*Juan Martín rumbo al desacato

* Seguirían Carrete y Peniche

* Jesús Luna no llega ni a charal

* Peligro para México, versión dos

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Una de las víctimas colaterales de la Coneja podría ser nada menos que su carcelero actual, Juan Martín González Aguirre. Son dos medidas de apremio, multas de ochenta y 160 mil pesos, las que recibió de la Justicia Federal, a la tercera en vez de apremiarlo envían por él a los querubines de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

El hombre tiene motivos para entrar en pánico, frente a un desacato no hay argumento legal que valga, de ahí lo espera la cárcel y en seguida la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos, sin embargo resiste toda presión ¿Cómo puede, consciente de su fragilidad legal, permanecer en el cargo campantemente?

La pregunta queda suelta, sólo él y quienes ahí lo mantengan tienen la respuesta, pero una especulación válida es que llegó a un acuerdo con el Gobierno de Corral para que le ofrezcan protección y seguridades más allá de lo estrictamente legal. De otra forma ya habría renunciado al cargo que lo aprisiona o firmado el oficio de traslado.

Hay nanita, en cuanto aparezca la caravana de uniformados federales rumbeando hacia su domicilio, todos pecho tierra, y más sabiendo que a González Aguirre lo acompaña una escolta bien armada de diez elementos calificados.

Sería una barbaridad resistir con las armas una detención ordenada por desacato contra el Máximo Tribunal del país, pero tenga en cuenta que la relación entre Peña y Corral está erosionada al punto de que un enfrentamiento así resulta posible, más aun, previsible.

Si la Justicia va tras González Aguirre, por ser el director del Cereso de Aquiles Serdán, donde retienen a la Coneja, los otros en la lista son Jesús David Flores Carrete, Fiscal de Ejecución de Penas, y César Augusto Peniche, Fiscal General, siguientes en la cadena de mando.

Son escenarios bizarros, increíbles de asimilar en un país de instituciones, pero ahí están como señal inequívoca de que las instituciones están sometidas al capricho de los gobernantes.

Por eso el abogado de la coneja, Javier López García, se muestra sorprendido, le parece sui géneris, una caso jamás visto, como reveló ayer en una entrevista exclusiva con el Diario de Chihuahua.

El desacato es sorprendente y sui géneris, desde luego, pero guarda explicación lógica: Javier Corral quiere llegar a esos extremos, a fin de conseguir material de protesta contra Peña Nieto y llevarlo a los medios y tribunales internacionales.

Para sus propósitos de trascendencia política quizás resulte positivo ¿Qué pensarán las familias de González Aguirre, Carrete y Peniche? A ellos que se los lleve el diablo, en rebeldía contra un Tribunal Colegiado están condenados, no vuelven a ejercer ni en esta vida ni en la otra.

Sólo como pregunta, frente a una opción improbable y deschavetada ¿Qué harían si la cadena de mando llega hasta Corral? ¿Abrirían un juicio de procedencia?. Así de caliente y tenso está el caso.

Apunte marginal aprovechando los asuntos judiciales. Buena la designación de Gabriel Ruíz Gómez –lo anticipé ayer- como Consejero de la Judicatura. Lo acusan de duartista por crecer profesionalmente junto a Ramírez Benítez, era su secretario de Sala, pero Duarte no lo hizo magistrado y además duartistas ya sólo quedan los detenidos.

En todo caso, si hubo en su nombramiento una negociación con el grupo oxigenador, es impropio condenarla ¿No son acuerdos entre los diversos grupos lo que necesita el Supremo Tribunal de Justicia para restituir el orden y avanzar hacia su credibilidad social? O pretenden mantenerlo en perpetua disputa jurídica y política. Gabriel Ruiz tiene que acreditar su compromiso con la institución, no con un grupo en particular pues lo eligió la enorme mayoría del Pleno. Sus hechos hablarán por él.

Está muy claro, por otra parte, que la gran perdedora es Luz Estela Castro, sin embargo tampoco es para tanto, semanas atrás se mordía las uñas por saber si permanecería en el cargo o sería defenestrada.

Seguir de consejera fue un triunfo, aunque sea de milagro, dado que sólo faltó un voto de los ministros para enviarla de vuela al Barzón y sus múltiples oenegés. Lo importante para ella es que permanece, le vendría bien entender y aceptar que el poder que tuvo con su marioneta terminó.

El joven llamado Jesús Manuel Luna Hernández, al que los duartistas motejaron “mirrey”, no llega ni a charal de charca en rió estacional. Lo acusaron de usar indebidamente un avión para trasladar de Cancún a Toluca al hijo de César Duarte, cargándole 400 mil pesos.

Ponga usted que sea culpable, es un delito menor por el cual en otro momento alcanzaría fianza sin mayor trámite. En los maxijuicios ni pensarlo, lo dejaron detenido y así continuará, es la regla de la casa.

En cuanto a la falacia de que sabe mucho, pues la verdad tampoco es la gran cosa, su trabajo era cargar el portafolio de Duarte, llevarle tarjetitas y estar pendiente de los teléfonos, a lo más veía entrar y salir personajes y responder llamadas.

¿Para nada lo necesitan los nuevos Maclovios teniendo la información de Jaime Herrera, y tomado de los “destos” a Ricardo Yáñez, Villegas y Tarín. No va por ahí, igual como sucedió con Garfio, con ese cuate están excedidos. Son esas detenciones forzadas las que permiten suponer que tras el celo justiciero de Corral, prevalece una obsesión insana por todo lo que huela –apeste si lo prefieren- a César Duarte.

Todos han dado por muerto a José Antonio Meade, menos López Obrador. Tras el debate está muy concentrado en desacreditar lo que podría definirse como la “Versión dos del Peligro para México”, enderezada por el candidato del PRI.

Obviamente le preocupa que prospere otra campaña en el mismo sentido, seguro recuerda que así lo bajaron en la elección del 2006 y que todo inició con los empresarios. Son los mismos empresarios lo que hoy se alinean en torno a Meade y propuestos tienen capacidad de dañar.

También caló fuerte en su ego de dictador intolerante –no hay de otros- que Meade presentara copias del Registro Público donde acredita la propiedad de dos departamentos. De todos los ataques, fue el único que respondió. Lo sintió por que demostraba sus mentiras.

Falta mucha campaña, nadie dé por sentado un resultado fácilmente predecible.