Van 31 muertos por explosión de mercado de pirotecnia

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Ciudad de México— Por tercera ocasión en 11 años, el mercado de pirotecnia de San Pablito, en Tultepec, Estado de México, explotó ayer, dejando esta vez un saldo, de al menos 31 muertos y 50 hospitalizados.

El estallido, cuya causa indaga la PGR, inició alrededor de las 14:50 horas, justo cuando abundaban clientes por la temporada navideña.

Las explosiones más intensas duraron unos 25 minutos e hicieron desaparecer los 300 puestos de este tianguis que operaba con permiso del Gobierno estatal y de la Defensa Nacional.

«Había gente que se quiso echar a correr y que de repente desapareció entre el humo y las chispas que brincaban de los cohetes», dijo Alberto, un cohetero.

La vibración se sintió en Coacalco, Tultitlán y Cuautitlán, desde donde se apreciaba una columna de humo.

El fuego fue controlado hasta las 17:00 horas.

Cientos de policías municipales, estatales y federales, soldados, marinos, paramédicos y empleados de Protección Civil atendieron la emergencia.

En un campo de cultivo aledaño se improvisó un helipuerto para trasladar a los lesionados más graves a 13 hospitales del Edomex y la Ciudad de México.

Los cadáveres rescatados se apilaron en un predio contiguo y desde ahí fueron llevados al Ministerio Público de Barrientos para ser reconocidos.

La PGR informó que fueron seis explosiones y que abrió una carpeta de investigación por posibles violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

El mercado funciona desde 1998 y en dos ocasiones -en 2005 y 2006- había estallado, aunque en ninguna se habían reportado personas fallecidas.

Vía Twitter, el presidente Enrique Peña envió condolencias a los deudos.

El gobernador Eruviel Ávila y su Secretario de Gobierno, José Manzur, acudieron por la tarde al lugar del siniestro junto con el Alcalde, el perredista Armando Portuguez, y ofrecieron tres números para la búsqueda de familiares: el 088, el 911 y el 01 800 696 9696.

Aunque oficialmente no se dio una cifra, según información de familiares, al menos 32 personas seguían desaparecidas.

Todavía por la noche, Alfredo Urban peregrinaba en los hospitales en busca de su esposa, a quien el estallido sorprendió en su puesto.

«Tengo que recorrer todos antes de ir al Semefo», dijo. «Ahorita mi hija entró a pedir informes».