*Los milagros existen

* Esperanza de Meade

* Anaya arropado por Corral

* AMLO en la plaza, el morbo

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Sería injusto decir que los milagros existen, por que dejaría en el azar el destino de cualquiera y los once mexicanos que se presentaron en Moscú hicieron una demostraron que los triunfos no son obra de la casualidad, se trabajan. Dieron un gran partidos, nada menos que venciendo a la superfavorita selección alemana.

Pocos creían en ellos, los golpes de otros mundiales han hecho escéptica a la sufrida afición mexicana, pero los muchachos en la cancha estaban convencidos de su capacidad, sabían en su mente y en su corazón que podían ganar y ganaron. Ellos nunca dudaron de su capacidad.

Una gran victoria para un pueblo ávido de triunfos, más que nunca esta vez se vale soñar, total solo sueños es lo que tienen muchos mexicanos, desesperanzados por la inmovilidad social que los ata a su destino de pobreza. Triunfos como el de ayer domingo son de la mayor importancia, llevan alegría a donde por lo regular prevalece la tristeza.

Faltan otros dos juegos para llegar al cuarto partido, donde empieza el mundial según dicen los grande entrenadores y de donde nunca ha pasado la selección nacional. El famoso quinto partido siempre se ha negado, hace cuatro por que “no era penal”, antes por el golazo de Maxi, el caso es que siempre sucede un tropiezo.

Pero el primer y fundamental paso ha sido dado, ganar en un mundial a la portentosa e histórica selección de Alemania es para presumirlo, todos ellos ya tienen que platicar a su nietos. Bien por los jugadores y Osorio, el cuestionado director técnico en quien nadie cree por sus absurdos cambios.

Ahora lo importante es refrendar su calidad de juego ante Suecia y Corea, si consiguen dar buenos partidos tienen opción de pasar en primer lugar, librando a otra potencia; Brasil, la segunda selección favorita en éste mundial, que por cierto dio un mal partido en su presentación.

Tenía razón el Bronco cuando dijo, en su minuto final del tercer debate, que Alemania era favorita con 86 por ciento para ganar el mundial, pero que necesitaba jugar y ganar los partidos antes de recibir la copa.

Se refería expresamente a la ventaja de gran favorito que tiene López Obrador en las elecciones, puntero en las encuestas desde que inició la campaña y al que dan 90 por ciento de posibilidades de ganar la elección, ventaja que sigue incrementando en la medida que se aproxima el uno de julio, día de la votación.

Si México ganó contra el gran favorito, por que no podría ganar la elección José Antonio Meade, se preguntaron de inmediato sus seguidores. Bueno en ese caso necesitaría más que suerte un milagro, pero se vale soñar ¿Por qué no ganar si ya dejó en tercer lugar a Ricardo Anaya?.

Anaya camina en picada, lo último y mejor que tiene en la recta final de la campaña es el respaldo de Javier Corral, quién lo arropó desde que rompió con la mafia del poder, resignado a que no habrá un acuerdo cupular –como el que buscó siempre Diego Fernández de Cevallos- que le permita ganar la elección.

Ese pacto maldito de elecciones anteriores se le negó definitivamente a Ricardo Anaya. Hizo hasta lo imposible por conseguir el respaldo de Margarita Zavala y bajar a Meade de la competencia y al no lograrlo adoptó la estrategia de gran opositor, ofreciendo cárcel contra Peña Nieto.

El discurso suena hueco ¿Porqué no mantuvo la promesa ofrecida a principios de marzo? La respuesta es obvia, sus asesores sabían que era un error, pues lo alejaba del acuerdo que después reclamo y al verlo frustrado no tuvo más que radicalizar su postura.

Con esa actitud es más probable que Anaya se baje de la contienda, haciendo huelga de brazos caídos para que Meade dé el estirón que no ha podido dar a lo largo de la campaña y tenga una oportunidad, mínima pero una oportunidad al fin, contra el favorito.

A la inversa jamás, las filtraciones más recientes sobre los hermanos Barreiro, sus socios en el lavado de dinero, son la prueba irrefutable de que Peña va en serio contra Anaya, especialmente ahora que recuperó su promesa de meterlo en prisión.

Esa posibilidad la expuso Diego Fernández de Cevallos en días pasados, temeroso de que López Obrador se haga de la Presidencia y la emprenda contra los integrantes de la mafia, de la que es miembro distinguido, según lo ha dicho reiteradamente el tabasqueño. Prefiere ver rendido a Ricardo Anaya, su pupilo, con tal de que no llegue a los Pinos su enemigo común.

Pero esa posibilidad también está muy lejana, Anaya trastocó todas las reglas no escritas de la política, haciendo inviable cualquier posibilidad de acuerdo, incluso cuya negociación implique su claudicación. Simplemente no creen en su palabra, conocen su historia de traiciones.

Innegable el crecimiento de López Obrador en electorados que se le habían negado, como el de Chihuahua, cada vez son más comunes las voces que se adhieren a su movimiento, lo que desde luego representa un fenómeno digno de elogio.

Hoy estará en Chihuahua, viene a cerrar su campaña en la entidad y su mitin en la plaza del Ángel ha despertado curiosidad por conocer la respuesta de los chihuahuenses ¿Le gusta la plaza llena? Sería un garbanzo de a libra, pero sus promotores aseguran que la pondrán a tope. Ya se verá.

A Ricardo Anaya le fue muy bien, no podía ser diferente si cuenta con el poder de la nómina estatal y de algunos de los municipios más importantes del estado, pero en el caso de AMLO es diferente, por más dinero que le metan al acarreo siempre será complicado llenar una plaza como la del Ángel.

Ahí es donde estriba el morbo, en la capacidad de convocatoria en una sociedad tradicionalmente escéptica. A ver que números entrega, por lo pronto ofrecen sorpresas ¿Pues que lo acompañarán más priistas de los que ya tiene o figuras relevantes del espectáculo? Es otro elemento a considerar, hay que seguir ese mitin con visión critica.