El partido que lideró Mandela pide oficialmente al presidente sudafricano que deje el cargo

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July 18, 2017.There were a number of local ANC supporters and a heavy police presence for President Jacob Zuma for his Mandela Memorial Lectureat the Civic Centre in Empangeni. Picture: THULI DLAMINI

JOHANNESBURGO.-

El gobernante Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (CAN) confirmó el martes que decidió remover a Jacob Zuma como presidente del país, pero dijo que los líderes del bloque no han logrado un acuerdo sobre su futuro.

El secretario general del CAN, Ace Magashule, dijo que la decisión de remover de la presidencia sudafricana a Zuma, salpicado por varios escándalos de corrupción, se tomó luego de «discusiones exhaustivas».

La moneda local, el rand, se depreció después de que el partido dijo que Zuma no había ofrecido un plazo para dejar el poder.

Lo ha comunicado el secretario general de la formación que lideró Nelson Mandela. «La decisión del Comité Ejecutivo Nacional», ha manifestado Ace Magashule, «se ha tomado tras una exhaustiva discusión sobre el impacto que podría tener para el país, el CNA y el funcionamiento del Gobierno».  Magashule ha informado además de que el partido no ha dado a Zuma plazo alguno y que aún existe espacio para la negociación. Durante la reunión celebrada en Pretoria no se ha acordado someter al presidente a una moción de censura. La decisión del partido no es vinculante y Zuma podría rechazarla.

El presidente sudafricano, de 75 años, camina pesado, lento y acorralado hacia el final de un callejón sin salida. Después de llevar las riendas del país en medio de cargos de corrupción y con intermitentes mociones de censura, es su propio partido el que le ha colocado ahora el tic tac de la cuenta atrás para dejar el poder.

En unas declaraciones premonitorias, el nuevo presidente del partido, Cyril Ramaphosa, dijo este domingo ante centenares de seguidores en un acto conmemorativo que buscaba “un nuevo principio”, siendo consciente de que el CNA estaba pasando por un “periodo de dificultad, desunión y desacuerdo” y que dentro del partido “se quería terminar con este asunto”. La llegada de Ramaphosa —recién elegido en diciembre pasado— al frente del CNA era el camino espinoso para Zuma; su exesposa, Nkosazana Dlamini Zuma, la otra candidata, se había mostrado más abierta a proteger a Jacob Zuma, al frente del partido desde 2007 y del país, desde 2009.

Aunque el partido considera que Zuma ha malgastado la herencia política de Mandela, el mandatario ha logrado mantenerse en el sillón presidencial a pesar de numerosos escándalos. El caso Nkandla, por el desvío de fondos públicos para renovar su mansión privada; el llamado “negocio de armas” o el de su turbia relación con la rica familia Gupta.

La reunión del sanedrín del CNA tenía que celebrarse el miércoles pasado, pero un encuentro de última ahora entre Ramaphosa y Zuma retrasó la fecha hasta este lunes, lo que apuntaba a un posible acuerdo de salida. Sin embargo Comité del partido decidió pedir su dimisión, Zuma no está legalmente obligado a dimitir, pero esto lo deja en una posición muy vulnerable. Sobre todo, porque hay prevista una moción de censura en el Parlamento para el 22 de este mes. Sin el apoyo de los suyos, la supervivencia de Zuma languidece.

Algunos pilares de la democracia sudafricana han cuestionado el comportamiento del presidente. El Tribunal Constitucional —que obligó a devolver una parte de dinero usado en las renovaciones de Nkandla— dijo en un duro comunicado que “el presidente ha fracasado en apoyar, defender y respetar la Constitución”. Y la Defensora del Pueblo tituló su informe sobre las corruptelas de Zuma “Estado de captura”, refiriéndose al secuestro al que el presidente ha sometido a Sudáfrica.