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Los secretarios en el gabinete estatal andan, supongo, como los apóstoles en la Última Cena (perdón señores apóstoles por la irreverente comparación), cuando Jesús les dijo “uno de ustedes me va a traicionar”. ¿queeeee? Se preguntaron los doce volteándose a ver uno al otro, algunos con el atrevimiento de replantear una segunda pregunta ¿acaso seré yo, Señor?. Con otro perdón por la irreverencia y si usted quiere blasfema analogía, ni la gobernadora es Jesús ni los secretarios apóstoles, pero tenga la seguridad de que muy pronto habrá cambios en el gabinete estatal.

Y aquí sí, todos entran al juego de la silla, como en el chiste de la madre superiora “dijeron que a todas, novicia impertinente”. Nunca falta el imprudente atenido a que la gobernadora está distraída con la salud de “Don Víctor”, esperanzado en que así permanecerá mientras se recupera. Por supuesto que le preocupa la salud de su pareja, es una mujer comprometida y de sentimientos, pero de eso a que desatienda los deberes de su encargo dista mucho. Sigue trabajando, concentrada en los asuntos de gobierno.

Quienes la conocen, saben que tiene decidido refrescar su gabinete, nuevos tiempos necesitan nuevas o recicladas caras. Lo refrescará por necesidad política, administrativa, de gobernabilidad y si me apuran hasta porque le da gana, así suelen actúar los gobernadores durante la segunda parte de su administración, simplemente consideran que llegado el momento cada uno de sus colaboradores pasará por el cernidor de su escrutinio particular. En la administración pública, decía un viejo sabio como Miguel Etzel, estás dentro cuando recibes tu primer cheque y fuera desde el momento en que entraste.

Veamos el caso de Adriana Terrazas, su nombre nunca estuvo en la opinión pública como candidata a dejar el cargo y miren, de un momento a otro sacó boleto por andar de acomedida tomando recados del ex incómodo. Así es la administración pública, hay constancia de cuando llegas, nunca del momento en que te irás.

Lo de Adriana fue inesperado, otros en cambio están muy cantados. Por ejemplo uno que se la pasa viajando creyéndose galán de telenovela, usando dinero del erario en frenético activismo turistero que jamás traduce en beneficios para Chihuahua. Ese ya está cobrando quincenas extras, más le valdría ir dejando la oficina en orden por que los chicos de Acosta entrarán con lupa de relojero miope.

En Desarrollo Rural existe inconformidad por que su titular ha contratado, sin permiso, a funcionarios vinculados con el antepasado y, además, cargando fama de ineptos y descuidados con temas administrativos. El cuestionado manejo de la maquinaria habría llegado al escritorio de la gobernadora, con anotaciones de que la usan como si fuese negocio personal del secretario. ¿Será?, igual se trata de grillas internas o de productores, pero ese y otros asuntos tendrá que explicar muy pronto. También baila en la tablita.

Acaban de nombrar al director de Pensiones Civiles del Estado y el servicio no cambia en absoluto. Deje usted de un lado el eterno problema estructural de las finanzas, el nuevo director no ha sido ni para mantener los sanitarios limpios, ofrecer atención con calidez o resolver las quejas de que ya no atienden bien ni los médicos familiares. ¿Sabe el director que en odontología carecen del material más básico y sólo atienden pasantes?. No hay material ni para radiografías de muela. Lo pusieron ahí para que resuelva la parte de atención básica con los derechohabientes y no se nota su trabajo. No por ser de reciente nombramiento está exento del cernidor, aplicarse le vendría bien.

Que decir el pequeño ambicioso, le encargaron la única tarea de levantar una estructura de beneficiarios que pudiese tener aplicación electoral y en vez de concentrarse en la tarea encomendada, el señor se puso a jugar con la utopía de un proyecto inalcanzable. Tiene la obtusa convicción de “tirando al puesto mayor mínimo gano el menor”. Pues nada, como la dichosa estructura solo existe en su computadora, en tierra cero, no solo podría quedar fuera del gabinete, cada vez está más lejos del “puesto menor”.

Los nuevos lineamientos en materia de seguridad que muy pronto implementará García Harfuch, desmontan la narrativa del secretario estatal, quien se hizo bolas con el proyecto Centinela y sigue faroleando con ser candidato… a lo que se ofrezca. En Obras Públicas los pocos trabajos no llegan ni a las páginas interiores o los espacios menos vistos en noticieros locales y si varios más.

Algunos tendrán tiempo de reponer o explicar sus deficiencias, otros agotaron la paciencia y no faltarán los que se asuman indispensables, pero la realidad del momento actual es que todos entraron al juego de las sillas. Una recomendación voluntariosa, vayan haciendo sus meas culpas internas, podrían ser de utilidad al momento del cernidor.