*Morena, Rafa Espino altera la ecuación

* Cruz, Loera y Chon; mal inicio de año

*¿Fermín quiere ser alcalde o rector?

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El año que recién empezó a correr trajo malas noticias para Cruz Pérez Cuéllar, Juan Carlos Loera, Carlos Tena, el burro chon y todos los apuntados en la lista de Morena para candidatos a gobernador. Un nuevo actor entró a escena y la simple mención de su nombre eclipsó el protagonismo de los competidores domésticos, sin importar que lleven un año ilusionando gente.

Se trata de Rafa Espino, el chihuahuense de más alto perfil en la “cuatroté”, amigo personal de López Obrador desde sus tiempos en la Ciudad de México y miembro de alto rango en el equipo de Marcelo Ebrard y Julio Sherer, dos de los hombres más influyentes en el gabinete presidencial.

Tampoco es para que nadie se llame sorprendido, su incursión en la carrera por la gubernatura siempre estuvo considerada, quienes conocen la historia de su relación con el presidente nunca lo perdieron de vista, por más aspavientos que hagan los otros aspirantes. Cada quién mueve el abanico según sus aptitudes.

Era cuestión de tiempo para ver movimientos importantes en la construcción de la candidatura y al voltear el año, desde Palacio Nacional, llegaron rumores anunciando a Rafa Espino, hijo de la famosa “pinocha”, formadora de generaciones en el Montessori más antiguo de Chihuahua, como solido aspirante a la gubernatura.

Sin embargo calma, mente fría y pies de plomo, que los otros apuntados no se corten las venas o den cabezazos contra la pared, por ahora es suficiente con actualizar sus notas y registrar que además del “burro chon” hay otro competidor por la siglas de Morena. Y desde luego, la presencia de Rafa descuaja los planes de varios.

La versión más aceptada en el primer círculo de Palacio Nacional es que no veían punto de conciliación entre Cruz Pérez Cuéllar, Juan Carlos Loera, Carlos Tena y el resto de los aspirantes a la gubernatura. En consecuencia decidieron tomar providencias antes de que se despedazaran entre sí, usted sabe, el fuego amigo es una cultura bien establecida en la izquierda mexicana.

En previsión de una fractura interna que complique la elección y ponga en riesgo la “morenización” del norte, en Palacio empezaron a manejar el nombre de Rafa Espino como factor de unidad y anzuelo para los dueños del pueblo ¿Compramos el argumento?.

Yo iría al pago por ver, tomarlo con reserva. Falta año y medio para las elecciones y, como dijo un día Miguel Etzel, la primer condición para ser candidato es estar vivo, de aquí a entonces cualquier cosa puede suceder. Entre paréntesis un comentario que no puedo evitar: Desgraciadamente a Miguel balas asesinas le cegaron esa oportunidad, siendo uno de los políticos más presentables de Chihuahua.

En lo que observa la evolución interna de Morena, tenga presente que si Rafa Espino empieza a darse vueltas más seguido a Chihuahua, de pronto organiza reuniones “privadas” aquí y allá, se pasea en los municipios con cualquier pretexto y acepta entrevistas sin razón aparente, es que las versiones tienen fundamento.

Y de ser así apueste doble contra sencillo que trae la bendición del “líder amadísimo”. Alguien que lleva la representación personal del presidente en el Consejo de Administración de Pemex no se movería por ocurrencias o impulsos personales.

En México radica un chihuahuense que brinca en un pié por ver a Espino de gobernador; acá brincan dos ¿De quienes hablamos? Dejo la tarea a los nuevos “morenólogos”, aquellos que de pronto encontraron en el pensamiento de Carlos Marx la razón de su existencia pero se sueñan viviendo como Carlos Slim.

Apréndase bien el nombre: Rafa Espino, “falo” para los cuadernos y no es albur ni leperada, así lo apodan desde muy chico. Entonces ya saben, si en Morena quieren a falo, pues Rafa les van a dar.

Rompeolas

Curioso Fermín Ordóñez, hace campaña para la presidencia municipal y promete titulación gratuita en las universidades púbicas ¿Tendrá conciencia de lo que ofrece? No creo, como tampoco que comprenda el significado de “autonomía universitaria”. Pero hay una solución, postúlese para rector. Que afán de molestar a la Universidad, como si fuese juguete de cada político con ínfulas de redentor.