Acostumbrados a negociar con una botella de Petrvs sobre la mesa y la seguridad de que se llevarían la mayor rebanada del pastel, los representantes de Jaime Galván en la industria de las despensas y otros proveedores recibieron ayer un portazo en el DIF estatal.
Los citaron a Junta de Aclaraciones por una licitación de 200 millones de pesos, bicoca tratándose del eterno alimento al voto del hambre, sólo para darse cuenta que ya les habían comido el mandado desde afuera.
En menos de 180 segundos, lo que la directora del DIF consideró tiempo suficiente para las aclaraciones, supieron que la compra estaba entregada a una empresa con antecedentes sospechosos que nunca había licitado en Chihuahua.
También los panistas tienen sus proveedores favoritos, como suponían Galván y compañía que seguirían haciendo negocios con el nuevo gobierno, siendo que goza de fama pública por ser uno de los financieros más constantes y generosos de los candidatos priistas. Imposible, negocios son negocios ¿No se han dado cuenta que perdió Serrano?.
El punto aquí es que nuevamente una licitación, donde están involucrados 200 millones de pesos, exhibe opacidad y las mismas viejas práctica del añoso priismo. Otra vez contrario a lo que pregonan y postulan como su mayor virtud en el ejercicio del poder.
En esta licitación del “Ejote”, por ser el producto novedoso que incorporan los nutriólogos del DIF, y todas las que ellos quieran, pueden preparar las bases para declarar ganador al que les venga en gana, están en su derecho, para eso ganaron.
Pero como este gobierno presume de ser rabiosamente transparente, lo menos que debe hacer es abrir el procedimiento. Nada, lo esconden haciendo justo lo contrario, pues licitantes locales quedaron sorprendidos al ver que no tenían condiciones de competir por que el proceso estaba dirigido a cierta empresa fuera de Chihuahua.
Esta situación que consideran amañada los hizo anunciar amparos y demandas. Hasta con esas, por cuestiones de opacidad en el DIF el gobierno de Corral quedaría sujeto al primer procese litigioso del quinquenio.
En lugar de comprometerse con sus electores e informar detalladamente, se esconden o esgrimen declaraciones despreciativas a la opinión pública, como en el software de Hacienda y la conducta alzada de Gustavo Madero.
Que no lo compró a “Electronic Publishing” ¡hubiesen dicho de inmediato a quién si lo compraron!, pero tanto Fuentes Vélez como Madero tardaron semanas abonando a la opacidad, aturdidos sin saber cómo reaccionar. Hasta la fecha siguen sin citar por su nombre y apellido a los socios de la empresa ni explicar las bases de compra.
No es tan difícil hacerlo, sólo atrévanse a dar el paso del discurso transparente a los hechos. Pero en lugar de transparentarlo, Gustavo desautoriza la información diciendo que es chafa, pues proporcionen datos de calidad. Es su obligación como gobernantes.
Mientras más bolas se hacen con las explicaciones, más sospechosismo generan. El vacío de información, invariablemente alimenta las especulaciones, sus expertos en comunicación lo saben y el mismo Corral también.
De lejos se mira muy ojona para ser paloma, destinar recursos de la deuda pública, así sea a corto plazo, para el gasto corriente está prohibidísimo por la Constitución, sobre todo ahora que siguen los ecos del centenario.
Por lo mismo es improbable que los diputados locales aprueben una ley de deuda pública que abra rendijas a la discrecionalidad del gobernante en turno para el uso de la deuda, mucho menos que expresamente diga que puede ser usada en nómina o viáticos.
Sin embargo es necesario leer la letra chiquita de las reformas que haga el Congreso, a solicitud del Ejecutivo, pues está sabido que el gasto corriente devora las finanzas estatales y Arturo Fuentes Vélez no ha mostrado ni de lejos la pericia observada por Jaime Herrera para manejar el ábaco mágico.
Quizás llegó el momento de contratar un despacho profesional de asesores, alguien que conozca los entresijos de la tortuosa y sobre regulada Secretaría de Hacienda y los resortes para allegarse de recursos extraordinarios. Pero alguien profesional, que realmente le sepa y tenga relaciones, no vayan por el amigo del cuñado, de mi comadre. Es muy serio el problema financiero.
El gobierno de Corral pasará como uno de los mas ineficientes si en el corto plazo no resuelve la insuficiencia de liquidez, cinco años pasan volando. Como está visto no tienen dinero más que para despensas, actualizaciones digitales, periódicos de autoelogio y lonas contratadas a sus cuates. No se sabe que hayan hecho otra cosa ¿O sí?.
Los ganaderos moteados de azul o que pretenden recargarse hacia el comal donde calientan las gordas, cavilan un gorilazo contra Lico Duarte, sobrino del proscrito y señalado “ex”, que en el propio apellido lleva la penitencia.
Aprovechando la recta de la asamblea anual, programada para el uno de marzo, un grupo de los más exaltados intentan mover las voluntades para forzar una destitución deshonrosa, por la vía fast-track, del presidente dela UGRCh.
Lico fue electo para tres años, en teoría no debería ni siquiera comentarse su posible salida, pero viendo que Javier Corral no quiere dejar vestigios del anterior gobernador, pues a los acomedidos que nunca faltan les parece viable una elección a mano alzada, similar a las asambleas de López Obrador en el Zócalo, para quitarlo.
Difícil, para que prospere un acuerdo válido necesitan las dos terceras partes de las 57 asociaciones que componen la Unión Ganadera Regional y la mitad más uno para defenestrar al presidente.
Está bien que Corral traiga atravesado el apellido Duarte, una parte muy significativa de los chihuahuenses también, pero alentar un golpe de estado como que pinta muy osado aún hasta para los nuevos panistas encumbrados. Aunque con los ganaderos no se sabe, son gente sin compromiso partidista y muy pegados a la ubre del poder, sin importarles el color del gobierno.
En el improbable caso de que prospere, Carlitos Fierro haría bien en poner sus barbas a remojar en Canaco. Estos señores van por todo, ya perdieron el poder hace 18 años, esta vez harán hasta lo imposible por conservarlo.