millones de votos que alcanzó López Obrador, ellos mismos no le dan ni 28 millones. Por eso están esmerados en la elección de Estado, por eso intentan secuestrar el INE al Tribunal, por eso López Obrador está metido en la elección hasta los codos.

Si creyesen en las encuestas que pagan, es decir que Claudia va en 50 por ciento de las preferencias y Xóchitl en el 20, a lo más el 25 por ciento ¿Porque estarían tan ocupados construyendo el fraude?. Conocen, incluso mejor que la oposición, sus debilidades, Sheinbaum por si sola no es nadie, imagínela sin el arropo del poder, sin el dinero del gobierno, sin la propagando oficial, sería poco menos que una nulidad. La dejan sólo y Morena no alcanza ni el diez por ciento de los votos, es una candidata repelente cuya mayor virtud es mimetizarse con el guía amadísimo y gran tlatoani.

En consecuencia recurrirán al catálogo completo de chanchullos para sacarla, pero no depende de ellos, la gente sale a votar y el México libre arrasa. Tengo mucha esperanza en que así será, en la elección del 94 el voto del miedo movilizó a casi el 80 por ciento del electorado para hacer ganar a Zedillo. Hoy no necesitamos tanto, con el 64 por ciento o más tenemos suficiente para el triunfo y sospecho que la votación será mayor, la polarización social a la que nos llevó López Obrador estimulará el voto. Verán el dos de julio.