*Quezada y el segundo piso

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El primer boletín que recibí de Marco Adán Quezada, como candidato a diputado federal por Morena, destaca que “Hoy inicia el segundo piso de la 4ª Transformación”. ¿En serio Quezada hace suyo el proyecto del régimen autoritario o decidió comprar la mentira mil veces repetida de los otros datos?. No me sorprede, es la segunda vez que compite por un cargo de elección postulado por Morena, pregunto porque hablar de segundo piso es hablar del sometimiento de la Corte, la desaparición de organismos autónomos reguladores del poder, la desaparición de INE y Trife, reformas propuestas por López Obrador que Claudia Sheinbaum, presurosa, hizo suyas.

Es hablar también de 400 mil muertes violentas por el crimen, pensando en que este gobierno cerrará con casi 200 mil, de entregar a las organizaciones criminales el 60 por ciento del territorio nacional, hoy tiene el 30, de una corrupción mayor a los 15 mil millones en Selgamex, la opacidad y el dispendio de las megaobras, los negocios ilegales de sus hijos, el deterioro de las finanzas públicas alimentando barriles sin fondo como Pemex, CFE, consolidar la militarización del país, terminar con el colapso del sistema de salud, la decadencia educativa, el odio entre mexicanos usando la investidura presidencial, idealizar la miseria y condenar las legítimas aspiraciones de superación.

Asumir como propio el compromiso de un segundo piso es avalar las contrarreformas propuestas por López Obrador e incorporadas al programa de Sheinbaum, es respaldar el deterioro institucional y consolidar el autoritarismo, aceptar como bueno los abrazos y no balazos, cerrar los ojos a la corrupción, aceptar como soluciones válidas ocurrencia en salud como Dinamarca y la megafarmacia. Ese es el segundo piso al que Sheinbaum se comprometió llevarnos y que Marco Adán promete votarlo, si es diputado.

¿Cómo un político sin adoctrinamiento ideológico que llegó a ser diputado local, secretario del gabinete estatal, presidente de su partido y presidente municipal, se presta a servir de cómplice al servicio del autoritarismo?. No pretendo hurgar en su mente para encontrar explicaciones, en lo más íntimo de su ser sólo él tiene las respuestas, el hecho concreto es que aceptó voluntariamente asumir el rol de súbdito, comparsa entusiasta de la demencia hecha gobierno, matraquero de reformas que nos llevan hacia la dictadura.

Políticamente creo entenderlo, en sus cálculos está que Cruz Pérez Cuéllar sea gobernador el 2027 y él, con apoyo del gobernador, volver a ser presidente municipal de Chihuahua y después quien sabe, quizás sigue soñando con la gubernatura, la edad le da. Esa lógica me parece pertinente en términos de la vieja tradición política, de algo o alguien tiene que asirse si quiere avanzar. Sólo que hay una diferencia notable entre el autoritarismo del PRI y el autoritarismo populista con ínfulas de dictadura; el PRI era creador de instituciones, el populismo las destruye y, lo más importante, en el PRI había espacio para los grupos, el populismo es de pensamiento único, no admite menos que el sometimiento absoluto, sólo cuenta la voz del líder amadísimo.

La única forma de avanzar es agachar la cabeza, adular al líder, decir una y mil veces si señor, los cocodrilos vuelan y la tierra es plana, tragarse su inmundicia completa. Quezada, Cruz, Latorre, Corral y cientos o miles como ellos en todo el país han aceptado el indigno juego de la abyección. Y si quieren desmentirme, los reto a que hagan un pronunciamiento, sólo uno, condenando la más aberrante política en seguridad, su complicidad con el crimen. Propongan que votarán, estando en el Congreso, por cancelar el infame y criminal abrazos y no balazos, que van por regresar el temor a los criminales y recuperar los territorios perdidos. O simplemente defiendan a la Corte, a los organismos autónomos, pronúnciense contra el militarismo, contra la corrupción de hoy, no de ayer. Jamás lo harán, saben que incomodar al tlatoani es sentencia de muerte política.

Viendo la devastación nacional, siendo testigos de las pulsiones autoritarias, la corrupción que los nutre, aceptaron desempeñar el triste papel de instrumentos útiles. Se percatan de las infamias pero puede más su ambición personal, el deseo de volver al poder, camino en el cual contribuyen activamente a la consolidación de la dictadura, porque en el fondo eso significa el segundo piso de Sheinbaum, cancelar los equilibrios de poder hasta consolidar la dictadura. Si optaron por la complicidad con el gran destructor, tomen su parte y asuman el costo social, se han puesto en el lado equivocado de la historia.