*Importancia del Congreso

*Recordar a Barrio es útil

*ISSSTE, explotan los maestros

*Colosio y la politiquería 4T

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Nadie tiene más clara la dificulad de un Congreso adverso, que la gobernadora Campos. Ella entiende los retos de lidiar con una robusta fracción opositora, lo supo desde muy chica por pláticas de su madre, María Eugenia Galván, cuando siendo secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Francisco Barrio, el PRI ganó el Congreso e hizo mayoría calificada en alianza con el PRD.

Aquella mayoría parlamentaria coordinada por Miguel Étzel, un conciliador hábil al que Barrio llamaba “adversario leal”, tenía un alto sentido de responsabilidad institucional y compromiso de gobierno. Recuerdo a Lalo Romero sorprendido por la preocupación de Ézel en dar viabilidad al gobierno, cuando entraban a discusión temas relevantes, como aprobar el presupuesto.

Con todo y la institucionalidad de Ézel y los diputados del PRI, los negociadores del PAN los encontraban insufribles, siendo que más del 95 por ciento de los asuntos se votaron por consenso y el coordinador jamás utilizó su mayoría ponderada en la Junta de Coordinación Parlamentaria, intentando imponer su fuerza. Eran tiempos donde ambos partidos veían por Chihuahua, obviamente con el interés legítimo de la próxima elección.

Perder el Congreso significó para Barrio un golpe doloroso, la confirmación de que hizo mal las cosas durante la primera parte del gobierno. Quiso remediarlas abriendo las puertas de Palacio a la sociedad, con las llamadas Audiencias de los Miércoles. Nada, demasiado tarde, perdió la siguiente elección federal y después entregó el gobierno a Patricio Martínez, postulado por el PRI. La derrota del PAN en la elección del 98 fue un compendio de pésimas decisiones.

Hoy es diferente, una derrota panista tendría consecuencias agravantes. A su movimiento, Morena adosó los peores exponentes del viejo PRI, quienes junto a los populistas de la izquierda retrógrada y autoritaria han conformado una radical camarilla de políticos inescrupulosos y oportunistas, desesperados por demostrar lealtad absoluta al esbozo de dictador que nos gobierna, convencido de que sólo destruyendo al país puede consolidar una dinastía que ponga su nombre en la historia.

Si Morena y sus aliados llegan a ganar la mayoría simple que les permita gobernar el Congreso, la administración de Maru Campos sería políticamente intransitable en su segunda mitad. Los diputados del régimen actuarían con la consigna destructora de quien tienen por guía infalible y líder amadísimo. Eso lo tiene muy claro ella, como también la importancia de conservar la mayoría calificada, así sea negociando con otras fuerzas, justo como lograron armonizar la primera mitad.

Por fortuna para la gobernadora y su administración, las condiciones políticas de la entidad son desfavorables al autoritarismo populista. Desconozco los entresijos electorales de la entidad, pero no veo posibilidades objetivas de los candidatos oficiales fuera de Juárez, como para temer que Morena consiga una mayoría simple. Si la consigue, es que todo el país se rindió al populismo, arrasando tres o dos a uno en la presidencia, el Congreso de la Unión y en los nueve estados donde hay relevo de gobernador. Ni los más optimistas estrategas del régimen tienen previsto un escenario así de favorable para ellos.

Hay riesgos si, en retroceder uno o dos diputados locales. Por ejemplo hablando de Guerrero, Casas Grandes o quizás Aldama, de modo que derrotas ahí desajusten la precaria mayoría calificada prevaleciente. La posibilidad de tomar decisiones motivadas en amiguismos, viejas rencillas o cálculos errados siempre estará presente, es inherente al quehacer político. Por eso la importancia de poner el interés superior del gobierno y de Chihuahua, sobre pequeñas ambiciones personales.

En esta parte, presentar perfiles competitivos en cada uno de los veintidós distritos locales, la voz de la gobernadora debe prevalecer sobre las pequeñas mezquindades de sus aliados y de su propio partido. Hay temas en los que se puede transigir, en la integración del Congreso no. Es la viabilidad del gobierno y si me apresuran de la entidad, el futuro político de la gobernadora y de quienes acompañan su carrera.

Suelo ver frecuentemente a prominentes opositores tan enganchados en la estrategia de las encuestas irreversibles y el arroz cocido, que me cuesta trabajo hacerlos entender el enorme desgaste que sufre Morena en Juárez, la joya de su corona. El desprestigio y corrupción de Cruz es enorme hasta para estándares juarenses; la feroz confrontación interna entre ellos también. Les costará un alto precio electoral.

Muy probablemente sean ellos quienes pierdan espacios en Juárez, si los partidos aliancistas se ayudan un poco eligiendo correctamente a los candidatos de la elección local. Ahora mismo Morena presenta las mayores posibilidades de perder en las elecciones de junio dos. Sin embargo, confiarse sería un error, el futuro inmediato de quienes hoy gobiernan está en juego. Estoy seguro que no se pondrán en riesgo.

Rompeolas

Por fin se animó el profe Zendejas a levantar la voz contra el pésimo servicio del ISSSTE, hoy se plantó con un nutrido grupo de maestros en las oficinas estatales. Los maestros se han pasado de buena onda, si el IMSS está mal, el ISSSTE está peor; cero medicinas, cero análisis, cero instrumental médico, citas con especialistas tardan casi un año. Pero antes de las elecciones tendremos un sistema de Salud como Dinamarca. Hay que joderse, si no fuese trágico daría risa.

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No puedo indultar a Aburto, dijo el presidente López Obrador. Por supuesto que no, lo necesita para seguir manipulando el caso con fines de vulgar politiquería, mientras el crimen ocupa nuevos territorios y la deuda sigue creciendo. Que los Colosio sigan sin sanar, que le imparta.